Beñat Prados | Centrocampista del Athletic
«Este año debo dar un paso más y enseñar cosas que llevo dentro»El futbolista rojiblanco dice que trabaja «a muerte» para mantener la confianza del técnico y elogia a la plantilla: «Quiere más, tiene mucha hambre»
Dice que probó con patinaje, pelota, natación, waterpolo -al agua se fue su hermano gemelo-, pero el fútbol pudo con todo. El fútbol y el ... Athletic, club del que se enamoró de niño por 'culpa' del padre de su entonces mejor amigo, también de alma rojiblanca, colores que no tardaron en teñir la suya. Habla de un «sueño cumplido» en Lezama, donde llegó con 14 años y ahora, con 23, guarda un título de Copa en las vitrinas y es uno de los fijos de Ernesto Valverde. De Pamplona a Bilbao, de central a mediocentro, Beñat Prados vuelve a su niñez para explicar, en una conversación con EL CORREO, lo que es hoy y lo que quiere ser. «Este año tengo que dar un paso más y enseñar cosas que llevo dentro».
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- ¿Cuántas veces ha repasado en su cabeza el gol que marcó frente al Valencia?
- ¿La verdad? Bastantes. Tampoco estoy acostumbrado a meter muchos goles. Para uno que marco es bonito recordarlo.
- Es el primero. ¿Qué se siente?
- Una sensación increíble. Cuando marqué no sabía ni qué hacer. Me acuerdo que me encontré con Oihan (Sancet) y lo celebramos. No estoy acostumbrado. Hice lo primero que me salió. Es un sueño más que tenía con el Athletic: meter un gol en San Mamés. Encima valió para ganar y sacar los tres puntos. Es algo con lo que se sueña y es para siempre. El otro sueño que tenía era ganar un título con el Athletic. Veo que se están cumpliendo. Estoy contento.
«No estoy acostumbrado. Era un sueño más que tenía: marcar en San Mamés»
- ¿De pequeño era goleador? ¿Quería ser delantero?
- ¡Era defensa! Pero era uno de esos defensas que siempre se iban hacia arriba. Metía bastantes goles. De pequeños todos metemos goles. Yo marcaba muchos de cabeza. El tema se torció cuando empecé a ir hacia arriba y la gente era más grande, alta y fuerte. Se complicó. Lo iba perdiendo -el gol de cabeza-, pero a veces aparece.
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- ¿De quién tenía pósters en su habitación?
- No era de pósters. Recuerdo que cuando era muy, muy pequeño me gustaba mucho Ronaldinho. ¡A quién no le gusta Ronaldinho! He visto mucho a Aritz Aduriz, me encantaba Beñat Etxebarria. No tenía sus pósters, pero me gustaban muchísimo.
- ¿Cómo empezó su historia de amor con el fútbol?
- Empecé a jugar muy de pequeño, con cuatro años y medio. El padre de mi mejor amigo de clase iba a montar un equipo de fútbol en la Txantrea. Llamó a mi madre para preguntar si quería jugar. A ella le pareció genial y así comencé, en la Txantrea, en el fútbol sala. Al ser tan pequeños no podíamos jugar el fútbol siete.
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- Su hermano gemelo se tiró a la piscina. Jugaba al waterpolo. Se separaron. ¡La fuerza del fútbol!
- Él empezó conmigo en la Txantrea al año siguiente. Ni se le daba muy bien ni le gustaba. Estaba ahí por mí.
- Les separó el agua.
- Eso es. A él le empezó a gustar el agua, el waterpolo. Yo también hice waterpolo. Y natación, patinaje, pelota... Me apuntaba a todo. Al final me tuve que decidir, y el fútbol era lo que más me gustaba.
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- ¿Cuándo se dio cuenta de que iba en serio?
- Cuando me llamó el Athletic. Hasta entonces me había gustado, me encantaba, pero siempre lo había considerado un juego de amigos. Estaba en la Txantrea, iba allí, me lo pasaba genial, se me daba bien.
- ¿Como mediocentro?
- Todavía era central. Vine a Lezama siendo central. Jugué de mediocentro un partido porque hubo un lesionado y me quedé ahí.
