Los jugadores del Athletic celebran el gol de Nico. Juan Lazkano

Athletic 4-2 Barça

Una de esas noches con las que sueña San Mamés

El Athletic alcanza su quinta semifinal de Copa consecutiva tras eliminar al Barça en un partido rebosante de emoción que decidieron los hermanos Williams en la prórroga

Jueves, 25 de enero 2024, 00:13

Hubo por la mañana más de 4.000 aficionados del Athletic siguiendo el vuelo de Iñaki Williams desde París. Pudo parecer una cosas de frikis, ... pero no. Se trataba de un ejemplo prodigioso de intuición astral. Lo supimos cuando el delantero rojiblanco, recién llegado desde Costa de Marfil, marcó el gol que adelantaba a su equipo en el último minuto de la primera parte de la prórroga y encaminaba a su equipo a la semifinal de Copa, la quinta consecutiva. Que su remate pegara en el poste largo y que el rebote acabase yendo al otro, al corto, justo al que corría el mayor de los Williams, y que al final su hermano pusiera la guinda con el 4-2, hizo inevitable pensar en que todo aquello estaba escrito en alguna parte. Como quizá lo esté, ojalá, que el Athletic vaya a volver a ganar un gran título cuarenta años después del último.

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Es algo que merece este equipo al que no le cabe en el pecho el corazón que tiene. Es cierto que el Barça tardará en olvidar de las dos ocasiones que desperdició Yamal en la segunda parte. Ahora bien, también lo es que el Athletic, que presentó un once con una pareja de medios centro inédita, la formada por Vesga y Beñat Prados, y con Adu Ares en la banda derecha e Iñaki Williams esperando su turno como una bala en la recámara para la segunda parte, mereció la clasificación. Fue mejor, puso más empeño, más fe, más sacrificio y más afán de superación de un Barça que quiso pero no pudo, lastrado por su debilidad defensiva, la caraja de De Jong y el ritmillo de Gundogan.

Athletic

Julen, Vivian, Paredes, Yuri, Lekue (De Marcos, m.89), Vesga, (Unai, m.45; Jauregizar, 104), Sancet, Prados (Herrera, m.89), Nico, Adu (Iñaki, m.58), Guruzeta (Villalibre, m.72).

4

-

2

Barcelona

Peña, Koundé, Araújo, Balde (Fort m.22), Christensen (Cubarsí, m.69), Pedri (S. Roberto, m.98), Gündogan, De Jong, Ferran, Lewandowski (João, m.77), Yamal (Guiu,105).

  • Goles: 1-0, m.1: Guruzeta. 1-1, m.25: Lewandowski. 1-2, m.31: Yamal. 2-2, m.48: Sancet. 3-2, m.106: Iñaki Williams. 4-2, m.120: Nico Williams.

  • Árbitro: Sánchez Martínez. Amonestó a Sancet, Prados, Christensen, Ferran, Fort, Yamal y De Jong.

  • Incidencias:

El partido, una oda a la Copa por su vértigo, comenzó con un rugido de león en forma de gol. Una pérdida de Yamal en la banda derecha terminó en el área y, tras un par de rechaces, en las botas de Guruzeta, que batió a Iñaki Peña. Sólo habían pasado 35 segundos y las gradas de San Mamés entraron durante unos segundos en una especie de éxtasis místico. La gran noche copera no podía comenzar mejor. El 1-0 tan tempranero tuvo un fuerte impacto. Al Athletic le reforzó su moral animándole a redoblar una presión ya de por sí asfixiante. Bien puestos con la defensa adelantada en torno a un 4-4-2, y dejando muy pocos espacios entre las líneas, los rojiblancos desactivaron la circulación del Barça, que sufría entre pérdidas e imprecisiones.

Remontada

Digamos que el partido estaba donde querían los de Valverde, pero esa sensación agradable acabó creando un problema en su juego. Salvo una volea desviada de Guruzeta en el minuto 5 a pase de Balde, el Athletic ya no volvió a crear peligro. Su juego perdió por completo su profundidad. Pero como el del Barcelona tampoco tenía ninguna, incapaz de hilvanar tres pases seguidos, con serias dificultades para sacar el balón jugado desde su área y errando una y otra vez en los balones largos, la situación parecía favorable, positiva. Fue una falsa impresión. Y es que ante equipos como el Barça siempre hay que contar con la posibilidad de que saquen agua de una piedra.

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Sucedió en el minuto 25, cuando Lewandowski empató tapando un mal despeje de Berchiche. El rebote fue imposible para Agirrezabala. Fue un golpe duro para el Athletic, al que poco después otro todavía peor. Vesga, que llegó entre algodones y estuvo flojo, fue muy blando a un cruce con Yamal en la banda. El chaval se fue como un tiro y firmó el 1-2 con un zurdazo soberbio. Una jugada de crack teniendo en cuenta que tiene 16 años; una edad tan tierna que le promete un grandísimo futuro pero que, en la segunda parte, demostró que todavía tiene sus contraindicaciones. Y es que el chaval tuvo dos goles en sus botas, el primero sólo frente a Agirrezabala en el minuto 62 y el segundo, en el 85, tras disparar alto a puerta vacía.

Decisivo

El Athletic tuvo carácter para recuperarse de la remontada del Barça en la primera parte

Xavi no se lo podía creer y Valverde, tras recuperarse del susto de muerte, quizá pensó que se trataba de un caso de justicia poética. Y es que su equipo había tenido carácter para recuperarse de esos dos goles inesperados del Barça. Apretó los dientes, acabó la primera parte disfrutando de una buena ocasión de Sancet y en la reanudación logró el empate en apenas tres minutos. Un magnífico centro de Nico, un nuevo agujero en la defensa culé, cuya metamorfosis respecto a la del año pasado es digna de estudio y un cabezazo letal de Sancet volvieron a dejar el partido en tablas, que se mantuvieron hasta los 90 minutos, aunque hubo ocasiones en las dos áreas.

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El Athletic fue muy superior en los dos tiempos de la prórroga, donde los hermanos Williams impusieron su ley. El equipo supo mantener la intensidad -Sancet corrió más que nunca- y los cambios fueron efectivos. Unai Gómez, por ejemplo, mejoró mucho a Vesga y hasta Jauregizar en la prórroga sustituyendo a su amigo de Bermeo, tocado, lo hizo muy bien y participó en el nacimiento del 3-2 con un robo a Sergi Roberto. En fin, que todo salió redondo y San Mamés vivió la maravillosa noche de Copa que deseaba.

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