Unai, Guruzeta y Berenguer celebran ante un abatido Gazzaniga. Luis Ángel Gómez

Cómo corren estos chavales

Martes, 20 de febrero 2024, 00:22

Unai Gómez es de Bermeo, de familia de pescadores. Su abuelo paterno salió durante años a faenar a la mar; la familia materna, constructora de ... motores para los pesqueros. ¿Eso explica lo que corre su nieto? Tal vez en parte, porque la vida de un marino no es fácil, y en casa se ven todas esas cosas. Pero eso es solo una visión parcial, porque Beñat Prados corre más o menos lo mismo, y es de tierra adentro, que en Pamplona no hay mar, y son dos futbolistas que imponen por su físico, por su manera de entender el fútbol, que, casualmente, es la que les pide su entrenador. «Gran presión del Athletic», comentaba Michel al acabar el partido. No era para menos. «tienen mucha energía», dice Valverde, «y lo da todo, por eso termina los partidos con calambres». Prados estuvo en el Mirandés, y Valverde valora positivamente esa experiencia externa. «Estos jugadores que salen cedidos fuera, como en su caso o el de Vivian, cuando vuelven nos aportan mucho».

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Así que en el esquema del entrenador del Athletic, encajan como un guante los dos centrocampistas recién llegados. Son ideales para la presión, para robar balones, y frente al Girona se hincharon. Es verdad que una de las figuras del equipo catalán, Miguel Gutiérrez, no tuvo su día y regaló bastantes balones, pero seguro que la presencia intimidatoria del bermeano y el pamplonica hicieron lo suyo para que la vista se les nublara a los defensores del Girona. No es para menos, tienen que temblarle las piernas a cualquier futbolista cuando ve acercarse al galope a los dos jugadores rojiblancos con la intención de robarle el balón.

Ellos son los jóvenes, los recién llegados al Athletic, pero resulta que a su lado se sitúa Iñigo Ruiz de Galarreta, un treintañero que parece recién llegado a la élite, no porque cometa errores de novato, todo lo contrario, sino porque juega con la misma intensidad y entusiasmo que sus jóvenes acompañantes en la línea medular, una de las zonas que más dudas suscitaba antes de que comenzara la temporada, y resulta que allí es casi donde más problemas encuentra Valverde para repartir minutos, porque a pesar de errores y desconexiones concretas, todos los futbolistas están enchufados y se disputan los puestos y su espacio en el equipo.

Lo está también Mikel Vesga, en los minutos de los que dispuso, y también Ander Herrera, momentáneamente en el dique seco, cuando sale al campo. Lo decía el entrenador del Girona, al apuntar que el Athletic es el mejor equipo en defensa de contención y presión adelantada, porque en realidad, la solidaridad que están mostrando sus jugadores hace que todos sean defensas, todos centrocampistas y todos delanteros cuando la ocasión lo requiere.

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Fue un partido brutal, grandioso. El trabajo de los jugadores rojiblancos, su agresividad empieza a admirar en el mundillo del fútbol, y todo se empieza a cocer en el medio campo. Fue un choque sin paradas, un toma y daca, tal como apuntaba Valverde al acabar, de los que mantienen la tensión en la grada, que ponen los nervios de punta, y, finalmente, de los que tienen un final feliz. En parte, gracias a ese medio campo que acostumbra a comerse a los del equipo contrario.

En realidad, todos los futbolistas están igual de enchufados, porque ver jugar a Alex Berenguer, verle pelear como si fuera su primer partido en Primera División, es una delicia, y además está marcando goles y reivindicando su figura. O la tarea de Guruzeta, robando también arriba; O Iñaki Williams, corriendo los 101 minutos de partido. Por cierto, que frente al Girona volvió a ser el delantero de las grandes ocasiones, como correspondía al rival. Parece que ya ha vuelto de la Copa de África.

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Todos corren, se admira la afición, y es eso lo que ha pedido siempre desde que el Athletic es el Athletic. Ni una gota de sudor escatimada en cada partido. Pero a ese sudor, a ese esfuerzo colectivo e individual, se suma la calidad, indudable ya a estas alturas de la temporada, y el centro del campo es una aportación fundamental en esa calidad que necesita un equipo para aspirar a todo.

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