«Jugué de medio un partido porque hubo un lesionado y me quedé ahí»
Llamada del Athletic
- Llegó a Lezama con 14 años. ¿Recuerda el día en que le dijeron que el Athletic le quería?
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- Sí. Venía a hacer pruebas a Lezama una vez por semana, los martes. Después de cuatro o cinco entrenamientos, mi padre me dijo que le habían llamado del Athletic. ¿Y? Pues que querían que al año siguiente estuviera allí. A partir de aquel momento empecé a ir a torneos con gente un año mayor, a la Nike Cup.
- ¿Cómo de complicado fue irse de casa tan joven?
- Bastante. Estaba acostumbrado a una rutina, a estar con mis amigos, mi familia, mi hermano gemelo, lo hacía todo con él, y hubo una separación. Tenía 14 años y entré en un caserío, con una familia. Estaba con otros dos o tres chavales del equipo. Se hacía más ameno. Si no fuera por eso hubiera sido muchísimo más difícil. Me acogieron bien y me lo pasé bien, pero es verdad que fue difícil.
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- Quién lo llevó peor, ¿usted o sus padres?
- Mi aita no tanto, pero mi ama lo vivió muy mal. Estaba acostumbrada a tener a los gemelos, que de repente se separaron. Uno por un lado y otro por otro. Al principio lo llevó muy mal.
«Mi ama lo vivió muy mal. Estaba acostumbrada a tener a los gemelos y de repente se separan»
- Nunca ha escondido su amor por el Athletic. ¿Quién se lo inculcó?
- El padre de mi amigo que me llamó para jugar en la Txantrea y su hijo eran del Athletic. En la Txantrea me lo inculcaron desde que llegué. Me hablaban del Athletic, de su filosofía, de los valores que tenía... Me llamó la atención. A partir de ahí siempre había querido que me llamara el Athletic. Estaba esperando... y llegó.
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- ¿En su cuadrilla había más gente de Osasuna o del Athletic?
- Hay dos o tres que son del Athletic, pero la mayoría es de Osasuna. Nos chinchamos un poco a veces, pero a Osasuna le tengo también muchísimo cariño porque es el equipo de mi ciudad. No le voy a decir que mis amigos se hayan hecho del Athletic, pero las camisetas las cogen (risas). Algo de cariño le están cogiendo.
Interés de Osasuna
- Osasuna quiso ficharle varias veces y siempre se encontró con la misma respuesta: no. ¿Estaba tan seguro de que acabaría en el Athletic?
- Recuerdo que mi ama me decía que algunos equipos andaban detrás de mí, también Osasuna. Yo estaba a gusto con mis amigos. Estaba pensando en que si me salían bien las cosas quería ir al Athletic en un futuro. Me quedé en la Txantrea y esperé un poco más.
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- Llegó como cadete en 2015, pasó por todas las categorías inferiores, debutó el año pasado, se hizo con la titularidad y ganó la Copa. ¿Cómo explica esta progresión y la confianza de Ernesto Valverde?
- Es fruto del trabajo. De pequeños, todos los chavales quieren entrar en el Athletic. Sueñan con ello. Es ir escalando categorías, tener paciencia, trabajar duro. Muchos amigos de la infancia que han estado conmigo toda la vida se han quedado por el camino. Da pena, pero hay que seguir. Y luego te vas acercando, en el Bilbao Athletic, luego la cesión al Mirandés... Te ves cerca y es ahí cuando más tienes que apretar. Llegó la oportunidad de quedarme en el primer equipo en la pretemporada. Trabajé a muerte. Entré en el once y poco a poco me iba haciendo al equipo.
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«Le tengo también muchísimo cariño porque es elequipo de mi ciudad»
- Tiró la puerta abajo.
- Tampoco creo que esté todo hecho por haber jugado algunos partidos bien. Mire qué jugadores tenemos. Es gente que lo viene haciendo bien, gente joven... Ahí está 'Jaure' (Jauregizar), ¡cómo ha entrado! No se trata de hacerlo bien y conformarte. Hay que seguir mejorando y aprendiendo todos los días, hacerse con un hueco.
