Alavés-Valencia (hoy, 21.00 horas)
El Valencia, un club en constante ebulliciónLa profunda crisis económica que arrastra desde hace una década el conjunto che lastra su capacidad deportiva y enciende a la afición
Mestalla no es una plaza fácil. La afición valencianista se caracteriza por ser pasional y sobre todo muy exigente con sus jugadores. Desde sus localidades ... han vivido los años dorados de un Valencia acostumbrado a viajar en el tren de la Champions. Una película que nada tiene que ver con la pesadilla deportiva y la asfixia económica a la que asisten desde hace un lustro. Las protestas desde la grada y en las calles contra el dueño, Peter Lim, y la plantilla son continuas. El último episodio, en la jornada anterior en Girona. Los aficionados desplazados despidieron a los futbolistas al grito de «¡jugadores, mercenarios!». La tormenta no parece escampar.
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La temporada pasada el equipo parecía destinado a firmar su segundo descenso de su historia. En las primeras 19 jornadas sólo sumó 13 puntos. La llegada de Corberán cambió la dinámica. Tanto que a punto estuvo de entrar en la Conference League en un tramo final con números de Champions. Fue un espejismo. En el inicio de esta temporada el club vuelve a coquetear con la zona roja. Los ocho puntos que suma en el casillero son el 'parte médico' de la convulsa situación del equipo.
«El Valencia va a empezar el partido con mucha determinación, con mucho compromiso y con ganas de revertir los últimos resultados». El entrenador che, Carlos Corberán, evitó avivar las llamas en la previa del partido contra el Alavés al ser cuestionado por la delicada situación que atraviesa el club. Una crisis que se coló también en la caseta. «No es cierto, no hay conflictos. Si por algo se caracterizó este vestuario es por ser bueno, si no lo hubiese sido así el año pasado el objetivo no se saca», apuntó Luis Rioja, que regresa hoy a Vitoria.
Sin embargo, de puertas para fuera son más las voces que muestran su preocupación por la deriva del club. El último en pronunciarse ha sido Javi Gracia. «Yo no me sentí engañado por el Valencia, me sentí engañado por su presidente», sentenció en una entrevista con Radio Marca. El entrenador navarro fue el primero en detectar la pérdida de músculo del equipo. En la temporada 2020-21 vio cómo desmantelaban su equipo –vendieron a Parejo, Rodrigo y Ferran– con el que competiría la Champions. Fue la última aventura europea del Valencia.
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Lo cierto es que no se trató de un caso aislado. De hecho, las puertas del mercado che funcionan a diferente velocidad en el capítulo de fichajes y ventas. Este mismo verano se volvió a repetir. El Valencia ingresó 55 millones de euros por las ventas de Mamardashvili al Liverpool (30 millones), Mosquera al Arsenal (15 millones) y Yarek al PSV (10 millones). Y las únicas incorporaciones fueron Copete (3,5 millones), Julen Agirrezabala cedido por el Athletic, y Dani Raba como agente libre.
Hace una década que Peter Lim tomó las riendas de un Valencia ahogado por las deudas: casi 500 millones de euros. La afición le recibió como a un salvador. En su primer partido en el palco desplegaron un mosaico en las gradas con la palabra 'benvingut' (bienvenido). Una ilusión frente al desamor actual. El año pasado la Policía tuvo que intervenir en las distintas protestas organizadas en los exteriores de Mestalla. Y la tensión no deja de crecer.
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