«¡Chewie, estamos en casa!»
J.J. Abrams nos lleva de vuelta a la galaxia muy, muy lejana que añorábamos desde que George Lucas nos expulsó de ella en la fallida segunda trilogía de 'Star Wars'
Luis Alfonso Gámez
Martes, 22 de diciembre 2015, 00:48
«¡Chewie, estamos en casa!». Lo mismo que Han Solo hemos sentido ante 'El despertar de la fuerza' muchos de los que vimos 'La guerra de las galaxias' en el cine en 1977. J.J. Abrams, Michael Arndt y Lawrence Kasdam, guionista de 'El Imperio contraataca' (1980) -la mejor entrega galáctica-, han escrito una historia que nos devuelve al universo que nos maravilló y que luego George Lucas hizo trizas con unas precuelas con impresionantes efectos especiales, pero sin alma, sin personajes entrañables, sin sentimiento, sin humor.
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Todo en 'El despertar de la Fuerza' -tranquilos, no va a haber 'spoilers'- homenajea al original que nos apabulló hace casi cuarenta años y hace que volvamos a sentirnos en casa, como el contrabandista y su peludo compadre. Los guiños a los nostálgicos son continuos y van acompañados de las viejas notas musicales de John Williams. Es en esos momentos cuando en el patio de butacas se le pone a uno la carne de gallina porque se emociona como un niño... otra vez. Como cuando intuye lo que va pasar, y pasa. Los nuevos espectadores no lo sentirán, disfrutarán de otro modo de esta divertidísima película. Pero los veteranos agradecemos que «el montón de chatarra más rápido de la Galaxia» vuelva a despegar, la recuperación de la magia y el sentido de la maravilla con que Lucas nos sedujo.
Es esta una película de transición. No podía ser de otro modo. Los viejos héroes están ahí, pero no van a poder combatir el mal eternamente porque nadie rejuvenece con el paso del tiempo. Es ley de vida. Así que Abrams nos presenta a los jóvenes luchadores por la libertad de la galaxia -los héroes de las nuevas generaciones- con una primera aventura que nos recuerda a otra de hace mucho tiempo cuyo desenlace conocemos, pero no por eso resulta aburrida.
Los nuevos héroes comparten protagonismo con los viejos -de los que nos despedimos en 'El retorno del jedi' (1983)-, y el relevo generacional no resulta traumático, aunque no salgamos de él indemnes. Desde el principio -gracias, John Williams- queda claro quién personifica en la galaxia la nueva esperanza y quién es el enemigo a derrotar. Y también que la saga sigue siendo la historia de los Skywalker, una familia que tiene una relación especial con la Fuerza, con su lado luminoso... y con su lado oscuro.
A diferencia de 'La guerra de las galaxias', la de 'El despertar de la Fuerza' no es una historia cerrada. Abrams no ata todos los cabos. Como en 'El imperio contraataca', estamos en el primer acto de una aventura -en este caso, triple- que promete deleitarnos en sucesivas entregas. Los efectos digitales están ahí, pero los escenarios físicos y los naturales ganan la partida y nos devuelven a la trilogía original, a las esencias. Al cine que nos asombró.
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