Redes eléctricas y autoconsumo eléctrico
La red eléctrica integrada, la máquina más grande jamás construida, es el elemento clave para permitir la modernización de un sector en constante evolución
Hace unos días se celebró en Bilbao la jornada 'El Sistema Eléctrico del futuro: La contribución de las redes a la integración de todos los usuarios', organizado por Energía y Sociedad y la Escuela de Ingeniería de Bilbao (UPV/EHU), en la que diversos agentes del sector analizaron el futuro de la red y el papel que deben desempeñar los agentes que en ella se integran.
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En la jornada se puso de manifiesto que la red eléctrica interconectada es el espacio común en el que se encuentran todos los agentes que participan en el sector eléctrico: grandes centrales, pequeños productores, distribuidores, consumidores, autoconsumidores, etc... Es el elemento clave que permite la conexión de todas las iniciativas, pone en valor los recursos renovables y dota de servicios adicionales de alto valor añadido a los agentes integrados en ella. Todas estas características han hecho posible el desarrollo y la integración en el sistema de nuevas tecnologías como la generación solar o los sistemas de almacenamiento, que han impulsado el avance de la generación distribuida sobre la red y el surgimiento de nuevos modelos de uso de la misma.
Los usuarios de la red actual ya no solo demandan energía, sino que requieren que ésta venga acompañada de un conjunto de servicios. Así, en primer lugar, el usuario demanda un conjunto de servicios fundamentales como son potencia, tensión, frecuencia, disponibilidad y conectividad, dotados de unos altos niveles de eficiencia, fiabilidad, seguridad en el suministro y calidad de onda, que garanticen que en todo instante se cubren sus necesidades sin que su consumo afecte a los equipos que la demandan.
Por otra parte, se requiere la posibilidad de control en la reducción de los costes de consumo, mediante iniciativas como la supervisión de los consumos, la práctica del autoconsumo y la posible venta de sus excedentes de energía, todo ello realizado bajo un prisma de sostenibilidad medioambiental. Todas estas demandas han motivado que algunos agentes del sector planteen que la red eléctrica podría perder su papel actual en el futuro, planteando incluso la hipótesis de su posible desaparición.
En relación con el suministro de los servicios fundamentales mencionados, es precisamente la existencia de la red eléctrica la que permite garantizarlos con un dimensionamiento y coste razonables. El estudio presentado por el instituto estadounidense de investigación independiente EPRI (Electric Power Research Institute) ha permitido demostrar que la hipótesis de desconexión total de los usuarios conllevaría la necesidad de disponer de un sistema eléctrico sobredimensionado, para poder garantizar estos servicios, lo que dispararía sus costes.
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Por el contrario, disponer de una red integrada permite, por un lado, garantizar el suministro con alto grado de calidad desde alguno de los puntos en que se genera y, por otra parte, ajustar los diseños de los sistemas de generación para que se satisfagan las necesidades globales de los usuarios, reduciendo el sobredimensionamiento necesario si cada generador alimentase a un único cliente. Todo ello es posible, además, con unos costes más razonables debido a un mejor aprovechamiento de las ventajas de la economía de escala.
Digitalización de la red
En lo que concierne a la aparición de nuevas iniciativas que permitan al usuario la reducción de sus costes de consumo, el despliegue de los denominados 'contadores inteligentes' ha contribuido a impulsar la digitalización de la red existente, permitiendo dotar al usuario de capacidad de control y decisión sobre sus hábitos de consumo, para que estos se desarrollen de forma más eficiente y económica. Además, el respaldo que proporciona la existencia de una red integrada permite que el autoconsumo pueda ser considerado como una opción atractiva y que los excedentes de energía que éste produzca puedan ser aprovechados por el conjunto de usuarios conectados a la red.
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Sin embargo, un informe de la propia UPV/EHU advierte del impacto que puede tener el desarrollo del autoconsumo en las pérdidas del sistema, ya que no siempre las reduce, pudiendo, incluso, aumentarlas, lo que afectaría a la estabilidad del sistema.
Por otro lado, la mayor concienciación medioambiental ha provocado que el sector eléctrico tome una mayor relevancia debido a las posibilidades que ofrece para la descarbonización de la demanda energética, con la integración creciente del vehículo eléctrico. La existencia de la red integrada es la que permitirá impulsar la revolución del vehículo eléctrico, aunque esto le suponga un reto de rediseño y operación.
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Finalmente, resaltar que la red integrada, constituye la base física sobre la que articular el mercado eléctrico y en el que todos los agentes deben tener clara su participación y la contribución al mantenimiento de sus costes. Se debe fomentar la existencia de marcos legislativos estables que posibiliten la comprensión de los costes en que se incurre, garanticen su predictibilidad y permitan conjugar todos los ingredientes técnicos y socio-económicos para hacer más sostenible el sistema.
En definitiva, la red eléctrica integrada, la máquina más grande jamás construida por el hombre, es el elemento clave para permitir la modernización de un sector eléctrico en constante evolución. A esta evolución deberemos contribuir todos los agentes implicados.¡Juntos, mejor!.
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