Iñaki Williams encara a un rival en el partido ante el Betis en La Cartuja. Factoría 9

Un otoño que marcará la temporada

El Athletic afronta un calendario muy duro de 20 partidos de aquí a Navidad, periodo en el que en 2024 cimentó su éxito con una racha histórica

Miércoles, 10 de septiembre 2025, 00:02

El Athletic regresa este sábado a la competición y lo hace con la confianza de verse colíder del campeonato haciendo compañía al Real Madrid y ... con una inesperada espina clavada a última hora. Nos referimos, por supuesto, al tremendo chasco vivido con el fichaje fallido de Laporte, sobre el que la familia rojiblanca no deja de hablar sin saber bien a qué atenerse. Lo cierto es que, cuando nos las prometíamos muy felices y nos preparábamos para celebrar durante el parón de Liga el regreso a casa del central francés, un refuerzo imprescindible, de repente nos vemos lamentando una chapuza que deja a la tropa de Valverde en una situación muy precaria en el eje de su defensa.

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A la espera de que la FIFA responda al recurso del Athletic –en Ibaigane calculan que sabrán algo en un par de semanas–, sólo queda «dejar de lamentarse y mirar hacia delante», como dijo el pasado jueves el técnico rojiblanco. Pues bien, esto es justo lo que hacemos en estas líneas: mirar hacia delante y analizar los próximos tres meses y medio de competición en este 2025, desde el choque del sábado ante el Alavés hasta la visita del Espanyol a San Mamés el 21 de diciembre.

A los rojiblancos les esperan veinte partidos, catorce de Liga y seis de Champions, en once semanas. Esto ya representa de por sí un calendario duro, pero todavía lo es más de lo que parece, ya que hay que sumar otros dos parones de dos semanas, el de octubre entre el 5 y el 10, y el de noviembre entre el 9 y el 23. Y claro, la competición se comprime hasta un punto asfixiante. Pensemos que este mismo mes a los leones les espera una tacada de cinco partidos en dos semanas (Alavés, Arsenal, Valencia, Girona y Villarreal). En octubre tendrán una tacada de tres entre el 19 de octubre y el 26 (Elche, Qarabaj y Getafe) y en noviembre otras dos, la primera entre el 2 y el 9 (Real, Newcastle y Oviedo) y la segunda entre el 23 y el 30 (Barcelona, Slavia de Praga y Levante). Y queda diciembre, que se cerrará con cuatro choques en dos semanas (Atlético, PSG, Celta y Espanyol).

Rotaciones

La exigencia va a ser máxima tanto por la concentración de esfuerzos como por la entidad de un buen número de los rivales. Muchos aficionados ya se frotan las manos pensando en los duelos de alto standing: Arsenal, Villarreal, Borussia de Dortmund, Real, Newcastle, Barcelona, Atlético, PSG... A nadie se le escapa, por tanto, que Valverde tendrá que esmerarse como nunca en la gestión de la plantilla, de forma que el equipo no se resienta con las continuas rotaciones, que volverán a ser obligadas, como sucedió la pasada temporada.

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En este sentido es inevitable pensar en Laporte. O mejor dicho, en la situación de precariedad en que ha quedado el eje de la retaguardia, donde sólo quedan Vivián y Paredes como jugadores del primer equipo. Los otros dos tendrá que sacarlos Valverde del Bilbao Athletic. De Luis ya está yendo convocado, así que es seguro, y el otro saldrá del trío forma Dañobeitia, Izagirre y Monreal. Y, claro, llegados a este punto no podemos olvidar que si el curso pasado hubo una línea en la que funcionaron bien las rotaciones ésa fue la defensa. No resulta nada agradable, por tanto, verla en una situación bastante más vulnerable cuando la dificultad de la competición europea va a ser mucho mayor.

Veremos cómo responde el Athletic al gran reto que se le presenta en estos veinte partidos de aquí a Navidad. Las sensaciones que ha dejado el equipo invitan al optimismo por mucho que su juego haya sido bastante normalucho en sus choques contra el Sevilla, el Rayo y el Betis. O precisamente por ello: porque sólo los grandes son capaces de ganar sin necesidad de ser brillantes, simplemente por la inercia positiva que provoca su poderío competitivo. Los precedentes, además, son buenos. Basta con recordar lo sucedido la pasada temporada en estos tres meses y medio desde el primer parón de Liga hasta las vacaciones de Navidad.

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Lo recordamos por si algún despistado lo ha olvidado o no tiene del todo frescos los datos. El año pasado fueron 21 partidos, uno más que ahora. Es cierto que la dificultad de los rivales europeos fue menor de lo que va a ser esta temporada, pero aún así lo que hizo el Athletic tuvo un mérito extraordinario. De hecho, completó unas de las mejores rachas de su historia: ni más ni menos que catorce victorias, seis empates y una sola derrota, la ya famosa en Girona encajando un gol de penalti en el minuto 99 tras haber fallado previamente tres.

Hubo un momento entre finales de noviembre y diciembre –muchos los recordarán y sacarán pecho– en el que el Athletic parecía poco menos que invencible y abonado al triunfo. Las victorias caían como hojas en otoño. Llegó a encadenar seis seguidas ante la Real, el Elfsborg, el Rayo, el Real Madrid, el Villarreal y el Fenerbahce. Pensar que la tropa de Valverde va a repetir una machada semejante no parece muy razonable. De hecho, sería milagroso que los rojiblancos salieran indemnes de los seis partidos de la Champions. Todos nos conformaríamos con algo menos.

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