Iñaki Cerrajería
Eibar-Alavés | Domingo, 19 horas

La vuelta a casa del técnico que obró el milagro

Gaizka garitano ·

Exalavesista. Gaizka Garitano busca en Eibar, donde lo fue todo, atravesar de nuevo la puerta de Primera división

Viernes, 18 de noviembre 2022, 01:16

Pocos conocen de primera mano el fútbol vasco tan bien como Gaizka Garitano (Derio, 47 años). En tres décadas de carrera ha pasado por Athletic, ... Real Sociedad, Deportivo Alavés y Eibar. En el cuadro armero, con senderos de ida y vuelta. De jugador durante un lustro a técnico. Primero, en su cantera; después, como artífice del mayor éxito histórico del primer equipo: el ascenso a la máxima categoría. Seis años después de ese hito regresó a Eibar para reintentarlo. El año pasado se quedó a las puertas y ahora vuelve a integrar el grupo de los favoritos. Solo bajo esa etiqueta se entiende el duelo de este domingo frente al Alavés (Ipurua, 19 horas).

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En las empinadas calles de la ciudad armera ha encontrado Garitano su sitio en el mundo del fútbol. Como jugador, fue su primer destino fuera del paraguas del Athletic. En Bilbao llegó a jugar un partido de la UEFA, pero no se consolidó y estuvo cedido en el Lleida. Después voló a Eibar, probó en Ourense y regresó. De ahí, tras quedarse a las puertas de un ascenso histórico, a la Real Sociedad. Tres años después encontró en Vitoria su última parada. Un destino lógico. Lo llevaba en los genes. Su padre Ángel, 'Ondarru', había sido el histórico asistente de Mané y él seguía desde entonces el camino albiazul. «Siempre he tenido cariño al club porque mi aita estaba aquí y ahora estoy muy orgulloso de formar parte de este equipo», aseguró en su presentación en Vitoria. Aunque fue breve. El curso terminó con descenso a Segunda B y renunció al año de contrato que le quedaba para dejar el fútbol.

El centrocampista trabajador y exigente dio paso a un entrenador cortado por el mismo patrón. Discípulo de José Luis Mendilibar, su técnico en Eibar. Mismo gusto por el fútbol intenso, vertical, de solvencia defensiva y transiciones rápidas. Pero con matices. En una charla hace un año evocaba sus divergencias con el de Zaldibar, por ejemplo, en el peso que debía tener el gimnasio. El esfuerzo es innegociable. «Si das el máximo en el entrenamiento, vas a competir bien. Cuanto más sudas en la práctica, menos sangras en la batalla», resumía.

Muchas horas de vídeo

Así logró que en 2014 uno de los equipos con el presupuesto más bajo de Segunda ascendiera a Primera. Su Eibar dio una patada a las jerarquías. El efecto duró meses, hasta bien entrado su año en la élite. Aunque solo el descenso administrativo del Elche salvó a los armeros. Ahí Garitano ya había decidido que se iba. Nada volvió a ser igual. Ni en el Valladolid ni en el Deportivo de la Coruña. Optó por recular. A casa, al filial del Athletic. Un proyecto con claro cariz formador. Enseñar fútbol. Con muchas horas de análisis y vídeo, otras de sus debilidades.

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Discípulo de José Luis Mendilibar, comparte el gusto por un fútbol intenso y vertical

Un buen perfil para, en diciembre de 2018, apagar el fuego que no dejaba de avivarse en el primer equipo. Fue un relevo de la casa tras la apuesta fallida de Berizzo. Suyo fue el mérito de meter al Athletic en la final de Copa de 2020, aunque no pudo disfrutarla. Fue cesado en enero de 2021. El proyecto transmitía sensación de parálisis y no se libraba del lastre de la irregularidad, pero el cese sorprendió a muchos. Incluso, dentro del club. Se fue en calma. Por dentro, el carácter que imprime a todos sus equipos. Así es el Eibar, donde lo fue todo. Allí, poco a poco, vuelve a serlo.

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