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Duelo. Sancet, que envió dos balones al larguero, disputa un balón con Fali y otro defensor. El Correo

Un cambio que puede ser importante

Sin dudas en su once y con todos sus futbolistas jugando en los puestos donde mejor rinden, el Athletic parece haber encontrado una mayor estabilidad como equipo

Lunes, 18 de septiembre 2023, 00:32

En el fútbol, las ilusiones se renuevan de manera automática cada comienzo de temporada. Es como una ley natural que se cumple incluso en los ... equipos que acumulan decepciones o que, como sucede con el Athletic en los últimos años, tropiezan una y otra vez en la misma piedra; en el caso de los rojiblancos, un pedrusco enorme que, temporada tras temporada, les impide cumplir su objetivo de clasificarse para Europa. Es lógico, por tanto, que el buen arranque de Liga del equipo de Valverde haya despertado ilusión. Y no importa que la pasada temporada estuviera exactamente igual que ahora -10 puntos en cinco jornadas y 9 goles a favor-, y que luego todas esas esperanzas se arruinaran de mala manera, como sucedió también en las tres anteriores. Hay que tener un mínimo de fe. Sin ella el fútbol no tiene sentido.

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Llegados a este punto, hay una pregunta obligada. ¿Ha cambiado algo este Athletic con respecto al de hace un año que pueda invitarnos a un cierto optimismo? Todavía es pronto para decirlo. Aunque este año el calendario del arranque ha sido más duro y eso hay que valorarlo, lo cierto es que cinco jornadas no son nada. Desde luego, no son suficientes para extraer conclusiones sólidas, de esas que no puedan saltar por los aires al primer soplo de viento. Ahora bien, lo visto en los cuatro últimos partidos, una vez metabolizada la decepción ante el Real Madrid, sirve para alimentar una sospecha que comienza a abrirse paso. Nos referimos al hecho de que el Athletic parece haber encontrado una estabilidad como equipo que no llegó a tener la pasada temporada. Uno ve a este grupo y tiene la sensación de que las cosas están más claras que antes, de que hay pocas dudas a nivel colectivo. Es como si, después de quince meses en el cargo y de muchos experimentos y vivencias contrapuestas, Valverde ya hubiera tomado sus decisiones definitivas.

Habrá que ver si es verdad, pero esta es la impresión. Pensemos, por ejemplo, en el once inicial. Falta poco para recitarlo de carrerilla. Unai Simón es el portero; De Marcos, Vivian, Yeray y Berchiche, los defensas; Vesga y Ruiz de Galarreta, los medios centros; los hermanos Williams ocupan las bandas; Sancet, la media punta, y Guruzeta es el delantero centro. Salvo este último, que todavía necesita apropiarse del puesto, todos los demás se antojan indiscutibles. De hecho, también parecen indiscutibles los recambios en cada puesto. Aguirrezabala, por supuesto, será el relevo de Unai Simón; Lekue, el de De Marcos; Paredes jugará por cualquiera de los otros dos centrales; Imanol sustituirá a Berchiche; Dani García, a Vesga; Herrera, a Ruiz de Galarreta; Muniain y Unai Gómez, a Sancet; Berenguer a cualquiera de los hermanos Williams, y Villalibre, a Guruzeta.

Pasado

Todavía en el partido ante el Madrid, Valverde repitió con Muniain en la izquierda y Williams, de 9

Fichaje

Con Ruiz de Galarreta y Vesga se han acabado los experimentos con la pareja de medios centros

Comodidad

Por supuesto, las cosas no van a ser siempre así. Faltaría más. Los entrenadores no son simples gestores cuadriculados que se limitan a remachar lo obvio. Pueden improvisar. A veces, como es bien sabido, hasta sorprenden con invenciones de cosecha propia, difíciles de entender para el común de los mortales. Son los famosos ataques de entrenador. En este sentido, no puede descartarse, por ejemplo, que como sucedió ante el Madrid en la primera jornada Iñaki Williams vuelva a jugar algún día de delantero centro o que Muniain regrese a la banda izquierda. Pero no parece probable. Y es que en este Athletic se empiezan a notar los beneficios evidentes de que los futbolistas jueguen todos ellos en los puestos donde mejor se sienten y rinden.

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Las bandas tienen ahora extremos de verdad. El ariete, mejor o peor, es uno de toda la vida. Sancet ejerce donde más disfruta y más daño hace, de media punta, más adelantado que al comienzo de la pasada temporada, cuando el equipo arrancó con Vesga de medio centro y dos volantes por delante, el propio Sancet y Muniain. Y lo que todavía es más importante: salvo sorpresa mayúscula en el Athletic se han acabado las experimentos -se hicieron 12 la pasada campaña- con los medios centros. Por fin se disfruta de una pareja con los papeles muy bien definidos y cuyos dos componentes mezclan perfectamente. Hablamos de Vesga y Ruiz de Galarreta, cuyo fichaje ha sido un acierto absoluto. Valverde ha confiado en él desde el primer momento y el juego del equipo lo agradece. Teniendo en cuenta, además, que con la marcha de Iñigo Martínez se ha perdido un futbolista fundamental en la salida de balón desde la defensa, tener a 'Galaxy' pidiendo la pelota y moviéndola con criterio y dinamismo es fundamental.

Jornada 5

Los rojiblancos tienen los mismos puntos (10) y los mismos goles a favor (9) que la pasada temporada

El caso es que el fútbol del Athletic está fluyendo con naturalidad, sin ningún cortocircuito, desde que se recuperó del sopapo ante el Madrid. No hay puesto que desafine al estar ocupado por un jugador que no se siente cómodo porque, sencillamente, no está en su lugar natural. Esto tiene una gran importancia. Y es que, independientemente del rendimiento que puedan tener los jugadores a nivel individual -todos tienen sus rachas mejores y peores y entre los rojiblancos no hay muchos que ofrezcan un alto rendimiento sostenido-, que el grupo se sienta fuerte y armónico es clave. Lo es, desde luego, para que el Athletic logre por fin esa regularidad en su rendimiento que lleva persiguiendo sin suerte desde hace un lustro y cuya carencia tanto le está haciendo sufrir.

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