Condenado por allanar el domicilio de la mujer a la que agredió sexualmente años antes
Un hombre de 54 años se enfrenta a dos años de cárcel por acceder por el balcón al caserío de la víctima, a la que tenía prohibido acercarse, y amenazarla: "Voy a acabar con todo"
europa press
Jueves, 18 de diciembre 2014, 17:09
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La Audiencia Provincial de Bizkaia ha condenado a dos años y medio de prisión a un hombre, de 54 años de edad, por allanamiento con violencia del domicilio de una mujer, a la que hace años agredió sexualmente, hechos por los que fue penado en enero de 2007 a siete años de cárcel y doce años de prohibición para acercarse a su víctima.
La sentencia, a la que se llegó con el acuerdo de las partes, considera probado que el procesado accedió el 3 de febrero de este año, sobre las 20.30 horas, al domicilio de la mujer en la localidad vizcaína de Amorebieta "con el ánimo de atentar contra la inviolabilidad del domicilio". La víctima, que padece una minusvalía física de grado tres, se encontraba sola en su caserío, ya que la persona que la cuidaba había terminado su horario laboral, cuando el acusado subió al balcón del piso superior del inmueble con una escalera, y tras romper la puerta y los cristales, accedió al interior.
Después, bajó las escaleras para entrar en la habitación de la mujer y la encontró dentro de la cama. En ese momento, el agresor dijo a la víctima que "iba a acabar con todo". Esta le intentó tranquilizar, mientras apretaba el botón de teleasistencia. Instantes después, el servicio de teleasistencia llamó y le preguntó si estaba bien, y ésta aseguró que no tenía ningún problema, ya que el procesado le hacía gestos para que no hablara y colgase el teléfono. Una vez que ésta colgó el teléfono, el acusado arrancó los cables de la luz y del teléfono.
En el tiempo que estuvo en el dormitorio, éste le pedía a la mujer agua y fuego. En una de las ocasiones, en la que la víctima fue a la cocina para coger agua, aprovechó para escapar y solicitar ayuda. Su hijo la encontró en el exterior del caserío escondida al lado de unos matorrales. Los ertzainas que acudieron al lugar encontraron al agresor tumbado en el suelo de la habitación, autolesionándose con una jeringuilla en el brazo izquierdo, mientras en la mano derecha sostenía un martillo de encofrador.
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Cuando accedió al inmueble, el condenado llevaba una mochila, que dejó en la puerta del dormitorio de la mujer, en la que había unos guantes, un rollo de cinta adhesiva de cinco centímetros de ancho, unos alicates, un paquete de bridas de electricista, unas cadenas oxidadas de hierro, una cuerda de cuatro metros, una caja de topicida y una navaja de diez centímetros.
La Audiencia Provincial de Bizkaia le ha condenado por allanamiento de morada con violencia o intimidación a dos años y medio de prisión y la prohibición a comunicarse con la víctima o acercarse a ella a una distancia inferior a 500 metros durante siete años y medio. Además, deberá pagar una multa de 1.600 euros, otros 400 euros por la rotura de la puerta del domicilio de la mujer y tendrá que abonar las costas del proceso.
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