Pedro Martínez protesta en un partido del Valencia Basket. Efe
Análisis

Construir una trayectoria

Rival del Baskonia ·

Apostó con firmeza el Valencia Basket con la llegada de Pedro Martínez, un entrenador que mira más allá del mero juego

Sábado, 26 de abril 2025, 00:04

Una trayectoria no se mide exclusivamente por el resultado final, porque a este se suele llegar influenciado por muchos factores. Como una carrera de fondo, ... la exigencia es importante en todos momentos siendo conscientes de que en alguno de ellos las cosas no salgan como se hubieran previsto en un inicio. De entrada parece 'fácil' decir «vamos a conseguir…»; en la práctica no es que se logre o no el resultado, sino más bien qué formas adquiere el mismo y cuánto se acerca a lo previsto inicialmente. Los resultados son siempre una consecuencia de lo realizado con anterioridad, tengámoslo claro.

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Apostó con firmeza el Valencia Basket con la llegada de Pedro Martínez. No solo por su estilo, porque al final un entrenador tiene también entre sus tareas adaptarse a cada realidad a la que se enfrenta cada temporada, sino por darle importancia a algo que en baloncesto es también relevante: cómo ganas e incluso cómo pierdes. Estas formas, este 'cómo' tiene mucho que ver con esa trayectoria que el Valencia Basket iniciaba allá por el verano pasado y con lo que Pedro Martínez propondría.

Siempre ha sido un entrenador que miraba más allá del mero juego, un entrenador que exigía el máximo en los mínimos básicos del juego, y un entrenador de los que cree que hoy en día este deporte se debe ejecutar desde la mentalidad, los espacios y el ritmo. En este contexto el jugador tiene cierta libertad para expresarse al máximo, desde sus características individuales pero eso sí, en el momento que un compañero esté liberado, no me digas cómo, le debe llegar el balón. Y otra evidencia más: la defensa es compromiso con todo lo que eso supone de esfuerzo extra y responsabilidad individual. Desde ella se construye ese ritmo alto que después ha de explotar hacia el ataque en cuanto la posesión pasa a tus manos. Sencillo, claro, directo e incluso atractivo.

Leyendo esto podrá entender que recientemente Valencia Basket haya batido el récord de valoración en un partido ACB, el récord absoluto de puntos y el de asistencias en el mismo partido, siendo el equipo que más anota en la Liga. Vale, un día muy bueno puede ser posible, pero a este nivel y a estas alturas de la historia es realmente complicado.

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También es uno de los equipos con mejores registros en defensa, en eficiencia y en algunos registros más. Dato sí, dato no, lo cierto es que la transformación del Valencia Basket en esta temporada es evidente respecto al pasado, si bien no haya llegado a lo esperado tanto en Copa del Rey como en su caída en la Eurocup. Una mirada, los resultados concretos, y la otra, su evolución, son complementarias y forman parte de este proceso de construcción que está llevando a cabo, y esto es precisamente lo digno de comentar.

Todo ello lo hace aún más peligroso en este tramo final de temporada. Son bien conscientes de que algunos objetivos no se han logrado pero también que su forma de afrontar los partidos, su identidad, les está llevando a un juego que insistiendo en sus principios pueden llevarles a un mejor resultado. Una plantilla de 'descarados' como De Larrea, Badio, Montero y Sestina, de físicos como Jones, Ojeleye, Reuvers y Brimah, y experimentados como López-Arostegui, Costello y Jovic hacen que desde la rotación constante, la versatilidad de sus jugadores y las diferentes alternativas que te pueden aportar los quintetos en el campo, competir contra el Valencia Basket te exige un altísimo nivel de ritmo, de evitar errores y de control mental para superar las circunstancias. Como una carrera de fondo, ni más ni menos, pero en 40 minutos.

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