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La cubierta presenta una enorme mancha de humedad.

«Hace tres años era una gotera, hoy es una cascada»

Unos 30 limpiacoches conviven con terribles humedades en el parking del aeropuerto pese a que Inspección de Trabajo ordenó hace cinco meses su arreglo inmediato

Josu García

Viernes, 26 de febrero 2016, 03:32

«Esto es un agujero. Hay días en los que tienes que limpiar coches a las siete de la mañana con la catarata de agua que se cuela por el tejado cayéndote encima de la cabeza y a dos grados bajo cero. Resfriarte es lo menos que te puede pasar». Son las duras condiciones que tienen que soportar los treinta empleados que se encargan de adecentar los vehículos que las empresas de alquiler ponen a disposición de sus clientes en el aeropuerto de Bilbao. Cada vez que llueve, los operarios sufren la inundación de su lugar de trabajo, a consecuencia del mal estado de la cubierta en esa zona del aparcamiento de La Paloma. El agua penetra a borbotones.

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La situación «aberrante» e «injusta» ha sido denunciada por CC OO ante la Inspección de Trabajo. El organismo emitió una resolución en septiembre pasado que no dejó lugar a dudas: «El techo de metacrilato se encuentra en malas condiciones, presenta fisuras que dejan pasar el agua». Por este motivo, el funcionario que giró aquella visita firmó un oficio en el que se instaba a la sociedad que gestiona los aeropuertos públicos españoles (Aena) a poner fin al problema de manera inmediata con el arreglo de la techumbre del parking. «Han pasado cinco meses y nada se ha hecho al respecto», censura el sindicato.

Los lavacoches padecen estas filtraciones desde hace unos tres años. «Empezó siendo una gotera pequeña, pero hoy en día es una cascada en toda regla», asegura uno de los afectados, que prefiere mantener el anonimato por temor a posibles represalias. Fuentes del aeropuerto declinaron ayer cualquier responsabilidad en el caso y aseguraron que son las compañías de alquiler de coches las competentes a la hora de mantener en las debidas condiciones el espacio que se les arrienda en el aparcamiento principal de Loiu.

Reparación en ciernes

Las mercantiles, según ha podido saber este diario, estarían trabajando ya para acabar con las humedades. Al parecer, disponen de una estimación del coste del proyecto elaborado por una ingeniería madrileña. El presupuesto para la reparación del tejado ascendería a menos de 5.000 euros. Una cantidad insignificante si se compara con los más de tres millones de euros que se invertirán en las dos fases puestas en marcha por Aena para acabar, de una vez por todas, con las goteras del cercano edificio terminal diseñado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava.

El malestar en la plantilla de las tres subcontratas que limpian los coches de Hertz, Avis, Europcar, Atesa y Sixt es mayúsculo. «No podemos más», se quejaba el miércoles uno de sus miembros. «Tenemos que mirar el parte meteorológico para saber si ese día lloverá y tendremos que vestir chubasquero, gorro y guantes», explica. «Con todo, nos mojamos muchísimo y sufrimos demasiados episodios de resfriados, neumonías...», añade la misma fuente.

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Su salud, sin embargo, no es lo que más les preocupa, sino su integridad física. «Cualquier día podría haber una tragedia», alertan. «Esa cubierta está muy deteriorada -es visible un gran cerco de humedad y moho en uno de sus flancos- y tenemos miedo de que, en cualquier momento, se nos venga abajo y nos golpee en la cabeza».

«Estamos muy asustados con este tema», insisten. Aunque, seguramente, el momento en el que más temor demostraron fue a principios de febrero del año pasado. La peor nevada en 25 años en Bizkaia dejó varios palmos de nieve sobre la cubierta. «Nadie la quitó y estábamos aquí abajo trabajando, con el pánico a que se rompiera», cuentan. Desde CC OO dicen no entender ni la postura de Aena ni la de las compañías de alquiler de coches. «Se pasan la pelota unas a otras y la consecuencia es que los trabajadores siguen sufriendo estas gravísimas condiciones».

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Además de los problemas con el tejado, los trabajadores denuncian otra serie de «graves» deficiencias, como el estado de las instalaciones eléctricas. «Con todo el agua que se filtra, hay enchufes que están a la vista», apuntan. Y añaden que se sienten desamparados. «Estamos obligados, por ejemplo, a llevar una tarjeta de identificación de Aena y alguna de las tres subcontratas no las proporciona. Cualquier día viene la Guardia Civil y nos dice que a ver qué hacemos allí lavando coches». Por último, sostienen que carecen de un servicio propio para asearse. «Tenemos que acudir a los baños de la terminal para poder limpiarnos».

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