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Las baserritarras se reivindican en Ugao
Las mujeres del campo vasco defienden su papel en el caserío en el marco del ambiente festivo de la feria agrícola de Miraballes
La feria de Ugao-Miraballes es el escaparate de las baserritarras de Euskadi. La fiesta local, pegada cada año a la conmemoración del 8 de ... marzo, es una forma de reivindicar en medio de un ambiente festivo el papel fundamental que las mujeres han ejercido en el caserío, durante siglos a la sombra de los hombres y hoy en primera línea de la producción agrícola y ganadera. «Manifestaciones y protestas como las del sábado están bien y resultan todavía muy necesarias», cuenta Miren Artetxe, una joven vecina de Portugalete, que este domingo por la mañana se ha acercado a la localidad del Bajo Nervión con sus dos niñas Irati y Aintzane. «Pero convertir tu trabajo en una fiesta, poniendo sobre la mesa que en nuestra sociedad son muchas las mujeres que están al pie del cañón, también es una forma de hacernos valer», argumenta la portugaluja. De eso trata la Feria Agrícola de Mujeres Productoras y Artesanas de Ugao.
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En el pequeño municipio que linda con Arrigorriaga, Zeberio y Arrankudiaga, a trece kilómetros de Bilbao, llevan 25 años poniendo en marcha la feria de mujeres agrícolas de marzo. En este espacio no hay sitio para la ganadería. Lo hay para el queso, la miel, el paté, la charcutería y también las flores, las plantas y la repostería casera. Zuriñe Osa Carbajo ha traído de su caserío Elortatxu, en Mallabia, una amplia selección de postres caseros y panes especiales. Mar Sánchez García ofrece cervezas variadas; Patricia Gutiérrez Pérez, gildas y piparras; Itxasne Agirre Larrazabal, derivados del pato... También hay un espacio para la venta de talo con txorizo, hay de todo. La muestra incluye un recinto donde las artistas locales exponen sus trabajos del último año y desde el año pasado, también un área para la artesanía vasca.
En uno de esos puestos vende sus manufacturas textiles, Miren Bueso, de 53 años, que hoy ha llegado acompañada de su hija Nahir y Asier, su yerno. Lleva, según cuenta, once años vendiendo pañuelos, camisetas con lauburus, pantalones y complementos variados con temática vasca. Todo comenzó «por una casualidad». Una mujer, madre de un niño que iba al mismo colegio que los dos suyos, Nahir e Igor, le pidió en una ocasión que le cosiera, si podía, una falda de arrantzale. Con aquel encargo, descubrió su forma de vida.
Se acabaron los juguetes
«No veo nada reivindicativo en esta feria, más allá de que todas las expositoras somos mujeres», afirma. Es, según dice, el reflejo del sector vizcaíno. Hubo un tiempo en que estuvo dominado por los hombres, que se dedicaban, fundamentalmente, a trabajar la madera, juguetes, accesorios, motivos decorativos. Ese tiempo ha pasado. A los clientes ya no les interesa. «Prefieren bolsos, camisetas, complementos, que son más femeninos. El 90% de los artesanos somos mujeres», detalla. Termina con una queja, que es un llamamiento. «Vendemos por 12 euros un género que es único. Pero la gente prefiere comprar en el mercado chino de internet productos que valen 4 y se rompen en dos días. La diferencia de precio no es dinero, es calidad», defiende.
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Lorea Momeñe ha bajado desde la localidad vecina de Orozko para presentar sus derivados del cerdo. Como todo lo se exhibe en el recinto ferial, todo casero. Ofrece chorizos de cerdo y de ciervo, morcillas, salchichas... La panceta y la papada se le ha terminado. «Es lo que tiene, todo esto es de casa, cuando se acaba, hay que esperar a la siguiente temporada», explica. Lleva trece o catorce años al pie del cañón. «Mi padre me metió el gusto por las ferias, que le encantaban», reconoce.