«Mucho margen de mejora»
- ¿Cuánta hambre tiene?
- ¿Hambre? Un montón. Tengo muchísimo margen de mejora. Voy a aprender un montón en estos años. Donde mejor voy a estar es aquí, rodeado de estos jugadores.
- Lleva poco más de un año en la élite. ¿Quién es el jugador que más le ha impresionado en el campo?
- Como rival, el día que jugamos en casa contra el Madrid, me llamó mucho la atención Bellingham. También Iago Aspas. Griezmann es un jugador del que tienes que estar pendiente. Me ha tocado defenderle las espaldas y siempre está ahí. Nosotros también tenemos jugadorazos como Nico, Iñaki, Guruzeta...
- Puede jugar mejor o peor, pero acaba los partidos vacío. ¿Es algo que se autoimpone?
- Sí, y más jugando en el Athletic. Estaré más o menos acertado, pero lo que nunca va a faltar es la actitud de darlo todo, de presionar a tope, de disputar cada balón dividido. San Mamés lo agradece.
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«En Galarreta. Tiene cosas que yo debo mejorar. Es un jugadorazo»
- El trabajo está ahí, también el despliegue físico, ¿cómo se ve con el balón?
- Es donde más margen de mejora tengo. Este año debo dar un paso más, enseñar cosas que llevo dentro y que igual por el tema de confianza o por ser nuevo todavía no me he atrevido a mostrar. Poco a poco se irán viendo.
- ¿En qué espejo se mira?
- En Galarreta. Es uno de los jugadores que más me sorprendió cuando empecé aquí. Me gusta mucho porque tiene cosas que yo tengo que mejorar. Me viene bien fijarme en él. Es un jugadorazo, súper completo.
- Liga, Copa, Europa, Supercopa. Pida.
- Algo que iguale a lo del año pasado, pero no nos queremos conformar. Este equipo quiere más, tiene mucha hambre. Queremos seguir mejorando y creciendo.
«Tenemos un equipazo»
- Superar lo del año pasado será complicado. ¿Dónde ponen el foco?
- Fue un año muy bonito. Era difícil de conseguir. Esta temporada tenemos un montón de expectativas. La gente también. Estamos ilusionados porque creemos que tenemos un equipazo. Tampoco hay que mirar demasiado lejos, sino ir poco a poco. Ganar después del parón los partidos que nos tocan -Las Palmas, Leganés...- e ir viendo.
- Se han ido al parón con cuatro puntos. Pocos.
- Sí. Son menos de los que esperábamos. El partido contra el Atlético fue bastante cruel. Contra el Valencia hicimos un buen encuentro, y es verdad que en los dos primeros -Getafe y Barcelona- no estuvimos tan bien. Estamos en línea ascendente. Después del parón se va a ver un Athletic mejor.
- ¿Una pretemporada condicionada por las ausencias les ha pesado en este inicio?
- Sí. Hemos tenido mala suerte con las lesiones. Los internacionales llegaron más tarde, Nico y Vivian. Álvaro (Djaló) se está adaptando. De ahí que igual nos haya costado un poco más. Pero insisto en que vamos en línea ascendente y que tras el parón veremos a un Athletic más reconocible, parecido al del año pasado.
- Jugará Europa por primera vez. ¿Cómo lo imagina?
- Tengo el recuerdo de ir a San Mamés como recogepelotas en los partidos de Europa. Éramos tan felices... Íbamos los jueves, un día bonito. Sabíamos que teníamos clase al día siguiente, pero era emocionante ir a San Mamés para dar balones a Aduriz, Muniain... Fue algo increíble, un recuerdo imborrable. Y así me lo imagino ahora San Mamés, lleno, con la gente gritando un montón. Fuera sabemos que hay partidos complicados pero creemos en el equipo y en que podamos hacerlo bien.
- Hay una final en San Mamés. ¿Les motiva?
- Claro que nos motiva e ilusiona, pero tampoco hay que darle muchas vueltas. Queda un montón para la hipotética final. Lo primero es empezar bien y clasificarnos, y para ello hay que estar bien en la Liga, que es lo que nos hará mejorar. Luego ya pensaremos en la Roma.
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