«En un año hemos acompañado a más de 1.000 personas»

Escoltan a «entre 12 y 20 personas» cada fin de semana, y reforzarán su presencia en las diferentes fiestas de un municipio «muy grande, con zonas rurales dispersas y polígonos industriales». Precisamente por la orografía de la localidad, aunque el grueso de los servicios los presten «a pie», en ocasiones trasladan a la personas que necesita ayuda en los vehículos. «Por una sola agresión que hayamos impedido me daría por satisfecha, pero hemos impedido varias», asegura la voluntaria, que precisa que, «como vamos con uniforme, coaccionamos bastante, y el acosador al vernos se va».

En las fiestas de este año, a raíz del nuevo protocolo contra las agresiones sexistas puesto en marcha por el Consistorio, instalarán «una carpa» que funcionará como «punto de encuentro» para las personas que necesiten acompañamiento. Se mueven por la zonas de ocio «a la hora de cierre de los bares», pero casi todas las salidas son a través de «llamadas». «Hay gente que te dice que coge el metro en Indautxu y que en 10 minutos llega a Erandio. Le esperas en la parada, le acompañas a casa y no te vas hasta que se asoma por la ventana y te dice que está bien», detalla Beldarrain, a quien llaman «algunos aitas para preguntarnos cómo funcionamos».

Este no es el único servicio que opera durante todo el año para minimizar el riesgo de agresiones. Bizkaibus y Bilbobus disponen desde el año 2018 de paradas a demanda en horario nocturno. En las líneas de la Diputación, desde su puesta en marcha hasta el pasado septiembre utilizaron esta posibilidad 1.327 mujeres, la mayoría de ellas entre las 5.00 y las 6.30 horas y en las líneas del área metropolitana de Bilbao.

En los autobuses municipales, entre enero y mayo se registraron 33 solicitudes, aunque esperan que en verano se incremente el uso de «un instrumento» que, para Nora Abete, concejala de Movilidad y Sostenibilidad, «es muy necesario».