«Laporte era un chaval con espíritu callejero, de hacer bromas y de decirte las cosas a la cara»
Profesionales que se han cruzado en la carrera del jugador hablan de las dificultades que tuvo para crecer como futbolista en Bilbao y de su personalidad como líder nato
Aymeric Laporte (Agen, 31 años) vuelve a casa. El Athletic ya tiene a su deseado central, una demarcación que había sufrido esta pretemporada con la ... suspensión de Yeray Álvarez, la lesión de Unai Egiluz y los problemas de sobrecarga de Aitor Paredes. Ernesto Valverde incorpora a la plantilla a un futbolista de primer nivel, internacional con España y que conoce perfectamente el Athletic tras formarse en Lezama después de un paso por el Aviron Bayonnais. Vuelve uno de los mejores centrales que ha forjado el club rojiblanco y el Athletic ya tiene una plantilla de garantías para afrontar una temporada ilusionante, pero a la vez muy exigente con la participación en la Liga de Campeones.
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En Bilbao siempre se ha sentido querido y sabe que será una pieza importante en los planes de Valverde. Era su deseo y tras unas largas negociaciones la operación ha culminado con éxito para los intereses de Ibaigane y del propio jugador, que recala una década después al lugar donde creció y se formó como un central del máximo nivel.
«Le vi en un partido en Agen y me llamó la atención por su cabeza alta y su exquisita zurda. Le dije a Julen Masach (entonces en Lezama) que era buen jugador y que debíamos seguirle». Lo tenía todo. Laurent Strzcelczak detectó el talento de Aymeric Laporte durante sus tres campañas de responsable de captación del Aviron Bayonnais, el equipo vasco-francés convenido del Athletic. Exentrenador del Pau, explicó que sus padres les habían dicho que «tenía un abuelo vasco».
El Athletic tenía dura competencia. El Olympique de Marsella fue el primero en intentar ficharle. Sucedió en la campaña 2007-08 e incluso le llevó a entrenar a su ciudad deportiva de La Commanderie e invitó a la familia a un partido ante el Girondins en el Vélodrome. Pero el artículo 98 del reglamento de la Federación Francesa frustró la operación. Esa norma prohíbe fichar jugadores menores de 15 años que vivan a más de 50 kilómetros.
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Ni una palabra de castellano
El club rojiblanco fue entonces a por Laporte. PSG, Toulouse y Girondins también le querían. Agen está a medio camino entre Burdeos (114 kilómetros) y Toulouse (116), dos buenas salidas para un chico galo con ganas de subir en el fútbol. Al chaval le hacía tilín el Girondins porque allí juega su ídolo infantil, el atacante portugués Pauleta, que antes había estado en el Deportivo. «El Girondins era el que más fuerza hacía por llevárselo», evoca Fernando Quintanilla 'Txirri', en aquellas fechas en el organigrama de Lezama. Fue una figura clave en la operación.
El Athletic se movió rápido. 'Txirri' acudió junto a Julen Masach a verle a jugar en el barrio bilbaíno de Txurdinaga en un partido entre la selecciones de Euskadi y Aquitania. «Los informes eran magníficos. Era la primera vez que le veía y era un jugador como le ves ahora, con aplomo y seguridad en todo lo que hacía, con dotes de mando y manejo de las dos piernas».
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Laporte llegó a Lezama junto a Mike Lugano y Nico Coubard, dos jóvenes que habían trabajado con él en el Aviron Bayonnais, el club convenido del Athletic en Francia que sirve como trampolín para que pueda ser fichado, aunque apenas jugó un puñado de partidos. «No sabía ni una palabra de castellano», recuerda su primer entrenador, Unai Melgosa, ahora al frente del juvenil del Dinamo de Kiev ucraniano y entonces en el cadete A. «El proyecto del club y la posibilidad de venir con dos personas desde allí fueron claves para que aceptara», mantiene 'Txirri'.
En aquel momento aparece un rasgo que le ha acompañado siempre. El central francés es un hombre con ideas muy claras y que toma sus propias decisiones. «Él tenía claro que el mejor sitio para triunfar era el Athletic. Desde el momento en que decidió venir aquí sabía que era su gran oportunidad, y no la desaprovechó. Sus padres tuvieron la palabra, pero Aymeric fue clave para que se cerrara la operación». Ahí comenzó el viaje sin retorno del galo que se convirtió en bilbaíno.