«No sólo tenemos que lidiar con comentarios del tipo 'eso te lo hará tu marido', sino que en el campo, las mujeres tenemos aún menos derechos»
El campo para las mujeres, según explica, es «una zancadillita más. Si en el día a día lo tenemos difícil, en el caserío, que ha sido tradicionalmente un mundo masculino, pensado para el hombre, aún más. El trabajo de la mujer baserritarra siempre ha estado cuestionado», se queja. Sabe bien de lo que habla porque lidera el área de Igualdad en el sindicato agrario Enba. «No sólo tenemos que lidiar con un trato inadecuado y comentarios del tipo 'Eso te lo hará tu marido', sino que hay muchas cuestiones que quedan aún pendientes de su regulación en el sector agrícola y ganadero, como por ejemplo, las bajas por maternidad».
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Le entiende bien Enedine Madariaga, que suma 85 años y más de cincuenta vendiendo flores y plantas por las ferias de Euskadi. «Desde que se unieron la Caja de Ahorros Vizcaína y la Municipal de Bilbao y comenzaron con todo esto... Desde entonces», relata. Su puesto es de los que gustan al público, siempre lleno de productos de temporada. Estos días vende, sobre todo olorosas como jazmines y menta y también aloe vera, helechos, potos, azaleas... «Estos son días de reivindicar nuestro trabajo, el de las mujeres baserritarras, que siempre hemos estado ahí, detrás de la escoba».
Entre el fusil y la cocina
A las mujeres como ella, según cuenta, les ha tocado de todo. «Lo mismo hemos tenido que coger el fusil y atender heridos, que descargar el camión, recoger la huerta, cuidar de la familia... y siempre en medio de un machismo que, desgraciadamente, no se erradicará nunca», se queja, pesimista con el futuro que vislumbra.
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Maikar Pérez de Cárcamo también cree que es tiempo para reivindicarse como mujer y productora, porque «nosotras lo tenemos más difícil en todos los ámbitos», pero su historia es más dulce. No sólo porque las tareas en su caserío están bien repartidas entre su esposo, Joseba Petralanda, que «se apaña» en el campo, mientras ella se ocupa de la cocina. Lo suyo es la repostería.
Ayer sábado, trabajó durante más de ocho horas amasando la pasta de los golosos productos que hoy vende en Ugao-Miraballes. Las rosquillas están a 11 euros la docena y el pastel vasco está a unos 13 o 14, en función de la variedad elegida. Junto a los tradicionales, también pueden comprarse de queso de Idiazabal y de fresa. «El secreto de tan típico dulce no está ni en el amasado ni en los ingredientes, sino en que se haga con mucho cariño y sea caserito. Que eso luego se nota», aconseja. ¡Y de verdad que sí!
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Han participado en la feria
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Janire Goikuria Petralanda Pan casero y pastel vasco
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Itxasne Agirre Larrazabal Derivados del pato
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Maikar Pérez de Cárcamo Pastel vasco, rosquillas, pan de leña
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Nagore Centeno (Mañeko) Pan y repostería tradicional
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Patricia Gutiérrez Pérez Gildas y piparras
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Amaia Laskurain Diferentes quesos elaborados con leche ecológica de oveja y vaca
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Ana Añibarro Pan, pastel vasco, repostería
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Lorena Fernández Queso, miel y productos de la colmena
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Mar Sánchez García Cerveza artesanal
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Leire Belaustegui Pastel vasco, magdalenas, pasteles variados, rosquillas
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Enedina Madariaga Flores y plantas
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Zuriñe Suárez Moja Queso artesanal de cabra elaborado con leche de cabras de Igorre
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Lorea Momeñe Derivados del cerdo
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Lurdes Gutiérrez Pastelería artesanal
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Zuriñe Osa Carbajo (Elortatxu baserria) Panes especiales de caserío y dulces caseros
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Xiao Fang Kiwi del monte, variedad Hayward
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Belén Gutiérrez Gómez Queso artesanal de cabra elaborado con leche de cabras de Igorre
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Ana Felicia Flores Queso de cabra artesanal de Poxtiñene (Navarra)
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