«Cuando pasa el exceso de alcohol se avergüenzan y piden disculpas»
Las fracturas, los traumatismos y las intoxicaciones son los problemas sanitarios más frecuentes que sufren las personas que asisten a la Aste Nagusia. ¿Y cómo ... se atiende a los borrachos? Cuando no son capaces de mantenerse sentados de la melopea que llevan -para acabar en un hospital es que la tajada es de aúpa-, se les tumba en una camilla. «Les ponemos suero y estamos pendientes y observándoles para ver si poco a poco se les va pasando», explican Oihane Orokieta y Alba Sasia, médicas adjuntas en el servicio de Urgencias de Basurto.
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Ya desde la tarde del sábado comenzaron a llegar al hospital los primeros pacientes con intoxicaciones por exceso de alcohol. En los boxes de la unidad, cada cierto tiempo, se escuchaban las arcadas de algún que otro beodo echándolo todo.
- ¿Y cuál es su reacción cuando se recuperan y se dan cuenta de dónde están?
- Por lo general se mueren de la vergüenza. Están muy arrepentidos y nos piden disculpas. Algunos no se acuerdan ni de cómo han acabado en el hospital. Hemos tenido casos de chicos que cuando se habían recuperado y podían volver a sus casas estaban sucios porque se habían vomitado encima y otros que habían perdido el calzado antes de llegar al hospital y estaban descalzos.
Evitar traslados
Cuando se les da el alta es frecuente que algún familiar o amistad les acompañe mientras abandonan el centro. En el punto avanzado de atención sanitaria situado en la plaza Circular también disponen de un espacio para que las personas que sufren una intoxicación etílica se puedan reponer. La finalidad es intentar solucionar esta indisposición para evitar tener que trasladar al hospital a estas juerguistas. Cuando no mejoran o su estado es preocupante sí los derivan en ambulancia hasta Basurto.
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