Licitan la variante sur de Markina tras más de una década de demandas

La variante sur de Markina, que cambiará por completo la movilidad de los miles de conductores que circulan a diario por la BI-2636 de camino a las empresas asentadas en Etxebarria, ha comenzado la cuenta atrás. La Diputación ha licitado las obras por 29,6 millones de euros después de más de una década desde que los dos ayuntamientos afectados exigiesen un vial alternativo para evitar el tránsito de cerca de 3.000 vehículos por el centro urbano del municipio más poblado de la cuenca del Artibai y al mismo tiempo garantizar la actividad industrial de la comarca.

La nueva carretera, que no llegará al kilómetro, tendrá dos rotondas, un túnel –que absorberá gran parte del presupuesto– y tres viaductos al final del trazado. Arrancará en las inmediaciones de la glorieta que acoge el helipuerto, donde se creará otra con tres ramales hasta llegar a Txoribenta, en la confluencia de los viales BI-2636 y la BI-4404 y que tendrá otras cuatro bifurcaciones.

El trazado transcurrirá a cielo abierto salvo por el túnel de 335 metros para salvar el depósito de aguas y la estación de tratamiento de Iparragirre. «La escasa tapada, la presencia cercana de edificios y la mala calidad geotécnica del terreno condiciona su diseño, haciéndose necesario recurrir a sostenimientos pesados y nuevos métodos constructivos», según recoge el proyecto diseñado y aprobado por la institución foral, al que ha tenido acceso EL CORREO.

Para salvar el cauce de la regata Muniberreka, afluente del Urko, también se precisarán tres viaductos de pequeñas dimensiones. Toda la intervención provocará un importante movimiento de tierras con un exceso de 260.934 metros cúbicos, un volumen colosal que permitiría llenar tres veces el campo de San Mamés, que se verterán a un depósito habilitado en Bidaurreta, cercano la nueva vía. «En primer lugar, se tratará de utilizar en otras obras, así como para restaurar canteras del entorno o emplazamientos degradados», detalla el plan.

El trazado elegido, entre las cuatro alternativas analizadas, evitará la afección directa al Palacio Munibe, en concreto a un portón y a una parte del muro de cierre de la finca, un elemento propuesto para su declaración como Bien Cultural de Protección Especial. «Precisamente, la propiedad en la que se enclava el palacio es una de las más importantes fincas palaciegas románticas de estilo inglés de Bizkaia, siendo uno de sus elementos clave su delimitación, su portalón de entrada y su muro de sillería, que conforman un rasgo de identidad del elemento patrimonial difícilmene trasladable», recalca el proyecto.

Además, en las proximidades del túnel, se sitúa el caserío Iparragirre y su edificio auxiliar Labetxe, que también figuran para su declaración como Bien Cultural, por lo que antes de la apertura de la carretera, prevista para el verano de 2026, se habilitará una barrera visual de árboles. Para garantizar la integración ambiental de las obras, a su vez, se plantea recuperar el hábitat de interés de la zona mediante la selección de especies vegetales que favorezcan la diversidad biológica.

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