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Problemas con la documentación
El aterrizaje fue complicado. Comenzó a jugar con el cadete (15 años), pero apenas pudo alinearse 86 minutos por problemas de espalda. De repente, el Athletic se encontró con una advertencia de la Federación Española. La documentación que permitía jugar a Laporte no era correcta. «Parece que hubo alguna denuncia por parte de un club francés. Eso hace que preparemos documentación más completa, lo que le tiene unos tres o cuatro meses sin jugar hasta que recibimos el o.k. de la FIFA», dice 'Txirri'. Acabó el curso jugando en el Aviron, en donde no existía la amenaza del castigo.
Fueron momentos de incertidumbre. «Se le juntaron muchas cosas: salir de casa, no conocer el idioma, que no le dieran la ficha para competir... Le dolía y constantemente me pedía permiso para ir los fines de semana a casa. Había veces que le daba permiso para que su familia le recogiera un poco, pero otras le decía que no porque entendía que debía hacer grupo. Se molestaba y me lo hacía saber. Me gustaba hablar con él porque era un espíritu callejero, de hacer bromas y de decirte las cosas a la cara», rememora Melgosa.
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Como todo adolescente, la pena de vivir lejos de los suyos le entristecía. Su familia se quedó en Agen, a 380 kilómetros. El padre, Lionel, fue jugador de rugby y aún hoy vende verduras y frutas en un puesto de la plaza. Su hermano pequeño juega allí al fútbol. Él sí ha seguido los pasos de Pauleta. Es un delantero zurdo. Melgosa se mete en la cabeza del francés y cree que todo aquello le dio la confianza necesaria para crecer. «Ese proceso le dio un poso de vivencias personales que le hicieron madurar rápido. Mantuvo ese espíritu libre, aunque cogió el concepto de equipo que tenemos en Lezama. Sufrió, pero le vino bien».
Los «moscones» siempre le han rondado. La selección francesa Sub»17 le citó para una concentración en Clairefontaine, el cuartel general de los galos. «Vete con él y haz de escolta», ordenó Masach a 'Txirri'. No había otra solución. El club se enfrentaba a un grave problema. Laporte podía irse con un simple cambio de residencia «y tenía muchas ofertas de clubes ingleses y franceses». Pese a las turbulencias iniciales, atravesó con éxito las categorías inferiores del Athletic. Con apenas ocho partidos en el filial, Marcelo Bielsa le llevó a Israel y le hizo debutar en el intrascendente partido de Liga Europa ante el Hapoel Kiryat. Aquella tarde Jonxa Vidal, hoy en el Guijuelo, disputó su único partido con los rojiblancos. Le contempló desde el banquillo antes de saltar los últimos cinco minutos. «Fue titular. Lo hizo muy bien. Bielsa le subió de inmediato al primer equipo». Fueron además compañeros en el Bilbao Athletic. Cuando llegó al filial ya tenía interiorizado el modelo jerárquico. «Era un chico que callaba y observaba lo que sucedía».
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Las circunstancias de su carrera han puesto a prueba su carácter. Su primer contrato con el Athletic lo firmó con un agente francés, Jacques Olivier, pero se separó de él y tomó una decisión casi revolucionaria en este fútbol de estrellas multimillonarias, seguir adelante sin ningún representante. Y eso que uno de los que se ha dirigido a él ha sido el Cristiano de este deporte, Jorge Mendes, al que dijo no. La misma respuesta se encontraron las grandes potencias de este negocio, Carles Puyol, Ginés Carvajal, Bahía...
El equipo que le vio crecer
Sólo llegó a un acuerdo verbal con Arturo Canales (agente de Ander Herrera), pero rompió cuando observó cómo informaba a varios medios que le representaba y tuvo la sensación de que le «movía» en el mercado. Poco amigo de los sobresaltos por rumores, toma él sus propias decisiones aconsejado por dos personas de su máxima confianza: el ejecutivo bancario Kepa Cabareda y el abogado Guillermo Ibarrondo.
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Su rendimiento en el Athletic, donde jugó entre 2012 y 2018, despertó el interés de poderosos clubes como el Manchester City, United, Chelsea y Barcelona. Pero fue el City quien apostó decididamente por él en el mercado de invierno de 2018, cuando pagó la cláusula de rescisión de Laporte. 65 millones de euros que el Athletic invirtió días después en pagar la cláusula de Iñigo Martínez, entonces central de la Real Sociedad. Laporte se convirtió en pieza fundamental en el Etihad Stadium, mientras que a nivel internacional, después de los continuos rechazos del seleccionador galo Didier Deschams, decidió apostar por la nacionalidad española para convertirse en internacional con La Roja a partir de 2021. En 2024 se convirtió en campeón de la Eurocopa con Luis de la Fuente al frente de la selección, pero en las últimas convocatorias de 2025 no ha tenido espacio. Eso, unido a su incomodidad en el Al Nassr, le han llevado a buscar una salida para regresar al Athletic, al equipo de casa, al que le vio crecer.
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