Honey Thaljieh posa delante del escudo del Athletic dentro de San Mamés. Maika Salguero

«El fútbol es mi vehículo para luchar contra la injusticia y los prejuicios»

Honey Thaljieh se convirtió en cofundadora y capitana de la primera selección femenina de fútbol palestina y hoy en día es embajadora FIFA

Igor Barcia

Viernes, 10 de octubre 2025, 17:34

Honey Thaljieh comenzó a jugar al fútbol en las calles de Belén cuando tan solo tenía 7 años (nació en 1984). Poco imaginaba aquella niña ... que trataba de evadirse de su entorno sorteando rivales con el balón que llegaría a convertirse en cofundadora y primera capitana de la selección palestina y que hoy en día, contratada como directora de comunicación corporativa de la FIFA, trabaja en proyectos futbolísticos en favor de la igualdad de género, la educación y la paz. Un referente que este mediodía en Bilbao estuvo presente a título personal como madrina del Proyecto UNRWA: Palestina con el que la Fundación Athletic quiere mejorar la calidad de vida de los niños refugiados de Gaza. Honey Thaljieh, cuya relación con el Athletic viene de lejos y ya fue una de las embajadoras del 125 aniversario, regresó a San Mamés después del homenaje que el club rojiblanco realizó el pasado 4 de octubre al pueblo palestino.

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En el acto se ofreció el documental 'Les rebelles du foot 2', presentado por Eric Cantona y dirigido por Gilles Pérez y Gilles Rof. Dedicado a la historia de Honey Thaljieh, ya tuvo espacio en el Thinking Football Film Festival de 2015 y ayer fue emitido de nuevo en presencia de la propia exfutbolista palestina. Después, Thaljieh reconoció encontrarse «en casa» en su regreso a Bilbao. «Me siento muy bien al volver porque para mí este club va más allá del fútbol», y agradeció al club rojiblanco el homenaje del día 4. «Tenía una mezcla de emociones. No pude contener las lágrimas porque estaba tan orgullosa de que más de 50,000 espectadores se unieran en solidaridad con el pueblo palestino en un mensaje de genocidio... Así que me sentí orgullosa de saber que no estamos solos, todos en el estadio estaban con nosotros», explicó una deportista que encontró en el fútbol el altavoz para reivindicar tanto los derechos de la mujer como los del pueblo palestino, un camino en el que sigue hoy en día recorriendo el mundo como embajadora FIFA.

«Tenía 7 años cuando empecé, era una niña que quería escapar de los traumas que vivimos los palestinos en una zona de guerra. Para mí el fútbol era un juego, era divertirme y disfrutar de estar con mis amigos. Eran todo niños entonces. Creciendo en circunstancias tan difíciles, rodeados de muros, restricciones y barreras, sin oportunidad ni esperanza, me di cuenta de que el fútbol es mi vehículo para luchar contra la injusticia. El fútbol es mi manera de tener un futuro mejor, de abrir puertas y soñar con un futuro mejor».

Honey recordó que «el fútbol es visto por millones de personas. Es masivo. Por lo que en el campo hay una responsabilidad enorme, puede luchar contra las injusticias y prejuicios. Así que tomé el fútbol como un instrumento para luchar contra todas esas injusticias, prejuicios, restricciones sociales, barreras en todos los niveles. Y asumí esta responsabilidad desde que era adolescente hasta hoy, sabiendo que el fútbol para mí es más que un juego».

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Un país 'futbolero'

Su país, pese a los conflictos y la destrucción, tiene una gran pasión por el fútbol. «Nos ha dado orgullo a los palestinos en los peores momentos», afirmaba la excapitana de Palestina durante el documental, donde dio a conocer que la vida le cambió cuando entró en la universidad. «Al llegar para estudiar Administración de Empresas había un anuncio para jugar al fútbol. Pensé que con el fútbol podía ser libre. Cuando respondí al entrenador me miró y me dijo que era la primera mujer. Todos eran chicos. Pero no me rendí. No estaba bien visto ver a mujeres jugando al fútbol, pero queríamos cambiar la narrativa sobre las mujeres palestinas». De ahí surgió la primera selección palestina femenina, que fue superando los obstáculos hasta debutar ante más de 15.000 personas frente a Jordania en un partido en el que Thaljieh estaba lesionada. «Tenía que estar y entré en los últimos minutos». «Fue una gran lucha en todos los niveles», recuerda. «Empezamos con cinco chicas cuando todos decían que era imposible. Y ahora tenemos miles de niñas jugando al fútbol. Tenemos más de 30 clubes, tenemos ligas, tenemos selecciones nacionales, y demostramos que es posible. Y no tiene nada que ver con la religión, no tiene nada que ver con la cultura, es una esperanza».

Tras su retirada, Honey se centró en su labor en la FIFA, aunque ayer recalcó que estaba en Bilbao a título personal. «Creo en el poder del fútbol para transformar vidas. Transformó mi vida y me llevó a donde estoy hoy a partir de la nada. Así que soy un gran ejemplo de lo que el poder del fútbol puede hacer por la vida de las personas». Y ahora confía en que iniciativas como la del Athletic –«espero que sea un paso adelante para que otros clubes lo sigan»– ayuden a cambiar las cosas en Gaza.

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– ¿Y cómo se toma el plan de paz de Gaza, el cese de los ataques de Israel?

– Es un momento de esperanza porque se detiene un genocidio que ha durado muchos años, pero no solo basta con detenerlo. Queremos terminar con la ocupación y que llegue la paz, pero que sea una paz justa y que haya responsabilidades por lo ocurrido. Así que hay que celebrarlo, claro que sí, pero queremos ver los siguientes pasos. Que la comunidad internacional se una para terminar el genocidio y, entonces, veremos que este es un camino hacia la paz.

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