Los académicos del cerdo son de Bilbao
El Bilbao de Luis Gómez ·
Cumple 30 años la asociación que rinde culto al lechón. Sus miembros se relacionan con saludos porcunos y son unos piezas de cuidado: solomillo, rabo, tripas, criadillas, jamón...Luis Gómez
Viernes, 29 de enero 2021, 01:40
Existen académicos de las lenguas, las ciencias, el cine... y del cerdo. Estos, por supuesto, son de Bilbao. Desde hace 30 años, para más señas. «¿De dónde íbamos a ser si no?», proclaman orgullosos. A los miembros de la Academia del Cerdo Txarriduna les une su amor por uno de los animales más bellos del mundo y también, por qué no decirlo, su pasión por un ejemplar del que siempre se aprovecha todo. Nos lo comemos de la cabeza a los pies.
Txarriduna surgió el 17 de enero de 1991, coincidiendo con la festividad de San Antón, patrón de todos los animales. Nació para «defender las cualidades del gorrino. Solo queríamos promover su consumo y el de todos sus derivados y conservar las costumbres y ritos establecidos en su honor», recuerda Marino Montero. Huelga decir que es la única entidad de estas características existente en el mundo. «No somos una cofradía, ni una comparsa, nos denominamos académicos porque nos dividimos según las diferentes partes del cerdo», confesaba en el momento de su constitución Enrique Thate.
Lo primero que hicieron fue recuperar, en 1992, la tradicional rifa del cerdo que databa de 1831. Casi 170 años después, el lugar de ese cerdo fue ocupado por la dinastía de los Tiberio. Luego llegó el momento de los Antontxu. «El nombre surgió de una forma muy curiosa. Al ver en el lío en el que nos estábamos metiendo, alguien comentó: '¡vaya tiberio!'. Así nos quedamos con este nombre típico de las bilbainadas», recuerda Montero.
En Txarriduna, una institución en toda regla, los señores académicos andan juntos, pero no revueltos. Cada uno ocupa su sillón correspondiente y tiene asignada una de las partes en las que se despieza el animal. Está el académico del morro, el del jamón, el de la panceta, el del rabo o el de la oreja.El carnicero Floren Crespo, presidente, se sienta en la butaca de la 'sangre'. «Al repartirnos las partes, todo el mundo quería cosas que sonaran mejor, pero de la sangre... ¡vienen las morcillas! La sangre es fundamental porque sin ella no hay vida», aplaude.
Marino Montero, director de comunicación, es un privilegiado. De pertenecer a esta venerable organización, muchos quisiéramos ser lo que es él: 'solomillo'. «Me quedé con la mejor parte. Fue por sorteo, pero casi nadie se lo cree», bromea. Elena Marsal, secretaria de organización y archivo, es la 'costilla' y Javier Zuazaga, el 'tripas'. Ejerce de secretario de concursos gastronómicos, mientras que el 'rabo' Josu Samaniego se encarga de las juergas y cachondeos, aunque este apartado tiene bastantes nombres propios.
El hígado de Mané
Por el contrario, a Xabier Zaldumbide le tocan los ojos y, como guisandero mayor, le compete ocuparse de los asuntos más serios. Iñaki Gamboa es todo 'manos' y el balmasedano y extrenador del Athletic José Manuel Rodríguez 'Mané', 'hígado'. Eder Montero, hijo de Marino, es el señor 'patas'. Trabaja como corresponsal de la academia en Nueva York, donde triunfa con varios restaurantes, uno de ellos con estrella Michelin.
Esta prestigiosa institución acoge también al 'lomo' de Nora Montero, al 'jamón' de Enrique Thate, a la 'panceta' de Alfred Thate, al 'codillo' de Hermann Thate y al 'criadillas' de Isidro Elezgarai. A alguien le tenía que tocar, ¿no? Isidro, todo hay que decirlo, los lleva con una dignidad admirable.
Leyre de Lecea es 'careta', Manolo Martín, delegado de asuntos gallegos, ocupa el sillón de 'cachucha' y Aitor Aurrekoetxea, responsable del sector ganadero, es otra buena pieza: 'secreto ibérico'. Rodo Crespo 'Rodito' para los amigos, es el 'morros', José Hernández 'Pepillo', responsable de logística, supone todo 'corazón' y el excalcalde de Bilbao Josu Ortuondo se estruja los 'sesos'.
Están también Mariví Zabaleta, la 'paletilla', Helena Lombana, 'la chuletas', y Luis Ortiz Vigón, el 'orejas'. Como siempre hay gente dispuesta a todo, Salva Arriola se sienta en el sillón de la manteca y el txistulari de la villa Mikel Bilbao es la 'corada'. El 'aguja' Juan Carlos Rastrollo, el 'andares' Igor Cubillo, la 'pluma' Ana Vega, el 'presa' Ernesto San Antonio y Andoni Rekagorri 'lágrima', completan el elenco. Por desgracia, fallecieron Tomás de Pablos que fue careta y presidente, el 'riñones' Txetxu Arrillaga y el antiguo 'corada' Jesús Fernández de Jáuregui.
La gente de Txarriduna tiene por costumbre relacionarse con cordiales saludos porcunos, aunque los tiempos corren, a veces, en contra de sus intereses. En 2015, la Diputación de Bizkaia multó a la asociación con 5.000 euros por por pasear tres lechones por algunas calles de Bilbao y rifarlos posteriormente. La resolución sancionadora consideró circunstancia agravante «el hecho de que los animales elegidos para el espectáculo fueran tres cerditos, es decir, animales especialmente vulnerables al sufrimiento causado por su exposición al público y su tránsito por un entorno desconocido».
Marino Montero recuerda los años en que sacaban por Bilbao al lechón 'Tiberio' para alegría de niños y mayores. Bajaban en procesión hasta la iglesia de San Antón para celebrar su bendición. Aquello se ha acabado, para tristeza de unos numerarios que no entienden qué mal se puede hacer en honrar de la manera que ellos lo hacen a los cerditos.
¿Necesita el cerdo tanta defensa? Txarriduna entiende que quisieron ofrecer a la gente otra imagen del marrano y devolverle popularidad. Por supuesto, nunca han entendido las críticas procedentes de los grupos animalistas. Nunca quisieron ofender con el paseo de Tiberio, Antontxu y sucesivos marranos por las calles. «Siempre le ofrecimos el trato más distinguido. ¡Es nuestro símbolo! Con los paseos de Tiberio muchos niños vieron por primera vez un cerdo vivo».
Siempre ha sobrevolado también la duda de si estos académicos han mantenido voto de fidelidad a la carne de cerdo. «No somos extremistas», zanjan. Aunque no ocultan su pasión por el puerco. Por algo Bilbao tiene la academia del marrano.
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