Padilla, el protagonista inesperado del Athletic
El guardameta, con su gran parada a Aleñá, se gana a la afición rojiblanca en su complicada tarea de sustituir a Simón y a Agirrezabala
Robert Basic
Viernes, 16 de agosto 2024, 11:23
«Ha hecho un gran partido. Tenía mucha responsabilidad porque al final es el portero del Athletic y sabemos lo que eso significa. Ha estado ... muy bien. Ha estado sobrio y nos ha salvado de un gol cantado». Ernesto Valverde dio la bendición a la actuación de Álex Padilla (20 años, Zarautz) frente al Getafe, un debut en el que el canterano rojiblanco sacó adelante con nota el duro compromiso de debutar en Primera en La Catedral y hacer olvidar a los lesionados Unai Simón y Julen Agirrezabala. Su gran parada en un mano a mano frente a Aleñá arrancó la ovación de San Mamés y el reconocimiento de su entrenador y sus compañeros, en una actuación que le da confianza al de Zarautz para el próximo compromiso contra el Barcelona.
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«He decidido aguantar lo máximo posible para no darle sitio por dónde tirármela y cuando golpea me hago grande y por suerte me da en el pie», explicó Padilla sobre la intervención que le convirtió en protagonista del partido. «Este día lo recordaré siempre. Por suerte, el fútbol me ha regalado esta oportunidad», se felicitó Padilla. El guardameta rojiblanco añadió también que «a pesar de recibir muchos goles en pretemporada, siempre he confiado en mí y estaba convencido de que lo podía hacer bien».
Natural de Zarautz e internacional sub'23 con México, Padilla es otro talento de la factoría rojiblanca que llegó a Lezama en 2019, momento en que fue captado por el equipo de trabajo de Peio Agirreoa. El que fuera coordinador de porteros del Athletic durante dos décadas, jubilado el verano pasado a los 68 años, analizaba hace un mes para EL CORREO las cualidades de un chaval cuya vida profesional ha dado un vuelco con su debut en Primera.
Padilla llegó a Lezama con 15 años, fichado por Agirreoa porque, según sostiene, «encajaba como un guante en lo que es el perfil de portero del Athletic». Alto, de 1»90, al igual que Simón, con una gran envergadura, el guipuzcoano era justo lo que buscaba el conjunto rojiblanco para sus categorías inferiores. Recaló en el Juvenil Nacional, luego militó en el del División de Honor para pasar después por el Basconia, el Bilbao Athletic y completar varias pretemporadas con el primer equipo. De hecho, hace dos años en la concentración de Alemania disputó cuatro amistosos –Bochum, Mainz, Alavés y Mirandés– y el pasado verano fue a México, tierra de su madre, para disfrutar de minutos ante un grande del país como el Chivas. «Técnica y tácticamente está preparado», sostiene Agirreoa, quien subraya, eso sí, que el factor «psicológico y mental» será clave para que el portero se adapte a la exigencia de la élite.
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El de Zarautz era habitual en las categorías inferiores de la selección española. Jugó seis partidos con la sub»19 antes de dar el paso y cambiar de bandera. De padre vasco, de Bergara, y madre mexicana, de Camargo, municipio de Chihuahua, Padilla decidió enfundarse la camiseta de la sub»23 azteca. En marzo jugó sus primeros minutos en el amistoso contra Argentina. «Con la altura que tiene no es un portero ágil, pero es grande y ocupa muchísima portería. Pienso que técnica y tácticamente está preparado. Lleva años en Lezama -cinco-, está bien entrenado y sabe lo que significa ser portero del Athletic; sabe lo que el Athletic quiere de sus porteros, no solo en el campo sino también en otros ámbitos. Ha aprendido bien. A partir de ahí -avisa Agirreoa-, entra el factor psicológico».
El hombre por cuyas manos han pasado hombres como Kepa Arrizabalaga, Unai Simón, Julen Agirrezabala y Álex Remiro, entre otros, no dudó de la capacidad futbolística de Padilla, aunque al ser consultado por este periódico, incidió en la importancia de la fortaleza mental para no ser quemado por los focos de la élite. «No es lo mismo jugar en el Bilbao Athletic que en el primer equipo. Hay que adaptarse a San Mamés, a la presión. No es sencillo. Habrá comparaciones. «Padi» (así le llama) tendrá que convivir con ello y gestionarlo. Es la parte más importante de esta situación».
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Agirreoa insistió en la importancia de la adaptación a un mundo nuevo. Tener acero en la cabeza es fundamental, clave. «'Padi' es tranquilo, no le afectan mucho las cosas, pero le va a cambiar la vida. Los medios van a estar pendientes de él, será el foco y eso te cambia la vida. Ser portero titular en el primer equipo del Athletic te lo cambia todo. No vas a ser el de antes. Tus costumbres, tus hábitos... Se le conocerá por la calle. Todo ello hay que gestionarlo. Es un chico joven, que solo ha jugado en Primera y Segunda Federación, pero es algo que les ha pasado a todos. También a Julen (Agirrezabala). Dio el salto al primer equipo -con 20 años- y mira cómo le ha ido». El de Rentería ha dado un nivel excelente a la sombra de un excelso Unai Simón.
En cualquier caso, Agirreoa no dudó en su momento de que Padilla respondería a las expectativas para cubrir con garantías la portería del Athletic, como sucedió ayer frente al Getafe. Le define como una persona muy tranquila –«hasta su expresión física es así»–, «muy de su pueblo y de su cuadrilla». Un chico de Zarautz, que también vivió con su familia un par de años en Estados Unidos antes de volver a casa y enrolarse en el equipo de su localidad. Ahora, un lustro después de su aterrizaje en Lezama y de cinco amistosos disputados a las órdenes de Valverde, debe responsabilizarse de una demarcación icónica en Bilbao. Lezama sigue suministrado recursos, tal y como quedó reflejado una vez más con la actuación de Padilla frente al Getafe, con una parada ante Aleñá que queda para el recuerdo.
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