La chimenea de la TMB en el monte Arraiz vuelve a echar humo.

La TMB de Arraiz remonta el vuelo después de tres meses de parón por la 'fiebre Q'

Reabrió con un solo turno a mediados de julio y desde hace diez días "trabaja ya al 100%" y recibe los residuos urbanos de Bizkaia

Jesús J. Hernández

Viernes, 1 de agosto 2014, 01:03

Hace diez días que la planta de Tratamiento Mecánico Biológico volvió a la normalidad, una vez superado el brote de 'fiebre Q' que obligó a paralizarla en abril. Las instalaciones del monte Arraiz, en las afueras de Bilbao, reciben desde entonces los residuos urbanos de Bizkaia y «trabajan al 100%». Una semana antes comenzó a funcionar pero con un solo turno.

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Los muestreos que los técnicos de Neiker Tecnalia tomaron en la planta avalaron en junio el «éxito» de la limpieza a fondo y desinfección llevada a cabo por la sociedad anónima de Transformación Agraria (Tragsa), una firma vinculada al Gobierno central. Los resultados evidenciaban que no era necesario un temido tratamiento de repaso contra la bacteria 'Coxiella burnetii', que habría alargado el proceso hasta la vuelta del verano. La reapertura del centro, referente del reciclaje vizcaíno, era una prioridad para el Departamento de Medio Ambiente, donde eran conscientes del impacto que tendría un nuevo retraso en las cifras que presenta todos los años el diputado Iosu Madariaga.

La TMB vuelve a abrir sus puertas, pero no es la misma que antes de sufrir una crisis de salud pública que afectó a casi la mitad de sus trabajadores. Un conjunto de medidas intentará evitar nuevos episodios. Desde que se detectaron restos ovinos contaminados por la bacteria, causantes de la extensión de la 'fiebre Q', se decidió que los residuos rurales no acabaran en esta planta sino en Zabalgarbi. También se han puesto en marcha protocolos preventivos. Así, se fomenta el uso de mascarillas y guantes, se establecen restricciones de acceso -por ejemplo, los conductores de los camiones ya no entran en la planta- y mejoras en la «eliminación de impropios en origen para que no entren en el proceso».

Y es que la infección, que tuvo su origen en despojos de ovejas arrojados tras una matanza irregular al contenedor verde en «una mala práctica de reciclaje», se extendió como la pólvora. Se transmitía por inhalación de polvo contaminado con esporas y aquellos restos animales no fueron retirados cuando llegaron, sino que recorrieron todo el circuito, según denunciaron los trabajadores. Las primeras de las 34 bajas laborales llegaron en el mes de marzo con fiebres muy altas y comienzos de neumonía. Las analíticas practicadas a la plantilla revelaron la presencia del virus en 46 casos, con 12 más probables (personas con sintomatología coincidente, pero sin confirmación microbiológica) y 49 negativos (sin clínica de la enfermedad ni presencia de la bacteria). La crisis obligó a paralizar la planta el 10 de abril. Poco más de tres meses después, las instalaciones del monte Arraiz vuelven a la normalidad.

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