Orbaiz: «Para trabajar en el Athletic hay que estar preparado»
El excapitán rojiblanco sigue jugando en el equipo de su tierra, el Valle del Egües, en Tercera, y a sus 37 años disfruta del fútbol sin presión ni agobios
robert basic
Domingo, 6 de marzo 2016, 10:25
A Pablo Orbaiz (Pamplona, 1979, 12 temporadas y 318 partidos en el Athletic) le gusta tanto el fútbol que no pudo dejarlo sin anestesia. Un ... día decidió que su carrera profesional había llegado a su fin y volvió al lugar donde empezó todo, su casa. Cambió las mejores alfombras del continente por el barro de toda la vida y ahora juega en el Valle del Egües, en Tercera. «Me lo sigo pasando bien todavía», relata en una conversación con este periódico, celebrada un día antes del partido contra el OM en San Mamés. Modificó los planes para poder asistir -hizo pira del entrenamiento del jueves- y aceptó de buen grado charlar de una de las cosas que más le apasionan en este mundo, el fútbol. ¿Y el Athletic? «Me encanta verlo».
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- ¿Qué es de su vida?
- Ahora tengo otras rutinas, de familia, de aprender a trabajar de otra manera, y el deporte, que me sigue gustando.
- ¿Qué hace?
- Juego en el equipo del pueblo (Valle del Egüés, en Tercera). Me lo sigo pasando bien todavía.
- Como cuando empezó todo.
- Sí, se une todo. Jugar sin presión, hacer deporte e integrarme en la sociedad en la que vivo. También es una manera de dejar el fútbol poco a poco y no de golpe. Lo haré al final de esta temporada.
- ¿Le resultó difícil retirarse de la élite, decir aquello de hasta aquí hemos llegado?
- Si lo piensas bien, siempre cuesta tomar la decisión. La vida y el cuerpo te van mandado mensajes y hay que saber interpretarlos. Cada uno lo hace a su manera. Pensé que había llegado el momento de dejarlo.
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- Jugó en Osasuna, Athletic, Olympiacos y Rubin Kazan. ¿Con qué se queda de todo este periplo?
- Con que he podido forjar mi carácter. Aprender tantas lecciones de tanta gente que te enseña muchas cosas. No digo que sean mejores ni peores, sino que el entorno del fútbol te forja un carácter que hace que madures de una forma diferente. El fútbol ha formado parte de mi educación como persona.
- ¿Qué le ha enseñado?
- Cuando vives las experiencias en un momento determinado, y me refiero al mundo del fútbol, las que son buenas son increíblemente buenas y las que son malas son increíblemente malas. Luego pasa el tiempo, lo analizas más fríamente y te das cuenta de que todo era relativo. A veces das mucha importancia a temas que en realidad no la tienen. Es lo que comprendes con el paso del tiempo y es una gran enseñanza.
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- ¿Y los entrenadores? ¿De quién ha aprendido más?
- Todo el mundo trata de hacer su trabajo con la mejor intención posible. Lo que ocurre es que a veces las cosas no salen como uno quiere. Personalmente, Ernesto (Valverde) ha sido el entrenador con el que mejor me han ido las cosas y con el que he dado mi mejor nivel deportivo. Es la realidad. Pero sería injusto no quedarme con todos porque todo el mundo trataba de aportar lo máximo y he aprendido de todos.
- Su salida del Athletic fue extraña, sin un adiós deportivo ni institucional. ¿Qué pasó?
- Quizás fue un poco extraño por el hecho de llevar muchos años en el club. Para mí, lo que pasó fue la realidad del fútbol. Llegó un entrenador (Marcelo Bielsa) que apostó por otros jugadores porque simplemente eran mejores que yo. Es ley de vida. El técnico tenía unas ideas y el tiempo le dio la razón. Fue tan simple como que mi tiempo en el Athletic se había acabado y lo asumí con naturalidad. Pensé que si quería jugar tenía que salir. Ernesto (Valverde) estaba en el Olympiacos y tomamos una decisión. Tengo que decir que el Athletic siempre se ha portado bien conmigo. He sido un jugador con muchísimos altibajos, tanto físicos como anímicos, y el trato siempre ha sido bueno. Pero vino un entrenador que vio que había otros futbolistas mejores que yo.
