La cerámica inspirada en la diversidad cultural que nace en un taller de Vitoria

«Un proyecto etnológico inspirado en la diversidad cultural, representada a través de creaciones y expresiones hechas con las propias manos». Eso es Claytho, la marca que Esther Comino ha creado recientemente en Vitoria: piezas de cerámica únicas que sirven tanto de decoración como para usar en la mesa. Jarrones, platos, bandejas, tazas, cuencos… no hay dos iguales y esa es la magia de este proyecto.

Pero, ¿cómo empezó Claytho? «En enero abrí una cuenta en Instagram para que la gente pudiera ver lo que hago, y desde ese momento entré en una rueda que cada vez se hace más y más grande», nos cuenta Esther, madrileña de nacimiento pero afincada en la capital alavesa desde hace unos meses. Recientemente ha colaborado con Eaty Jet, un proyecto gastronómico también 'made in' Vitoria. Sinergias locales entre emprendedores.

«Cuando llegó la pandemia me encontré encerrada en un piso con todos mis pensamientos. Como no había mucho que hacer, más que aprender a estar conmigo misma, colapsé. Ansiedad, tristeza o miedo eran algunas de las sensaciones por las que pasé», se sincera esta artista. Había trabajado en una empresa de «futurización, que unía ciencia, filosofía, sociología y empresa» pero decidió darle un giro a su vida. «Quería dedicarme a algo completamente opuesto y no se me ocurrió nada más honesto que un oficio artesanal como la cerámica», señala. Una actividad que ya había practicado hace años de manera extraescolar.

La pintura y su historia han sido fundamentales a la hora de crear este proyecto, y eso se refleja mucho en las piezas que crea Esther. «Las piezas de cerámica de Picasso con ojos enormes o bocas de perfil me inspiraron mucho a la hora de pensar en un trazo sencillo y rápido, nada meditado y con un toque infantil». El folclore de diferentes culturas también es para ella fuente de inspiración.

Fabrica las piezas en su propia casa, en un pequeño taller que ha montado en una de las habitaciones con un torno alfarero, y después las lleva a cocer a un horno. Para crearlas utiliza barro rojo y loza blanca, dependiendo del diseño la pieza se hace a torno o utilizando otras técnicas como planchas, churros o pellizco. «A la hora de decorar existen infinitas opciones solo para preparar la composición de los esmaltes, es muy interesante porque detrás de la decoración de una pieza hay un mundo de fórmulas químicas».

Dentro de su proyecto realiza sus propias piezas y encargos personalizados para clientes. Ofrece también talleres monográficos dirigidos «a cualquiera que quiera tener una experiencia con el barro y probar» tanto para personas individuales como para grupos. Se adaptan a todas las edades y al tipo de espacio del que disponga la persona que se apunte ya que se realizan a domicilio.