La Diputación recortará el horario de las obras del subfluvial para atenuar el ruido
Los trabajos «exteriores» en Getxo y Portugalete pararán a media tarde mientras que dentrodel túnel las máquinas perforarán 24 horas al día
Aunque no será al menos hasta fin de año cuando quede definido el proyecto del subfluvial, el túnel bajo la ría que unirá Getxo y ... Portugalete, la Diputación tiene ya perfilados los protocolos de una obra compleja. Una de las decisiones más llamativas que ha adoptado el Departamento foral de Infraestructuras es recortar el horario de las labores que se deben ejecutar a pie de calle, en los dos extremos de la futura galería, para atenuar el impacto del ruido en las viviendas y centros escolares más cercanos. Las máquinas trabajarán 'solo' de ocho de la mañana a seis de la tarde. Por comparar: dentro del corredor subterráneo las perforadoras funcionarán 24 horas al día.
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El ajuste se encuadra dentro de la batería de medidas que va a poner en marcha el Gobierno territorial para intentar limitar las afecciones de un proyecto de gran empaque que, por mucho que se intente, afecciones va a generar alrededor de las bocas de acceso durante un largo periodo. Si se cumple el calendario previsto, los trabajos deberían arrancar a lo largo de 2025 y prolongarse durante algo más de cuatro años, en los que habrá ruido, suciedad y el trasiego de vehículos pesados habitual en una gran obra viaria que suma condicionantes más propios de la ejecución de una línea de metro. 170 camiones sacarán cada día material excavado del subfluvial, 90 por la boca de Artaza y 80 por la de Ballonti.
El túnel bajo la ría es el gran proyecto que tiene en cartera la Diputación para el próximo lustro, y la carretera que dará por cerrado el anillo viario del Bilbao metropolitano. Su ejecución busca ofrecer una nueva alternativa para los 165.000 vehículos que cruzan diariamente de una margen a otra e intentar descongestionar un puente de Rontegi que «no da más de sí». Lo dijo la diputada general,Elixabete Etxanobe, hace un par de semanas, aunque la idea lleva ahí varios años.
Los estudios preliminares del trazado de 3,2 kilómetros que llegará a excavarse a 35 metros de profundidad para salvar el lecho fluvial arrancaron en 2017 y en este tiempo la inversión pública necesaria ha pasado de los 400 millones iniciales a situarse por encima de 500. El Banco Europeo de Inversiones (BEI) prestará 200 porque el Gobierno foral le ha convencido de que la obra también tiene un componente ecológico: los coches recorrerán menos kilómetros para cruzar la ría así que habrá menos emisiones contaminantes.
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El subfluvial parecía lanzado en noviembre del año pasado, cuando superó el trámite ambiental y ya se hablaba de un inminente inicio de las obras. Pero no, el proyecto final sigue a día de hoy sin estar aprobado por la Diputación y aún necesitará «varios meses» para estar listo. ¿Por qué? Los técnicos forales llevan once meses intentando adaptar el plan al medio centenar de alegaciones aceptadas a vecinos y entidades, principalmente de Getxo y Leioa, que se quejan del impacto ambiental, sanitario y urbanístico que los trabajos pueden tener en su día a día. Daños en el Parque de Artaza, el pulmón verde de la zona, una urbanización 'encajonada' al complicarse su acceso, colegios y residentes preocupados por los altos decibelios y las vibraciones...
El condicionante de la luz solar
La Diputación ya anunció tiempo atrás las primeras medias, que pasan por mejorar la insonorización de los centros públicos y hacer una revisión previa de las viviendas más cercanas a la boca de Artaza –en Ballonti no hay– por si las obras generaran desperfectos o grietas. Ahora añade la instalación de pantallas antirruido en todo el perímetro de la entrada al futuro túnel y la limitación de la jornada laboral a la hora de ejecutar los trabajos «exteriores» del subfluvial.
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La decisión no es muy habitual en las grandes obras, en las que los operarios suelen trabajar en dos turnos de 12 horas de lunes a sábado. Los plazos siempre aprietan. Portavoces del departamento foral de Infraestructuras que lidera Carlos Alzaga explican que según los cálculos realizados el ruido que va a generarse en la calle «es a priori admisible porque no va a rebasar los límites marcados por la normativa», pero que visto el rechazo vecinal que está generando el proyecto se ha optado además por los ajustes horarios.
La Diputación empezó la semana pasada a buzonear en Getxo y Leioa un tríptico en el que anuncia que no habrá movimientos fuera del horario de oficina. «Y eso no implica que a las ocho de la mañana se vayan a realizar las perforaciones que más ruido generan ni que vayan extenderse siempre hasta las seis de la tarde», matizan. Las horas de luz marcarán parte del desarrollo, así que en invierno «puede que se acabe a una hora más temprana». Otro ajuste es el que se refiere a las partes del trabajo que puedan generar afecciones viarias en una zona donde la densidad del tráfico es importante. «Se intentarán hacer de noche».
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A diferencia de lo que ocurrirá al aire libre, una vez que los emboquilles permitan a los equipos de perforación empezar a horadar el subfluvial ahí no habrá remilgos. Las máquinas funcionarán 'full time' con el objetivo de horadar unos dos metros de galería al día. El ruido dentro de los túneles es notable, pero en este tipo de proyectos se atenúa instalando puertas metálicas en los dos extremos que al cerrarse contienen «bastante» el sonido que llega al exterior, según explican especialistas en este tipo de labores.
El túnel se excavará con una inclinación del 4% en ambos lados, por lo que será necesario también ir extrayendo el agua de infiltración que surgirá a medida que se avance. Con todo, el mayor reto constructivo no va a ser atravesar la Ría, sino la vega de Lamiako, justo enfrente de la Acería Compacta. Se trata del único punto en el que no se encuentra roca sobre la que horadar, por lo que el terreno es demasiado blando. La solución, previsiblemente, será inyectar una «corona» de hormigón que se perforará cuando esté seco. Este método ya se utilizó en Bizkaia para ejecutar la variante de Autzagane evitando un acuífero.
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