El RETAbet, preparado para la gran batalla

Almuerzo a las 13.30 y sesión vespertina en una cancha auxiliar en L'Alqueria. Otras dos horas pasadas sin tanta carga en apariencia como el domingo. Brown -ayer se oficializó la noticia ya conocida de su renovación- participó con el grupo en alguna acción de tiro y Kulboka se mantiene entre algodones, trabajando a su ritmo. Hay que medir ya los consumos porque se acerca el día D en la F12 de Valencia. Y conviene comenzar a repasar, en orden cronológico, lo que le espera a la franquicia de Miribilla. Cinco astados de ganaderías de muy variados encastes, con el común denominador del trapío y su capacidad para dañar.

Se cumplió ayer una década desde el último título celebrado en el Buesa, aunque la onda expansiva de aquella Liga ACB conquistada con un 3-0 al Barcelona el día en el que San Emeterio entró con todas las bendiciones en el santoral deportivo será algo imborrable.

La actualidad del Baskonia dibuja un grupo renovado, con un color de piel que delata una salud emotiva que le faltaba. El efecto Dusko Ivanovic es un recurso permanente cada vez que es reclamado para reorientar a una patrulla deportiva. Lo hace con su disciplina carente de contemplaciones. Deja sin sudor y sangre a sus jugadores pero estos actúan como fieles, le siguen y la senda conduce invariablemente a los confines de algún edén.

Poco se puede rescatar de su derrota en Miribilla. Vuelve a tener bases, Granger (tras ocho meses parado) y Vildoza, aunque pierde a Christon y no logra recuperar a tiempo al operado Garino. Sus opciones orbitan en torno al capataz Shengelia, que quiere dejar Vitoria con la huella de un título si finalmente el CSKA paga su salida este curso.

Fuera de la Copa del Rey, herido de muerte en Euroliga y atrapado entre la clase media en la ACB, el empujón de Ivanovic trata de hacerle parecer de nuevo una alternativa a Real Madrid y Barcelona. En el derbi de mañana lucirá una indumentaria azul hospital en reconocimiento al trabajo realizado por los sanitarios en la lucha contra el Covid-19.

Entró de rondón el Joventut. Duodécimo clasificado cuando se detuvo la competición. Siempre es un soplo de aire fresco ver en un evento un conjunto con una media de edad de 24 años y siete jugadores canteranos en su roster, de sólo doce unidades como los hombres de negro.

En su caso producto de la necesidad por la fuga cuando comenzó la pandemia de Wroten y Harangody. Esos huecos los reemplaza con los repescados Busquets y Parrado. Pero la chequera de la Penya está bien surtida desde que la familia Grifols se hizo cargo de las deudas y la mayoría del accionariado. Lo prueba que acaba de pagar 100.000 euros por la libertad del obradorista Brodziansky para el siguiente curso, para el que también tiene atado a Bassas y quiere recuperar exverdinegros como Pau Ribas y Marko Todorovic, amén de Lapprovittola si se pone a tiro.

Con dos perlas blancas en la dirección, Dimitrijevic y Zagars, el canadiense Morgan renovado y por lo tanto tranquilo, y los muros interiores apuntalados con Stevic y Omic, su referente será Prepelic, díscolo jugador que en la pista supera los límites de la educación, pero también de la anotación, con una media de 22,3 puntos. En la liga regular el Joventut ganó al RETAbet y Tenerife y perdió ante Unicaja (2), Baskonia y Barça. Su partido estelar fue el triunfo, doce años después en el WiZink Center ante el Real Madrid. «Y también perdimos la semana siguiente en casi ante el Fuenlabrada», recuerda el escolta esloveno.

Posiblemente las mejores noticias que pueden darse en un plantel son las renovaciones. Por ello el Ibersotar Tenerife acude a la F12 con la garantía de que su tridente mantendrá intactos los dientes. Con la partitura de Txus Vidorreta todo comienza en Marcelinho Huertas y acaba en el espacio aéreo que domina como pocos Shermadini. Los tres seguirán en La Laguna y para los insulares supone una inyección anímica.

Cuarto clasificado hasta la jornada 23, sus enfrentamientos directos con los equipos con que comparte grupo A le han sido esquivos. Sólo ganó en el Martín Carpena y como local al Joventut, perdiendo en los otros cinco duelos registrados. El equipo del técnico de Indautxu sólo presenta la baja (rodilla) de Santi Yusta. Recupera al convenido Alberto Cabrera y hará debutar a Zeisloft, que ya restaba en la isla desde noviembre. Salin, Lundberg, White, Bogris, Dani Díez, Gielo, Konate... Vidorreta tiene mucho y poderoso donde elegir. Será el Tenerife uno de los compañeros de viaje de los hombres de negro en la BCL, a la que aún podrán intentar clavarle el diente tras el verano.

Quizá sea del que menos apuntes hay que realizar, salvo que está ante la única oportunidad de levantar un título este curso. En la casilla de salida objetivó sus afanes en conquistarlos todos para dar sentido al pastón invertido en el fichaje de Mirotic. Se le esfumaron los de Supercopa y la Copa de Málaga, ausente incluso de la final, cuando en el momento del parón pandémico lideraba la fase regular. Sus planes y cuentas, los de siempre. Dirimir el trofeo contra el Real Madrid, como si el resto de los equipos actuaran de palmeros, meros comparsas.

A Pesic le duele menos la cabeza pudiendo incluir a Heurtel y Pangos en la dirección. Cuando estaban lesionados le tocaba el marrón a Hanga y así les fue en ocasiones a los culés. Tienen la baja tremenda de Delaney, pero confían en que este trofeo se ganará desde el físico y la defensa y proponen a David, Tomic y Higgins como pilares en el cinturón de hierro.

Nadie va a descubrir a estas alturas al Unicaja, pero el conjunto de Ciudad Jardín está comenzando a tirar de la manta para dejar de ser el gran tapado de esta cita. Visitan un pabellón, La Fonteta, donde ganaron la Eurocup de 2017 al anfitrión, cita en la que el exhombre de negro por tres meses, Alberto Díaz fue MVP. Y lo hacen con las costuras más que bien remendadas. Reaccionaron a un mal arranque y problemas varios con el fichaje de Brizuela, un jugador que irradia vida en la pista. Y justo antes de que el coronavirus se llevara por delante la liga regular incluyó a Mekel, Simonovic y un Axel Bouteille al que sufrirán sus excompañeros en la jornada final.