El presidente Shimon Mizrahi, arriba, y David Federman, abajo con camisa, son las mayores caras visibles del club. Jesús Andrade y Maccabi

El precio de regenerar el Maccabi tras el exilio

La familia Federman, poseedora del 29% del club estandarte de Israel, sopesa vender su parte, valorada en 130 millones de euros

Jueves, 13 de noviembre 2025, 00:10

El sempiterno Shimon Mizrahi (Tel Aviv, 1939) acaba de cumplir 86 años, 57 de ellos como presidente del Maccabi. El cargo no es honorífico. Es ... el que manda desde que el ser humano llegó a la Luna, en 1969, hasta estos días. Sus compañeros en la junta directiva lo asumen sin rechistar pese a que el veterano mandatario hace tiempo que dejó de ser el máximo accionista. El paquete más grande se lo reparten dos familias: los Recanati –Shay y Oudi– y los Federman –David y Danny–, con un 29% cada una. Los segundos, padre e hijo, son la principal cabeza visible y se plantean vender su parte en un intento de impulsar un club venido a menos en la última década. Una sombra de lo que fue.

Publicidad

El plan para salir de la crisis y recuperar la gloria pasa por revitalizar la inversión. Según los medios locales, la familia Federman lleva seis meses de negociaciones que están muy cerca de fructificar para el traspaso de sus acciones a los hermanos estadounidenses Mark y Zygi Wilf (y su primo Leonard). Su padre, Joseph, fue uno de los supervivientes del Holocausto y sus hijos prosperado en el deporte americano. Fueron los propietarios de los Minnesota Vikings de la NFL durante 20 años y, desde 2021 comandan el Orlando City SC de la liga de fútbol (MLS). Su fortuna ronda los 10.000 millones de dólares y el acuerdo se cerraría en 130 millones de euros. Ser el emblema de Israel vale como el oro.

Multimillonarios y cobijados por la bandera de Israel, los Wilf cumplen con los requisitos que imponen los dirigentes del Maccabi. En 2013, celebraron la entrada de Richard Deitz (17,5%) y Ben Ashkenazy (10%), «dos jóvenes sionistas que comparten la visión a largo plazo de los propietarios más veteranos y están comprometidos con preservar el espíritu y los valores del club», alabó en su momento Mizrahi. En 2023, cuando comenzó el exilio macabeo en Belgrado y las cuentas reportaban 8 millones de déficit, los Federman comenzaron a sopesar dar un paso a un lado. «Si alguien puede hacerlo mejor que nosotros durante 20 o 30 años, entonces sí. El secreto del Maccabi no es malgastar 10 o 15 millones al año, sino mantenerse en la cima durante 50 años».

Mizrahi, abogado y coronel en reserva del ejército, dio el primer paso hace más de medio siglo. Salvó al club de la bancarrota con ideas tan innovadoras como cobrar la entrada a los partidos, vender los derechos de retransmisión a las televisiones y firmar acuerdos de patrocinio. En los dos años de exilio en Belgrado, ha vendido tickets con cuentagotas y la publicidad se ha resentido. Aunque, al igual que el club, en el descenso de la opulencia sólo se le puede atribuir una pequeña parte.

Publicidad

La Euroliga conquistada en 2014 con la exhibición del base Tyrice Rice no sirvió de efecto para aumentar el presupuesto del club al mismo ritmo que invertían el resto de trasatlánticos. Necesitaban hacerlo los propios accionistas, dentro de un acuerdo en el que cada uno debe aportar en proporción a su porcentaje accionarial. El club comenzó a perder dinero y entre el covid, y el exilio en Belgrado, las cuentas y el rendimiento del equipo no han hecho más que caer.

Este verano, sus seguidores más radicales, The Gate, estallaron contra Danny Federman. Pidieron que abandonara el club por no tener «la capacidad financiera ni el deseo de invertir en la construcción de un equipo competitivo, mientras que otros accionistas sí están dispuestos a hacerlo». La entidad condenó el comunicado «repleto de afirmaciones falsas». Los Federman, que han ganado tanto con el Maccabi que saben lo que se pierden, tomaron nota. Su último servicio ha sido liderar la campaña de los conjuntos hebreos para volver a Israel. La venta de entradas supone más de un 25% del presupuesto. De vuelta a la Mano de Elías, todo apunta a que cederán el testigo a los Wilf, cuya inyección financiera busca lanzar otra vez al Maccabi a la cima.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad