Las pretemporadas de Valverde no suelen ser muy brillantes en cuanto a marcadores se refiere. Sin ir más lejos, el pasado verano encajó dos severas ... goleadas ante el Sporting de Portugal (3-0) y el Stuttgart (4-0), además de cosechar una derrota por la mínima en el campo del Aston Villa. Pero a estas alturas del año, marcador y resultado no son sinónimos. Para hablar de los resultados de la pretemporada hay que esperar unos meses y comprobar cuál ha sido el rendimiento del equipo. En este sentido, no hay duda de que las dos últimas pretemporadas de Valverde han arrojado unos resultados excelentes en el balance final aunque algunos marcadores veraniegos despertaran ciertas dudas en los más ansiosos.
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La derrota ante el PSV entraba dentro de lo posible porque a la entidad del rival había que añadir los nueve días de ventaja que tienen los neerlandeses sobre el Athletic en el calendario de entrenamientos, una diferencia que en pleno mes de julio resulta determinante, como se pudo comprobar durante casi todo el partido.
Valverde sigue cumpliendo sus protocolos con fidelidad y después de los dos primeros choques con dos equipos distintos en cada tiempo, ayer tocaba estirar los minutos de los titulares hasta la hora de partido. Una de las ventajas de tener el mismo entrenador y prácticamente la misma plantilla es que apenas caben sorpresas en estas primeras probaturas. A alguno le podrá parecer aburrido, si lo comparamos con todos esos equipos que te venden un 'proyecto' nuevo cada año, pero empezar a trabajar sobre unos cimientos sólidos acaba teniendo más ventajas que inconvenientes.
Y si el partido empezó con una alineación reconocible, buena parte de los cambios también podrían verse cualquier tarde de invierno. El Athletic tiene una columna vertebral muy consolidada y los matices que puede introducir el técnico en cada partido tampoco son ningún secreto.
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Sigue faltando velocidad de ejecución y chispa para que la parte creativa del juego tenga un mínimo de eficacia. En cambio, el método está más que interiorizado así que, incluso a estas alturas, el Athletic es un equipo organizado que no comete errores de bulto y sabe mantener el sitio cuando no tiene el balón, que ayer fue durante la mayor parte del partido. Los automatismos siguen estando ahí; ahora falta acumular kilómetros y minutos para que la maquinaria funcione con fluidez.
Esta de la organización es una base imprescindible para ir creciendo en los demás aspectos del juego a medida que transcurran los días de trabajo y se vaya acercando el inicio de la competición. Y el Athletic fue un equipo ordenado que acabó aburriendo a un PSV que empezó con ganas de agradar a su parroquia pero se vio obligado a mover la pelota muy lejos de la portería rival y casi siempre en horizontal.
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Aunque la Eredivise empieza una semana antes que la Liga, a los holandeses también les falta el ritmo imprescindible, mucho más para superar a un rival tan rocoso. Es cierto que llegaron más y con más claridad a la portería contraria, pero necesitaron de un gol de fortuna para decantar un partido que el Athletic les había puesto cuesta arriba prácticamente en su único remate entre los palos.
Al margen de otras consideraciones el ensayo sirvió para constatar que Unai Simón sigue sacando manos salvadoras o que el verano no ha pasado ninguna factura a Vivián, el único de los jugadores de campo que aguantó los noventa minutos. Tampoco parece que el parón estival haya influido en un Berenguer que volvió a ser el delantero más bullidor, lo que es una excelente noticia a la espera de que sus compañeros adquieran el tono adecuado.
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Asistimos al debut de un Areso que confirmó su vocación de lateral de ataque cuando sustituyó al joven Rincón que se ganó muy pronto una tarjeta inocente que, sin embargo, no le impidió salvar un par de situaciones apuradas con cierta picardía. A pesar de la derrota y de que los de Valverde estuvieran casi siempre a remolque del rival, puede decirse que el Athletic pasó de forma satisfactoria su primera prueba de nivel. De acuerdo con los protocolos de Valverde, el próximo miércoles en Santander los meritorios tendrán su oportunidad de postularse ante el entrenador. Habrá que esperar a la doble cita de Liverpool, ya metidos en agosto, para empezar a calibrar los progresos en su justa medida.
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