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- ¿Se lo dijo así de claro?
- No, no, yo siempre tuve la sensación de que encajaba en su plantilla. Pero vi que había mejores jugadores que yo y que daban mejor rendimiento al equipo. Ya está.
- ¿Le hubiese gustado despedirse? Era uno de los capitanes, llevaba doce temporadas, 318 partidos...
- Nadie elige su despedida. Hay gente con trayectorias increíbles que quizás no hayan tenido la despedida con la que soñaban. Tal vez por mi carácter encajaba una despedida así. Fue el reflejo de mi carácter. Nunca me ha gustado hacer mucho ruido y se me hacía cómodo hacerlo de esa manera. Que el club me invitara luego a participar en la despedida de San Mamés me hizo muchísima ilusión. Lo disfruté.
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- ¿Con qué se encontró en Rusia y, sobre todo, por qué solo estuvo un año ya que lo jugaba todo?
- La experiencia rusa fue buenísima. Fui con mi familia y entiendo que para ellos fue más duro. Al fin y al cabo yo tengo una rutina, voy a entrenarme, tengo mis días buenos y malos, como cualquier persona que va a trabajar, y aprendí muchísimo allí. Rusia me marcó. Pero la vida y el físico te van mandando mensajes y cada uno los interpreta como cree conveniente. Decidí que tenía que volver a casa. El cuerpo no era el mismo, tenía una exigencia que no podía atender y decidí que era el momento de parar.
«Alegrías inmensas»
- Han pasado casi cinco años desde que dejó Lezama. ¿Cómo ve al Athletic actual?
- Me encanta ver al Athletic. Hace un fútbol atractivo, tiene un nivel alto y compite en todos los partidos. Da gusto. El equipo está disfrutando, con sus rachas buenas y malas, pero se le ve muy bien.
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- En este tiempo, el Athletic ha jugado dos finales de Copa y una de Europa League, ha disputado la Champions y ha ganado la Supercopa. ¿Lo ha sentido como algo suyo o le era ajeno y lejano?
- Lo sentía como un aficionado del Athletic y por supuesto que me llevaba unas alegrías inmensas. Mis mejores amigos del fútbol están allí y que les pasen esas cosas tan buenas lo disfrutamos todos. Pero no nos engañemos, deportivamente me hubiera gustado ganarlo todo y tener tantos éxitos como los que han tenido ellos en los últimos años.
- El Athletic ganó un título después de más de tres décadas de espera. ¿Qué diferencias ve entre este equipo y el que dejó usted?
- Es complicado. Ahora hay una plantilla bastante larga y también jugadores que están dando un nivel brutal, como es el caso de Aduriz. Supongo que en la mejor época que yo viví también había futbolistas buenísimos, pero la línea entre el fracaso y el éxito es tan fina... Sería injusto comparar. Ahora el equipo transmite una seguridad en el juego y una iniciativa en los partidos que en muchos momentos en los que estaba yo eso era impensable.
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- ¿Cómo ha visto evolucionar a jugadores que aprendieron a su lado: Iturraspe, Muniain, De Marcos...?
- No tienen más qu el premio a su trabajo. Más de la persona que está a su lado, de lo que dependen es de su cabeza. Si tienen buena cabeza, sabrán aprender de los buenos futbolistas, de los malos, de los que tratan de inculcarles cosas buenas, de los más traviesos... Cada uno sacará sus propias conclusiones y es su cabeza la que forjará su carácter. Iturraspe, Muniain y De Marcos, por mencionar algunos, están donde están porque se lo han ganado. Puedes tener una racha buena, pero si no eres constante en el trabajo diario nada te vendrá por casualidad.
- ¿Quién le gusta de los nuevos?
- Son jugadores que se han ganado estar ahí. Sabin Merino, Lekue, son futbolistas que me encantan y tienen un gran futuro. Pero deben ser conscientes de que hay que trabajar muchísimo para mantenerse. La constancia, el trabajo y la valía es lo que te mantiene entre los mejores.
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- En los últimos años se ha marchado gente como Llorente, Herrera, Javi Martínez y Amorebieta. ¿Teme que esto pueda repetirse por el músculo financiero de los clubes más poderosos de Europa y, sobre todo, cree que hay alguna manera de retener a los mejores?
