Nos volvíamos a reencontrar con el aro después de que a Zelensky no le quede otra que pasar por él, que un novio de dudosa ... reputación se empadrone en Chinchón gracias a una cámara y que un Papa sobreviva por la ciencia aunque le hagan falta muchos padres nuestros. De madre debía jugar el Baskonia para levantar la cabeza en Europa.
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Acariciar su gatito
Las gradas con un 20% menos de personal, aunque personalmente tenga sana envidia de su ambiente. Intercambio de canastas entre Cabarrot y Brown que eran los que veían el aro de colores. Se fueron sumando a la causa efectivos como Moneke, Diop o Davies y un rebote ofensivo que seguro ofendía a Obradovic. Sterling continuaba ejerciendo de estrella en un partido donde el pegamento evitaba que hubiera un Calleja despegando. Buscamos el calor interior con Samanic, porque fuera hacía frío, mientras que el Partizan hallaba a Vanja e iniciaba una escapada de 'coJones'. Los de casa abusaban con los 1x1 de sus americanos casi como su presidente Donald, en el despacho oval, con Volodimir. Pablo no daba con su quinteto ni los que aparecían por la pista con el aro. Los de negro nos dormían en medio campo sabiendo que en el 5x5 sufrimos más que un ucraniano defendiendo tierras raras. Entre pérdidas y un juego de descalzaperros nos fuimos al descanso viendo a Zeljko acariciar su gatito.
La vía
Salida en 2-2-1 baskonista intentando apretar desde el inicio para que aquello no acabase con nuestros aficionados sufriendo un apretón. Agapitos seguía dando la cara aunque aquello fuese una cruz. Ellos mantenían el guion evitando carreras y saltando al 2x1 sobre el hombre del balón. Así lograban que el ataque vitoriano no tuviera un final feliz. Menos mal que los de Belgrado no atinaban de tres porque si no nos hubieran hecho un ocho. Recortamos la diferencia por los libres, sus pérdidas y un puertorriqueño al que nunca hay que aislar en ataque. Bajamos de los 10 pero sin que ellos perdiesen la Iffe.
Afrontábamos el último cuarto soñando no hacer un Mazón o lo que viene a ser no llegar tarde. Inoportuna lesión de Markus e impecable aportación de un Donta con nota. Pasamos del agua al vino en actitud, defensa y lectura del juego colectivo. Nos pusimos a los dedos de una mano, sin pívots, haciéndonos grandes en los cambios y ayudas pero mi tocayo sin L y los extravíos de balón devolvieron la valeriana al banquillo serbio. Nos subimos tarde al tren pero la segunda parte es la vía.
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Final
Se nos hizo de noche ayer por culpa de una primera parte insuficiente que intentamos corregir en una segunda por momentos notable. Sus Jones, Mike, Lundberg y compañía sonaron al unísono ante un equipo alavés al que le falta sintonía. Toca seguir creciendo y que no sea nada lo del bajito.
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