Mireia, durante el juicio. EFE

Condenada a 2 años y ocho meses la secuestradora del bebé en Basurto

La Audiencia aprecia una «merma leve» de sus facultades en la acusada por coeficiente límite, pero rechaza el delitode abandono al dejar al neonato en un felpudo

Miércoles, 29 de mayo 2024

Mireia C., la joven acusada de secuestrar a un bebé en el hospital de Basurto el 19 de octubre de 2022, ha sido condenada a ... dos años y ocho meses de prisión por un delito de detención ilegal de un neonato, según el fallo notificado ayer a las partes. La Sección Primera de la Audiencia vizcaína, con Reyes Goenaga como ponente, entiende, sin embargo, que no existe en el caso el delito de abandono de menor que reclamaba la acusación particular. Aprecia en la acusada una «merma leve» de sus capacidades por coeficiente intelectual límite y le aplica también la atenuante de reparación del daño, al haber consignado la mitad de los 12.000 euros de indemnización.

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La sala decide, por contra, no rebajar la condena por colaboración porque «la confesión no se hizo a tiempo, no es completa, sino sibilina, ya que elude aspectos desfavorables, ni es cabal». Tampoco admite el «estado pasional» alegado, ya que «bajo cualquier prisma ético-social, no cabe considerar que las dificultades para tener hijos puedan operar como un estímulo para secuestrar a un niño de apenas unas horas de vida de un hospital».

La joven no tenía antecedentes penales y se le ha reconocido una anomalía psíquica, por lo que previsiblemente no irá prisión. Mireia reconoció los hechos «al menos de manera sustancial», en el juicio celebrado el pasado 14 de mayo y pidió perdón a los padres de Aimar -el bebé robado- alegando que no estaba en sus «cabales». Según los hechos considerados probados, la chica había sufrido un aborto en marzo después de años intentando tener hijos, pero «ideó un plan para hacer creer a su entorno que seguía embarazada y recibir así mejor trato». Llegó a mostrarles fotografías de una ecografía falsa y manipuló una cartilla de embarazada. «Se apropió de planos de la zona de partos de Basurto y consultó material audiovisual sobre robo de niños en instalaciones sanitarias». A su pareja le anunció que tenía programado el parto de la niña que esperaba el 19 de octubre de 2022.

Ese día, llegó al pabellón Iturriza sobre las cinco y media de la tarde. Se vistió de sanitaria con un uniforme blanco que sustrajo y entró en varias habitaciones antes de acceder a la 302 donde se encontraban Laura y su pequeño Aimar. Trató de ganarse su confianza contándole, mientras se hacía pasar por enfermera, que había tenido dos partos muy malos. Con la excusa de que tenía que hacer una prueba de oído al recién nacido, se lo llevó alrededor de las nueve menos diez de la noche.

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Leche y biberón

Pedro, el padre, extrañado por la tardanza en devolver al pequeño, empezó a preguntar y saltaron las alarmas. La secuestradora había abandonado el recinto hospitalario por el aparcamiento con el bebé en una bolsa verde de plástico y llamó a una amiga para comunicarle que había sido madre. Ésta la recogió con el coche y la llevó primero a una farmacia para comprar leche de fórmula y un biberón y después a su casa en Santutxu, donde pasó la noche.

A la mañana siguiente, sobre las 8.15 horas, unas doce horas después del rapto, «cobró conocimiento a través de las noticias de los medios de información, y se puso muy nerviosa». Entonces, entró en un portal de un bloque cercano, subió al octavo y dejó a Aimar sobre un felpudo. «Llamó a la puerta y se fue rápidamente mientras bajaba las escaleras supo que alguien había abierto la puerta». La joven fue detenida a las 10.40 horas en el parque de El Ferial, en Zorroza, donde había quedado con una amiga, que avisó a la Policía.

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El delito de detención ilegal con el tipo agravado de menor y dos atenuantes se situaría en una horquilla de entre un año y medio y tres años. Dada la «elevada gravedad del delito», el tribunal se inclina por fijar una pena de dos años y ocho meses de prisión, que puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV).

Además, le prohiben acercarse a menos de 500 metros de Aimar y de sus padres o comunicarse con ellos durante cinco años y le imponen la mitad de las costas. Por el «intenso e inmenso sufrimiento de miedo, pérdida, impotencia y frustración que sufren los padres de un recién nacido que se ven despojados de él durante casi 12 horas, con las ideaciones entendibles, si será localizado...», imponen una indemnización de 12.000 euros.

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