- Es muy difícil esta pregunta. Para que todos estos jugadores se marchen tiene que haber un éxito en el club. Si el equipo da un nivel deportivo mediocre, no va a pasar. Si estos jugadores han triunfado y se han ido a clubes en principio más grandes es porque ha habido un éxito deportivo muy grande en el Athletic. ¿Cómo se pueden frenar las salidas?
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- Dígamelo.
- No nos engañemos, tal y como está el fútbol el tema económico es muy importante. ¿Frenarlo? Me encantaría decir que los jugadores tienen que quedarse en el Athletic porque es maravilloso, que lo es, pero también hay que ponerse en la piel del futbolista en ciertos momentos. Esa posición tampoco es fácil.
- ¿Entonces?
- No me siento capacitado para decir cuál deben ser las líneas a seguir. Seguro que hay personas en Lezama y en el club que trabajan a diario para que estas cosas pasen lo menos posible y se inculque el sentimiento de quedarse en el Athletic.
- ¿Qué le parece San Mamés? ¿Se diferencia mucho del viejo?
- El nuevo San Mamés es espectacular. Cuando tu campo es el mejor, el más bonito, en el que más apetece jugar, es maravilloso. El anterior tenía su encanto, pero es cierto que también había otros estadios con encanto. El nuevo San Mamés es ahora mismo insuperable en la Liga.
- Veo que no se ha mojado, y lo digo en el sentido literal.
- Cierto, no me ha tocado mojarme.
- ¿Sus planes de futuro?
- Me he sacado el título de director deportivo y me gustaría sacarme el de entrenador. Por ahí va mi afición, mi pasión. Mi realidad es que cada día llevo a mis hijos al colegio y voy a una oficina a aprender gestión. Que mi valía me lleve. Entrenadores hay muchos, pero entrenadores buenos... Me gustaría empezar desde abajo porque todavía tengo muchas cosas por aprender.
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¿Regreso al Athletic?
- ¿La actual junta directiva le ha ofrecido trabajar en el club o en Lezama?
- No.
- ¿Le hubiese gustado?
- Para trabajar en un club tan importante como el Athletic hay que estar preparado.
- ¿No lo está?
- Lo estoy, pero lo que yo tengo es la experiencia de haber jugado al fútbol. La experiencia de ver el fútbol desde fuera y tomar decisiones, de acertar y gestionar, tiene que ver con otras cosas que me gustaría preparar bien.
- ¿Se ve como entrenador?
- Me gusta mucho el fútbol y, de hecho, he dejado de ser profesional y sigo jugando en plan amateur. También entrenaba a un equipo de niños y me gustaba. Lo que pretendo es formarme y que mi valía me lleve. No quiero aspirar a lo máximo sin merecerlo. Si empiezo a entrenar y alguien cree que lo hago bien y que valgo, fenomenal. Y si no, seré feliz donde esté.
- Hace casi ocho años dijo en Lezama que «parece que esta Liga se juega para ver qué hacen el Madrid y el Barcelona y el resto estamos de comparsa». ¿Seguimos igual?
- Las diferencias entre los equipos que están arriba en la clasificación y los demás son muy grandes, lo evidencian los resultados. La tabla dice que Barça, Madrid y ahora Atlético ganan casi todos sus partidos. Viendo otras ligas, como la Premier, parece que esta tendencia está cambiando.
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- En España arrasa el Barça; en Alemania, el Bayern de Múnich; en Francia, el PSG; en Italia, la Juventus; y en Inglaterra, efectivamente, parece que hay un poco más de emoción, aunque tampoco es como para tirar cohetes. ¿Echa de menos un mayor equilibrio de fuerzas? ¿Le aburre ver que siempre ganan los mismos? ¿Tiene arreglo?
- No lo sé. Para eso están las federaciones y los directivos que gestionan el mundo del fútbol, los repartos económicos, y no sé hasta qué punto hay un interés de que eso sea así. Es verdad que a todos nos gusta el buen fútbol y cuando ves a equipos que juegan tan bien y arrasan, pues también ofrecen espectáculo. No sé si hay voluntad de modificar eso, no lo sé.
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