Real Madrid 3-2 Alavés
El Alavés se niega a claudicarDos goles casi consecutivos en el tramo final sirven para rozar la heroicidad tras una primera hora de control y amplia ventaja de los madridistas
Que el Alavés nunca se rinde es algo más que una frase hecha. Lo volvió a demostrar en el Bernabéu cuando el partido, ya con ... el 3-0, apuntaba a la obligación de sacar la coraza y evitar que más flechas envenenadas llegaran a la portería de Sivera. Incluso en ese contexto de resignación y miedo a partes iguales le dio a la escuadra albiazul para aprovechar la relajación madridista y colocar el duelo en el alambre. Con esos goles casi consecutivos de Protesoni y Kike García apenas a unos minutos del final que elevaron la tensión sobre el césped y alcanzaron su cima en un descuento con llegadas y oportunidades para Conechny y Guevara.
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Antes del primer tanto albiazul, Abde había topado con el palo. Y es que se negó a claudicar la escuadra alavesista, que con los cambios mejoró y buscó las cosquillas a un adversario que casi acaba riéndose de un empate. Antes, el Real Madrid había amenazado con una goleada tras marcar en el inicio de ambas partes y demostrar que si le da por apretar deja sin respiración a cualquiera.
Real Madrid
Courtois; Lucas Vázquez, Rüdiger, Militao (Vallejo, m.80), Mendy; Tchouaméni, Fede Valverde (Modric, m.69), Bellingham; Rodrygo (Endrick, m.69), Vinícius (Fran García, m.91) y Mbappé (Güler, m.80).
3
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2
Alavés
Sivera; Mouriño, Abqar (Guridi, m.46), Diarra, Manu Sánchez (Pica, m.71); Novoa, Antonio Blanco (Guevara, m.60), Benavidez Protesoni, Conechny; Luka Romero (Rebbach, m.60) y Villalibre (Kike García, m.71).
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Goles. 1-0, m.1: Lucas Vázquez. 2-0, m.40: Mbappé. 3-0, m.48: Rodrygo. 3-1, m.85: Protesoni. 3-2, m.87: Kike García.
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Árbitro. Alejandro Muñiz Ruiz (Comité Gallego). Mostró cartulina amarilla a Fede Valverde (4), Vinícius (30), Endrick (83) y Modric (95) por el Real Madrid.
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Incidencias. Séptima jornada de LaLiga EA Sports. Partido disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 67.480 espectadores.
Nada como el fútbol para que un partido se divida en muchos partidos. Y que cada uno resulte importante. En menos de un minuto perdía el Alavés y poco después de regresar del descanso encajaba el 3-0. Una especie de repetición de aquel duelo del final de la pasada campaña que acabó en manita blanca. Pero, aunque este martes sin puntos, esta parece otra historia. La de un cuadro vitoriano que marca con facilidad. Dos goles a favor por quinto duelo consecutivo. Incluso ante Courtois, ese portero de 'cinco manos'. El belga, en realidad, encajó dos tantos y recibió un palo sin apenas intervenir.
Luis García Plaza había anunciado cambios y la realidad deparó un once renovado casi por completo. Se mantuvieron sobre el césped Sivera, Abqar y Manu Sánchez respecto al equipo inicial ante el Sevilla y entraron los Novoa, Diarra, Mouriño, Blanco, Protesoni, Luka Romero, Conechny y Villalibre. Pese a que el Alavés es esta campaña otra cosa a la hora de evaluar la calidad de los recambios, la alineación hablaba con claridad de que no se trataba de la gran batalla de la semana.
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Eso sí, máxima frescura para afrontar un duelo desigual y pródigo en la necesidad de acumular kilómetros. Para medirse a un Real Madrid que lejos de las presuntas rotaciones antes del derbi madrileño colocó sobre el campo a todas sus estrellas disponibles: Courtois, Valverde, Rodrigo, Vinicius, Bellingham y Mbappé...
El conjunto de gala, con la excepción del tocado Carvajal. Nada puede cuadrar, es verdad, cuando la gran dificultad para el rival -tomar ventaja en el marcador- se solventa en menos de un minuto. Lo que tardó Lucas Vázquez en aprovechar el centro de Vinicius.
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Control y goles blancos
Un cuadro albiazul plantado con dos líneas de cuatro, con Mouriño en el lateral diestro y Diarra como central. Luka Romero ejercía de mediapunta mientras que Novoa y Conechny ocupaban las bandas de ataque, aunque el primero de ellos parecía por momentos un quinto defensa. Un córner ensayado que Romero colocó en el segundo palo y Bellingham quitó de la cabeza de Mouriño y Abqar resultó en realidad el único acercamiento realmente peligroso de los albiazules hasta el descanso. El Real Madrid, acunado en su control del marcador y del juego, dominaba sin sufrir. Acumulando llegadas y apostando por un segundo tanto. El que acabó por llegar antes del paso por el vestuario a través de Mbappé. Si a los blancos les cierras las bandas se abren paso por el centro. Sus opciones ofensivas resultan abrumadoras.
Con el tanto de Rodrygo tras el descanso parecía acabar todo. El cuadro albiazul, no obstante, ganó con la entrada de Guridi y doblaría la apuesta con Guevara y Abde. Nada hacía pensar, pese a todo, en complicar realmente al rival, pero apareció la precisión. Goles de calidad de Protesoni y Kike García. Monumental bronca al correcto arbitraje de Muñiz Ruiz, al que posiblemente el VAR debió advertir de una agresión sin balón de Endrick sobre Mouriño. Nada novedoso, en cualquier caso, que los grandes se quejen de actuaciones arbitrales corrientes o incluso de las que les benefician. Normalmente disfrutan de lo extraordinario. Al Alavés le quedó aliento para sobrecoger al Bernabéu en los instantes finales y dejar constancia de que no se va arrugar. Más bien quiere plancharse el traje de la competitividad y lucir por la Liga.
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