«Con el modelo actual nunca se equilibrará el sistema»

¿Vamos a tener pensiones públicas en el futuro?

Por supuesto que sí. Tras las reformas realizadas, el gasto en pensiones en 2050 será de 13,5 puntos de PIB y no de 17 como preveíamos antes. Esa cifra es menos de lo que hoy gastan Italia, Francia o Alemania. Para mediados de siglo, el presupuesto triplicará el gasto de educación, duplicará el de sanidad y multiplicará por seis el de defensa, según los parámetros actuales. Esta hipótesis debe preocupar a los poderes públicos, pero que no debe ser introducida para generar miedo y angustia en la población.

Y a la vista de las cuentas de los últimos años, ¿dónde se pueden conseguir ingresos?

Hay que abrir la financiación más allá de las cotizaciones sociales, como ya hacen otros países, aunque el grueso de la financiación seguirá recayendo sobre las cotizaciones sociales. No se pueden subir las cotizaciones sociales y encarecer el coste del factor trabajo cuando hay cinco millones de parados, pero si la productividad lo permite, la futura financiación de nuestras pensiones debe descansar también sobre los impuestos.

¿Qué papel pueden estar cumpliendo las políticas de bonificación y tarifas planas de cotización en la recaudación?

Un papel negativo. Pero con matices sobre su dimensión. El déficit de pensiones en el último año fue de casi 15.000 millones, de los cuales algo más de 2.000 ha sido el coste de las tarifas planas. Yo veo injustificada esta política, que debe correr a cargo del Presupuesto del Estado, pero sin ella el déficit seguiría siendo de 13.000 millones. Necesitamos 2,2 millones de trabajadores cotizando para ajustar el sistema. Ese equilibrio se está desplazando; cada año se necesitan más trabajadores para lograrlo, por los bajos salarios. Hasta ahora se ha recurrido al Fondo de Reserva, pero pronto se agotará y será necesario buscar esos nuevos ingresos que citaba antes .

30.000 millones

La fiscalidad de los fondos de pensiones ha sido criticada desde algunos sectores, que ven ella un gasto que solo beneficia a los salarios más altos...

Aunque utilizáramos esa partida, solo sería una parte de lo que necesitaremos. En estos momentos gastamos en torno a 10,5 puntos de PIB en pensiones. Llegaremos dentro de 35 años 13,5 puntos, es decir, necesitaremos cada año 30.000 millones de ahora. La mejora del empleo va a quedar bastante lejos de conseguir esa cantidad. Con el modelo actual nunca equilibraremos el sistema.

¿Es posible una reforma de la reforma; es decir, de los cambios realizados por el Gobierno del PP sin el tradicional consenso?

Sería necesario fijar un esquema que permita el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas. Estos años se ha mantenido porque ha habido deflación. Debemos asegurar el poder de compra, teniendo en cuenta la situación financiera del sistema; es un mandato constitucional, que establece que las pensiones deben ser actualizadas. Este sería el primer paso importante. El siguiente sería diseñar de forma equilibrada y consensuada el futuro factor de sostenibilidad, que tiene en cuenta la esperanza de vida. Debe hacerse, pero no como está planteado en la normativa actual, y hacerlo de tal forma que no sea la cuantía de la pensión la que sufra las consecuencias de cualquier ascenso de la esperanza de vida. ¿Por qué no utilizar los ingresos por cotizaciones, la propia edad de jubilación, u otras fórmulas? No todo debe descansar en la reducción de la cuantía de la prestación.

¿Cómo debe hacerse esa modificación?

Si las reformas no se conciertan con los interlocutores sociales o las fuerzas políticas, es legítimo que esas fuerzas políticas no tenidas en cuenta puedan cambiar la situación cuando accedan al poder. Hay que volver a la negociación sobre esas reformas que rompieron el consenso del Pacto de Toledo.