El Baskonia espera a Galbiati esta semana en Vitoria con la desvinculación de Laso pendiente
El italiano rechaza participar en la Liga de Verano de la NBA con los Cavaliers para instalarse en la capital alavesa cuanto antes
El anuncio de la separación entre el Baskonia y Pablo Laso se hace esperar mientras el transcurso de las operaciones con Paolo Galbiati sigue un ... camino más lógico. El conjunto azulgrana espera el aterrizaje en Vitoria de su próximo entrenador esta misma semana. Una primera toma de contacto con ánimo de sellar su fichaje, comenzar a instalarse y ponerse manos a la obra en la confección de la nueva plantilla. La decisión para acometer el cambio de entrenador es firme y no tiene punto de retorno. El único freno es la desvinculación del técnico saliente, con contrato en vigor hasta 2027.
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La ruptura es oficiosa desde hace ya días, pero los dirigentes del club y Pablo Laso apenas se han visto las caras desde que concluyó la temporada para abordar una situación que mantiene la reconstrucción azulgrana en un segundo plano. Como informó este periódico, el vitoriano se reunió con el presidente Josean Querejeta y conoció de primera mano las responsabilidades que le asignan sobre una temporada desalentadora. Sin embargo, treinta y dos días después de la eliminación liguera a manos del Real Madrid, la entidad aún no le ha comunicado de forma directa que dejará de ser el dueño del banquillo azulgrana este verano, según ha podido confirmar ELCORREO. Una notificación de rigor que podría estar próxima.
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El ilustre alumno de San Viator ha regresado a la capital alavesa tras participar en la reunión de entrenadores de la Euroliga en Barcelona y su posterior congreso celebrado en el OAKA de Atenas. Su deseo era sentarse con su cuerpo técnico y staff a definir la preparación de su segunda temporada como entrenador en el Buesa Arena y no verse involucrado en esta coyuntura espinosa.
Una vez se comunique su despido, los representantes del club tendrán que intentar acordar con los agentes del técnico la liquidación de un contrato al que le quedaban dos años por delante, con la campaña 2025-2026 completamente garantizada y la última opcional. La rescisión apunta a ser un pulso, dado que al Baskonia le gustaría abonar la mínima penalización posible y Laso defenderá el ingreso completo del finiquito. El peor final posible para una alianza que pretendía revitalizar las ilusiones del baskonismo.
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Esa misión es la que se le encomendará ahora a Paolo Galbiati, un técnico intenso en la banda y con reputación de ayudar a mejorar a los jugadores jóvenes. El italiano, de 41 años, estaba sin equipo desde que rompiera su contrato hasta 2027 con el Trento este mismo verano en busca de dar un salto en su carrera. «En absoluto tengo nada cerrado», declaró en su adiós en su entrevista de despedida al medio local Il Quotidiano. Y decía la verdad.
Un abrupto precedente
Sonó para el Gran Canaria por si se iba Jaka Lakovic y se hizo un hueco para estar en la Liga de Verano de la NBA que arranca el jueves en Las Vegas con los Cleveland Cavaliers que dirigirá el exbaskonista Omar Cook. Ahora, ha optado por renunciar a la invitación para enrolarse en el Baskonia, la primera gran oportunidad de su trayectoria, y familiarizarse con su nuevo lugar de trabajo. El estreno en la Euroliga le llega tras superar el casting abierto por la directiva azulgrana. Se sondearon a entrenadores como Sasa Obradovic y Luca Banchi, entre otros, que optaron por renunciar, mientras llegaron otros tantos ofrecimientos.
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El elegido será Galbiati, que firmará un contrato por dos temporadas, la segunda en función de resultados y objetivos. Pero su fichaje no se oficializará hasta que se consume la desvinculación con Pablo Laso, un escenario en el que la entidad de Zurbano ya se ha manejado en varias ocasiones. La que más se demoró inmiscuyó a otros dos técnicos transalpinos. La ruptura con Sergio Scariolo en 2014 se demoró hasta el 5 de agosto y anunció dos días más tarde a Crespi, que fue a la Liga de Verano de la NBA a ojear jugadores. Así aprovechó el largo periodo de indefinición que no sería plato de buen gusto para ninguna de las tres partes.
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