Tendencias coperas

Análisis ·

Miércoles, 23 de febrero 2022, 00:58

Sin ánimo de ser reiterativo, la pasada Copa del Rey ha dejado clara la evidencia de que el campo es pequeño para la energía que ... ponen los jugadores y la pasión que insuflan los entrenadores en la lucha del cuerpo a cuerpo. La emoción del resultado no quita atractivo a la competición. Sería muy negativo restar valor a los siete partidos que, al final, han hecho justo vencedor al Barcelona.

Publicidad

De las catorce anotaciones que han sumado los equipos sólo en cuatro se ha llegado a los 90 puntos, guarismos que garantizan que el espectáculo ha tenido la calidad necesaria para ser interesante. El Barcelona ha pasado de 100 en dos ocasiones, el Madrid alcanzó una vez los 94. El otro equipo que llegó a 90 fue Murcia en su enfrentamiento con el campeón. Los murcianos y el Manresa se han sabido amoldar en los dos últimos años a la tendencia del mejor baloncesto europeo. Sus entrenadores tienen muy claro que, por encima de todo estilismo, lo único que prevalece es la temperatura defensiva y la libertad ofensiva de sus jugadores. Casi todos, con la excepción de los bases Dani Pérez y Tomás Bellas, son trotamundos extranjeros.

En la primera jornada se vivió un competido Joventut-Tenerife. Tuvo sus valores tácticos, con jugadores camino de la retirada pero sabios y admirables en su juego. Ribas, Ventura y Bassas, todos nacionales, acompañados por el ilustre Tomic, le dan a la Penya un aire retro, casi nostálgico. Mientras, el Tenerife mantiene la maestría de Huertas, que se alía con el talento de Shermadini para bordar un reiterativo juego de 2x2. Como los mejores tiempos de ambos han pasado, fracasan en sus intentonas de encarar batallas mayores.

La diferencia entre los finalistas y el resto del baloncesto español es tan grande como lo era hace treinta años, con el peligro de la desaparición de jugadores nacionales que fidelicen a sus aficiones. En la final quedó confirmado el hecho de que piezas como Llull o Rudy, aun teniendo cuerda para algún momento de brillantez, han dejado de ser la garantía en los minutos finales de las grandes batallas. El ciclo blanco parece encontrarse en ese momento tan difícil de aceptar en el que se medita sobre cómo poner fin a una etapa gloriosa. Lo fácil en estos casos es fichar buenos jugadores. Dicen que los blancos tienen atado a Larkin, buena adquisición, pero la decisión necesaria es limpiar de la mejor manera posible y sin traumas el banquillo. Al Barcelona le costó mucho prescindir del otrora genial Navarro, sobre todo porque jugadores como estos jamás quieren dejarlo. A la vista de lo que atesora la actual plantilla blaugrana, aquella decisión traumática fue acertada.

Publicidad

Como resumen final, decir que se echó de menos a equipos de entidad como Málaga y nuestro Baskonia y que se notó la baja de Valencia en semifinales. Decir también que Murcia, sin saber en qué presupuesto se mueve, podría tener recorrido de la mano de Sito. Me apenó no ver el florido baloncesto de Pedro Martínez, por aquello del calendario. Como colofón, creo que, dados los retrasos del Madrid, el Barcelona tiene sentadas las bases para ser nuestro mejor representante en el concierto europeo durante tiempo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad