Ernesto Valverde conversa con el árbitro en un momento del partido ante el United. Manu Ceciilio

Al Athletic le toca resetear para culminar una gran temporada

El equipo y el entorno deben evitar la depresión y mantener la compostura para terminar el curso en todo lo alto

Sábado, 3 de mayo 2025, 00:03

El Athletic ha despertado bruscamente de su sueño. El golpe recibido el jueves es de los que duelen de verdad y, lo que es peor, ... de los que muchas veces suelen pasar factura «en diferido», como dijo aquella ministra. Hará bien el Athletic en no entretenerse demasiado en lamerse la heridas, limpiar la mente y resetear todo el sistema para alcanzar el máximo rendimiento posible en las seis citas que le quedan para culminar la temporada, cinco de Liga y la vuelta de la Europa League, que se ha convertido en poco más que un trámite incómodo y desagradable.

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Iñaki Williams, todavía en caliente, trató de encender la llama de la esperanza y arrancar una especie de 'operación remontada' apelando a la épica y al orgullo. Se aprecia el gesto por lo que tiene de rebeldía; se agradece la intención de huir de la resignación pese al varapalo del marcador, pero el discurso del capitán corre el riesgo de quedarse en un mero desiderátum. La lógica y el fútbol muchas veces no se llevan bien, y ya sabemos que siempre puede pasar cualquier cosa con un balón por medio, pero una remontada rojiblanca en Old Trafford pasaría a la historia del fútbol a la altura del 'Maracanazo'.

Aunque todavía nos neguemos a aceptar lo del jueves como algo irreparable, más vale superar el duelo cuanto antes, volver a la realidad y, con los pies en la tierra, enterrados los sueños, enfocar el final de la temporada con la vista puesta en amarrar ese cuarto puesto que le pertenece al Athletic por los méritos contraídos hasta la fecha. Y aunque la quinta plaza también otorgue billete para la Champions, no es lo mismo ser cuartos que quintos porque la cuarta plaza incluye el premio añadido de la clasificación para la Supercopa.

A Valverde se le plantea ahora un nuevo e inesperado dilema. Todos intuíamos una eliminatoria igualada que se resolvería en el segundo partido, y había unanimidad en la idea de olvidar un tanto la Liga para centrar los esfuerzos en Europa. Nadie discutió la decisión de Valverde de presentarse nada menos que en el Bernabéu con el portero como único titular habitual, y todos habíamos dado prácticamente por amortizado el inmediato derbi de Anoeta, metido en medio de la eliminatoria contra el United.

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Ahora la cosa cambia y el entrenador tendrá que hacerse cargo de la nueva situación. Al margen de que haya que contar con el castigo físico del partido del jueves, que tendrá su incidencia en la elección del equipo titular, no parece tener mucho sentido que la visita a la Real Sociedad esté condicionada por el partido de Old Trafford. Hipotecar tres puntos contantes y sonantes por la utopía de una remontada en Manchester parece fuera de lugar incluso para este Athletic tan proclive últimamente a la sobreactuación que a veces provoca bajonazos como el de la semifinal europea.

Aunque el fútbol sea propenso a la ciclotimia, el Athletic tiene que evitar pasar de la euforia a la depresión y concentrarse en culminar lo que todavía sigue siendo una temporada extraordinaria. Y para redondearla es imprescindible amarrar esa cuarta plaza a la que el equipo lleva soldado desde hace meses. Con quince puntos en juego y cinco y seis de ventaja sobre sus perseguidores, con los empates ganados además, la empresa parece muy al alcance de la mano.

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Son más de dos victorias de diferencia en cinco partidos, pero ya está dicho que en el fútbol todo es posible. El Athletic visita mañana a una Real en proceso de cambio en el banquillo que querrá salvar una temporada gris ganando al eterno rival. Recibirá siete días después a un Alavés que se está jugando la vida, para viajar a Getafe el jueves siguiente.

Valencia será el último destino antes de recibir en San Mamés a un Barcelona que podría llegar como campeón de Liga y con la mente en la final de la Champions que se disputará cinco días después. Aunque los calendarios del Villarreal y el Betis parecen más amables sobre el papel, el Athletic tendría que sufrir un derrumbe de proporciones bíblicas para que se produjera el 'sorpasso'.

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Pero, por si acaso, será importante que el equipo, y el propio entorno, eviten caer en la depresión y mantengan la compostura para terminar el curso en todo lo alto. Se lo merecen por su gran trabajo durante todos estos meses.

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