Donde hubo bancos ahora hay grandes tiendas de moda
Bilbao experimenta un nuevo cambio urbano con la apertura de conocidas firmas textiles en antiguas sucursales financieras
¿Por qué los grandes de la moda se hacen con los mejores locales de la Gran Vía bilbaína, mientras los bancos pierden presencia física? ... La evolución del principal eje comercial de Euskadi y de algunos de los tramos 'prime' más codiciados de la capital vizcaína saltan a la vista: las firmas textiles, de calzado y complementos han adquirido una extraordinaria visibilidad en detrimento de una industria financiera que se ha replegado en pleno avance de la tecnología digital y en un momento agitado por las fusiones y concentraciones bancarias.
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El cierre de sucursales en los últimos años en Bilbao es incesante. El Barclays de Moyua dio paso a una tienda de Levi's y Dockers, mientras Scalpers se ubicó en el 44 de la Gran Vía, también perteneciente a la entidad británica, poco antes de abandonar el mercado español. El último gran trasvase lo ha protagonizado Inditex, con la próxima apertura de una macrotienda de Pull&Bear en el Banco Popular. Antes, la antigua sede del Banesto, en la calle Navarra, pasó a manos de la perfumería gallega Arenal tras pagar 6 millones de euros. Zara montó su espectacular 'flagship store' en la antigua sede de Kutxabank -en el 23 de Gran Vía- que le alquiló Mango. El proceso es imparable. Pero, aunque la moda juega un papel preponderante, los viejos bancos también ceden el testigo a otras actividades. El Banco Espírito Santo, que operaba en Ercilla, funciona ahora como una academia de inglés. El Santander fue de los primeros en abanderar esta tendencia al abandonar la Plaza Circular donde Five Guys sirve ahora sabrosas hamburguesas.
Hay motivos que explican este giro. En vez de sumar delegaciones, los bancos optan por la concentración en espectaculares inmuebles. Menos es más. En esto, curiosamente, se miran en el espejo de los gigantes de la moda, con descomunales edificios que recuerdan a boutiques de lujo, al estilo de la que el BBVA abrió, por ejemplo, en Ercilla. Estos procesos han conllevado la liberación de nuevos espacios conquistados por multinacionales.
«Encarecimiento de rentas»
Pedro Campo, presidente de Cecobi, la patronal del comercio vizcaíno, alerta de los peligros de este cambio: «Los inmuebles que quedan vacantes solo están al alcance de las grandes franquicias, lo que conlleva un encarecimiento de unos alquileres ya de por sí muy altos. Es imposible que los minoristas puedan pagar esas rentas. Se trata de un mercado inaccesible». Paulino Martín, uno de los principales agentes inmobiliarios de la ciudad, discrepa, por el contrario, de este criterio y advierte que con la salida de tantos locales al mercado los «precios se han reducido» y adaptado «a los valores actuales».
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Rafael Gardeazabal, presidente de bilbaoDendak, coincide con Campo en que este fenómeno resta posibilidades a los «jóvenes emprendedores» al no poder acceder a rentas tan elevadas al tiempo que reclama un «apoyo institucional para las empresas que generan empleo y pagan aquí los impuestos». Mientras, Jorge Aio, gerente de BilbaoCentro, pone el acento en la «pérdida de calidad» de un comercio predominantemente 'low-cost'. Bilbao, explica, necesita conseguir promotores capaces de atraer «una oferta que aporte valor de calidad y marca» a la ciudad.
Xabier Ochandiano, concejal de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo, considera que este fenómeno «no es exclusivo de aquí», pero que puede servir para reforzar «el rol» de Bilbao como «ciudad de moda». Atraer y «capitalizar» el consumo, argumenta, «no es fácil», pero Bilbao debe relanzar su «liderazgo» y ser capaz de atraer a «3 millones de consumidores potenciales. Nuestro comercio no se nutre solamente de Bilbao, sino de toda Bizkaia, Vitoria, San Sebastián, Santander, Burgos y Logroño».
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