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El sufrido trabajo de plantar sólidos cimientos
Luis García no pierde detalle de un equipo que entrena varios días en doble sesión, a un ritmo alto y con mucho balón
Dice la enciclopedia del saber popular futbolero que se juega como se entrena. Si es así, el Alavés será en unas semanas, cuando arranque la ... Liga, un equipo intenso. Frenético, incluso. Porque sus sesiones en el arranque de la pretemporada están lejos de la dinámica de estiramientos, rondo y partidillo. La exigencia física es patente. Con ella y el fuerte calor que azota Benidorm -en eso Villaitana no es excepción- el inicio de la temporada plantea a las primeras de cambio el primer gran puerto de montaña que escalar. EL CORREO pudo seguir ayer sobre el césped la sesión que plantearon Luis García Plaza y su equipo. La quinta de una semana de madrugones y varias jornadas dobles.
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«Dinámico, vivo, vamos», el intenso día del preparador físico
Ayer solo hubo una, la matinal. Antes de lo que acostumbran a ejercitarse los futbolistas a lo largo de la temporada. Antes, incluso, de lo que tenía planificado la propia entidad. La idea original era hacerlo a las 9.30 horas, pero los babazorros ya estaban sobre el césped a las 9 con el objetivo de sortear el implacable calor. Pero entonces el sol ya azotaba uno de los dos campos de césped natural y fútbol 11 situados en Villaitana. Junto a la piscina y un gimnasio que ayer ocupaban los jugadores del Wolverhampton, también alojados en el complejo. Los ingleses jugaron ayer contra el Levante su segundo amistoso en dos días. Esta vez, con triunfo para el cuadro granota, rival albiazul en la temporada que arrancará en agosto. Tal vez por eso, los intentos por mantener el duelo en la más estricta intimidad fueron continuos. Solo algún albiazul logró ver detalles del choque, ya terminado su entrenamiento, por encima de una valla.
Primero, charla en corro, como en el colegio. Al mando, Luis García, que no perdía durante la sesión ojo a sus papeles pertrechado con una gorra blanca y atento a cada ejercicio que realizaban sus jugadores. Aunque no era el único en dar indicaciones. Ahí estaba también su inseparable segundo, Pedro Rostoll. En casa, ya que es nacido en la propia ciudad de los rascacielos. También el preparado físico, Félix Vicente, de especial importancia en estas primeras semanas y que pauta tanto las cargas de trabajo como las duraciones. Junto a ellos, personal médico, utilleros… Y por detrás de todos los jugadores, el nutricionista, Nicolás de Silva, pendiente de una hidratación y alimentación aún más imprescindible. Un amplio equipo de trabajo para que ningún detalle se escape. La meticulosidad es máxima. La tecnología ayuda para ello con métricas y datos de todo tipo. Muchos se quitaban tras el entrenamiento una prenda cada vez más común: el chaleco -casi un sujetador- colocado debajo de la camiseta que registra todo tipo de información, desde la frecuencia cardíaca a los esfuerzos realizados.
Tras una charla del entrenador, el equipo calienta combinando ejercicios con y sin balón
La tecnología proporciona toda clase de datos, útiles para configurar las cargas de trabajo de cada uno
La clave, el descanso
Tras las palabras, a la acción. El calentamiento, eso sí, con y sin balón. Como todo el entrenamiento. Quedaron en el pasado esas sesiones de carreras kilométricas sin dar un pase. Ahora el balón siempre está cerca, aunque depende de la situación de cada futbolista en qué medida.
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Pero el físico debe trabajarse para aguantar una temporada larga. En Segunda apenas habrá parones más allá de una semana en noviembre y por Navidad. Diferente al fútbol de Primera, donde las selecciones sí que obligan a detener la competición. Un largo esprint, además, que tiene cuatro jornadas más y unos potenciales play offs. La línea general es la misma, pero la clave está en una gestión diferente de los descansos. En dosificar esfuerzos. No todos entrenaron al mismo nivel. Se notaba todavía el partido del día anterior. Por ejemplo, uno de los titulares contra el Wolverhampton, Abqar, realizó casi la totalidad de la sesión en solitario con una carga de trabajo diferente.
Otro dicho, el de que la pretemporada es el momento más duro de todo el curso, lo confirmaban las caras de muchos albiazules al abandonar el terreno de juego tras los correspondientes estiramientos finales. Algunos, con hielo en las piernas para las doloridas articulaciones; todos, exhaustos y con una botella de agua en la mano y pensando en el descanso hasta la temprana comida, al filo de las 13 horas. En la pretemporada muchos construirán el éxito de los siguientes diez meses. Aunque el calor funda las ideas y el sonido de la cercana piscina invite a quehaceres menos sacrificados. Hoy el equipo volverá al trabajo con otra doble sesión y cerrarán la semana con una el domingo. Por delante, cuatro semanas completas más para preparar el estreno liguero.
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EN SU CONTEXTO
43
días dura la pretemporada albiazul, que arrancó el 1 de julio con los reconocimientos médicos. La Liga comienza el sábado 13 de agosto en el campo del Leganés.
Madrugón obligatorio
Los albiazules deben estar en el terreno de juego a las 9.30 horas. Aunque ayer el equipo entrenó antes, a las 9, para mitigar los efectos del intenso calor. Tras pasar por las manos de doctor y fisioterapeutas, comen al filo de las 13 horas.
8
entrenamientos realizará el Alavés a lo largo de esta semana, con dos días de doble sesión. A ellos se le suman los partidos contra los Wolves y el Intercity.
Cada detalle cuenta
Luis García, su asistente (Pedro Rostoll) y el preparador físico (Félix Vicente) supervisan una sesión que cuenta con la participación activa de todos los integrantes del cuerpo técnico, desde utilleros a nutricionista.
90
minutos dura, aproximadamente, cada práctica albiazul, en la que el cuerpo técnico busca adaptar ejercicios con y sin balón al estado físico de sus futbolistas.
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