El Baskonia ejecutó una cláusula de renovación de Alec Peters por una temporada más

Se trata por tanto de una renovación que pasó inadvertida en su momento. El club no la hizo pública en su momento, siguiendo la política de no desvelar los apartados opcionales que acostumbra a añadir en sus contratos. El último caso, el de Pierriá Henry, que finalizó su compromiso con el Baskonia y abandonó el club tras su segunda temporada cuando su acuerdo inicial se extendía por tres años, hasta este 2022.

Peters fue fichado un año después, a los pocos días después de la consecución del título de Liga de 2020. Shengelia comunicó su marcha al CSKA y la dirección deportiva azulgrana se movió rápido en el mercado para hacerse con los servicios de un 'cuatro' de garantías procedente del Anadolu Efes después de haberle tanteado los dos años anteriores. El comunicado oficial de su llegada certificaba un vínculo por dos campañas que llegaba a su punto final este verano. Sin embargo, la letra pequeña del contrato permitía a ambas partes prorrogar su duración hasta 2023.

El Baskonia ejecutó la cláusula y le otorgó galones dentro del vestuario justo antes de su lesión de rodilla. El distinguido segundo capitán de la remozada plantilla azulgrana se perdió los primeros 37 partidos oficiales (20 derrotas) del curso presente, coincidiendo con una nefasta racha inicial que significó la destitución de Dusko Ivanovic y casi la confirmación de su ausencia en la Copa del Rey y los cuartos de final de la Euroliga.

El interior nacido en Illinois hace 27 años, junto a Baldwin los dos extracomunitarios del conjunto vitoriano, regresó después de Navidad al ralentí, con cuarentena por covid incluida, para ir cogiendo el ritmo de competición y contribuir en la mejora del equipo. Su impacto en la Euroliga, rozando los 10 puntos de media en 12 partidos, no fue tan alto como el que registra ahora en la ACB, con 11,3 puntos, 6,3 rebotes y 15 de valoración en 27 minutos de juego, tomando el mando del entramado defensivo.

Confirmada su renovación, queda por concretar cuál será el verdadero propósito que el club tenga para Peters para la próxima campaña. El Baskonia tiene en el exjugador de los Suns un referente emocional en el vestuario, donde desde su reincorporación ha contribuido a mejorar el ambiente dentro del mismo. Se trata del líder del grupo, un intangible muy valorado en las oficinas de Zurbano además de por su rendimiento sobre la pista.

En estos dos años se ha convertido en un jugador mucho más completo que el rol de 'cuatro' tirador que acuñó en el CSKA y en el Efes en sus primeros años en Europa. Elegante y letal desde la línea exterior, en Vitoria ha fortalecido su físico, lo que le está permitiendo lucir sus movimientos y lectura de juego en el poste bajo así como una mejora en la fiabilidad defensiva y el rebote.

Sin embargo, el horizonte de encarar el que sería su último año de contrato y las dudas que hayan podido suscitar sus contratiempos físicos le convierten en una pieza susceptible de traspaso a cambio de una buena compensación económica. La querencia mercantil en Zurbano sigue al pie del cañón, especialmente tras dos años donde los ingresos han sido restringidos.

Su nuevo vínculo también está sujeto a cláusulas de desvinculación en dónde también pueden influir sus aspiraciones como jugador. No tanto por ir a otro club de Europa con más opciones de alcanzar la Final Four, si no por su deseo reconocido en una entrevista en este periódico a principio de temporada de volver a intentarlo en la NBA, aunque no parece un verano propio para tener opciones tras pasarse cinco meses lesionado. En definitiva, solo cuando se avance en la configuración de la próxima plantilla se podrá concretar con certeza su futuro. Lo mismo que con la figura del entrenador, materia aparcada durante las próximas semanas.