Soy de Bilbao y te vendo lo mejor
El Bilbao de Luis Gómez ·
Comerciantes de la capital vizcaína empapelan sus escaparates con carteles en los que presumen de despachar los productos de mayor calidadEs lo que tiene ser de Bilbao, que con razón nos creemos los mejores y también (muchos comerciantes) de vender lo mejor. ¿Que no se lo creen? Dense una vuelta por la ciudad y descubrirán la cantidad de tiendas que se vanaglorian de despachar el mejor género. ¿Qué venden? De todo, aunque da lo mismo. Lo mismo surten a los clientes de manzanas, vermús, tazas de café y sushis que les despachan colchones, botellines de cerveza, barras de pan... Parece como si tuvieran necesidad de decirlo (o escribirlo) bien alto para que se entere todo el mundo. Algo lógico, habida cuenta de lo que hay en juego. Todo sea por darle una alegría a sus cajas registradoras.
En pleno corazón del Ensanche, entre la juguetería Pinocchio y La Mercería de Ledesma, está la coqueta y fresca Su Fruta Sana. No es una frutería cualquiera. En otras épocas del año sacan a la calles carteles para promocionar sus 'tomates de aldeano'. Estos días, con un frío de pelar, toca exhibir «la mejor manzana del mundo». Así como lo leen. A primera vista, sinceramente, la pieza llama la atención. A 3,8 euros el kilo, concretamente. Todo lo bueno hay que pagarlo, piensa el periodista. Pero estas, insisto, impresionan. Tienen una pintaza.
Y Susana Alias, la encargada, no sepan lo orgullosa que se la ve al constatar que toda la gente mira de reojo a sus puestos a su paso por la calle Henao.
– Pues sí, claro que presumo, pero es que es verdad. Yo solo digo la verdad, ¿eh? ¡Son las mejores manzanas! Es que son buenísimas.
La especie, en cuestión, se cultiva en un entorno natural, concretamente en la reserva de la biosfera de La Rioja Baja, en el municipio de Igea. Se recolecta a mano. Su pulpa es «firma, crujiente y dulce», describe. Susana parece una entusiasta enciclopedia viéndola explicarse: «Es una manzana que la dejan en el árbol hasta que coge su pleno dulzor. Tiene un sabor maravilloso. Es un dulzor un poco acidito», subraya.
Los cafés de Mikel
Mikel Sevilla es un amante de los Beatles y también modelo. Ha hecho anuncios para Medical Optica. Es un tipo elegante que se conserva bien. Antes de oficiar de barman en el Abando XXI, un bar a mitad de Hurtado de Amézaga, trabajó en La Viña del Ensanche. Dice que tiene «un problema gordo» ¿Cuál? «Que nunca miento», confiesa.
Hace tiempo que sus clientes, entre los que figuran muchos conductores de Bizkaibus, se desayunan cada mañana «los mejores cafés de Bilbao».
– ¿Tan bueno es su café?
– Pues será de los mejores de Bilbao. ¡Y eso que el tema está muy complicado!
Y sí, es uno de los mejores cortados que este periodista ha probado últimamente. ¿Que cómo lo consigo? «Con buena leche, buen café, buena cafetera y buena mano. Y, además, me esmero en cada taza que preparo. Tampoco tiene mucho misterio, ¿eh? Ya llevo 48 años en la hostelería», razona. Por si cupiese alguna duda, insiste en que sí, que no le da pudor que toda la gente se quede con el lema de marras. 'Abando XXI, uno de los mejores cafés de Bilbao!!!' Tan convencido está que reserva parte del escaparate para anunciar en otro cartel que «Lo mejor está por llegar».
El vermú de El Puente, un clásico
Iñaki Inza, del bar El Puente, en Ibáñez de Bilbao, no llega a tanto. No se atreve a ir tan lejos. Obvia el término mejor y apuesta por otro con mucho más encanto y menos impactante. Quizá le pueda la discreción. 'Nuestro Vermuth. Un clásico de Bilbao'.
Lleva más de 30 años elaborando combinados. «Nada de 'marianitos'», aclara. Y sí debe ser un clásico. Manu, el dueño del Residence, que no es precisamente un cualquiera en esto, lo corrobora en las redes sociales: 'Gran vermouth preparado, un clásico'. Viniendo de quien viene, sobran todo tipo de comentarios.
¿La clave del vermú de Iñaki? «Los preparo siempre en vasos mezcladores. Como se ha hecho toda la vida», suelta como restándose importancia. El hostelero dice que no invierte mucho tiempo en la elaboración. «Lleva una mezcla especial», que no especifica. Sí concreta, por el contrario, que el mejor momento para tomarse un trago de los suyos es a la hora del aperitivo, entre la una y las cuatro de la tarde. Un consejo. Si presume del vermú, ya puestos, podría empezar a empapelar su escaparate ensalzando las bondades de su marisco y, especialmente, sus langostinos.
No es de Bilbao, pero como si lo fuera. Rui Maehara es de Tokio y llegó a Bilbao hace más de diez años. Es el responsable de Sumo Sushi y Ultramarinos Japonés. Sirve a domicilio y trabaja junto a Nicolás Ruano. Da envidia verles juntos. No paran de reír, pero dejan las cosas muy claras. En lo suyo, no tienen rival.
Lo advierten en la pizarra que tienen colgada a la puerta del del número 4 de Alameda Mazarredo –tienen otro comercio en Gregorio de la Revilla–: 'Sushi para llevar, eliges el mejor sushi del barrio'. Cuando se les pregunta si no les parece muy osado, Maehara mete el turbo: «Llevo muchos años haciendo sushis. estoy en esto desde pequeñito», explica mientras prepara unas gyozas de pollo y unos uramakis de atún, mayonesa picante, aguacate y pepino. «Soy bueno», reflexiona. Recuerda que el primer sushi que se sirvió en Bilbao lo hizo él y advierte que pronto montará el que va a a ser el «mejor restaurante japonés de toda Bizkaia». Puede que ande con el ego subido pero Rui, un nipón atípico que ha recorrido medio mundo con sus cuchillos bajo el brazo con el único objetivo de «hacer feliz a la gente por el estómago», tiene pinta de ser un buen hombre. «Intento vivir como un alpinista, con lo mínimo posible, pero con mis necesidades cubiertas al cien por cien».
No llega a tanto todavía pero en el Basquery del presidente del Athletic, Aitor Elizegi, una placa recuerda que su comercio «es de los que dejan huella», mientras que Noctalia, a no muchos metros, ofrece los colchones de Bilbao «con la mejor relación» calidad-precio.
Quien no se consuela es porque no quiere. porque todos tienen claro que como lo suyo, nada de nada.
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