Elizegi vuelve a pedir disculpas y admite que hubo momentos en los que no supo conseguir el «consenso» que necesitaba la masa social
El presidente del Athletic hilvana un discurso de despedida y reconoce que cometió «bastantes errores y algún pequeño acierto»
Aitor Elizegi ha vuelto a teñir su discurso de constantes alusiones a su adiós ya anticipado en la asamblea ordinaria celebrada a finales de octubre en San Mamés. El presidente del Athletic, que no concurrirá a las elecciones en junio de 2022, ha construido una intervención conciliadora y ha compartido con los socios una serie de reflexiones que han trazado el perfil de una persona que quiere irse en paz de Ibaigane. Ha hablado de los «momentos más complejos vividos después de la segunda final de abril», un desenlace doloroso que le causó un profundo impacto «personal y profesional»; también ha reconocido «haber perdido» su capacidad de «liderar las mesas» a las que acudía para abordar los diferentes asuntos del club; y ha acabado con una confesión: «No he podido conseguir el liderazgo y el consenso en muchos momentos» que precisaba la masa social.
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El hombre que llegó a Ibaigane en diciembre de 2018 ha aludido a las numerosas reuniones mantenidas con los socios en las que trataba de dar respuesta a sus inquietudes y sugerencias. No siempre lo ha logrado. "Han sido tantas o más reuniones que los días que tiene esta legislatura, pero eso no significa que en todas ellas hemos estado a la altura. Personalmente -ahondaba-, sentía que llegaba tarde o que lo hacía con las respuestas insuficientes para dar respuesta a los retos planteados", ha manifestado Elizegi. Y ha repetido una vez más que el Athletic encara una etapa compleja por el contexto en el que se mueve. "Sigo pensando que vienen tiempos ilusionante y a la vez difíciles. Los rivales están acelerando. Esto no quita que siga creyendo con creces en este proyecto y en este club. Podemos hacerlo", ha querido redondear la reflexión con un mensaje positivo.
Pero lo que ha hecho sobre todo Elizegi es pedir perdón por los fallos cometidos y se ha reprochado a sí mismo no haber sabido aglutinar el sentimiento de una representación social que le ha castigado en las sucesivas asambleas. Ha dicho que su etapa tiene "bastantes errores y algún pequeño acierto", pero se ha mostrado convencido de que puede "ayudar al próximo proyecto sabiendo lo difícil que es acertar". En la última parte de su discurso, el presidente ha lamentado que su "liderazgo" que no ha sido suficiente para lograr el "consenso en muchos momentos. Nunca me he levantado de una mesa, pero eso no significa que haya dado soluciones pertinentes". Ha insistido en las disculpas "por no escuchar lo suficiente" y ha querido cerrar su intervención con una dos palabras: "Eskerrik asko".
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