Un coche procede a acceder a la AP-68 por el peaje de Areta. M. Cecilio

Los usuarios del tramo alavés de la AP-68 pagarán «menos de la mitad» en un año con la nueva concesión

La Diputación licitará por más de 30 millones la colocación, desarrollo y gestión de los nuevos arcos en la Vascoaragonesa. En la A-1 y N-240 sólo tendrán que pagar los camiones

Viernes, 24 de octubre 2025, 11:06

El 10 de noviembre de 2026, la concesión de Avasa (grupo Abertis) para la gestión de la AP-68 concluirá y pasará a manos de ... la Diputación de Álava. Los actuales peajes desaparecerán y serán sustituidos por arcos con cámaras y sensores para identificar vehículos ligeros y pesados sin necesidad de que se detengan, aunque también habrá cabinas con barreras en determinados puntos. Pero esa no será la única novedad que notarán, ya que el titular foral de Infraestructuras Viarias y Movilidad, Jon Nogales, explicó este viernes que los conductores pagarán «menos de la mitad» de lo que están desembolsando ahora. No concretó en cuánto se quedará, pero un automovilista actualmente tiene que pagar 6,70 euros por cada viaje entre Altube y Arrigorriaga.

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Para esa fecha queda algo más de un año y a la Administración foral le tocará pisar el acelerador para llegar a tiempo porque aún hay mucho trabajo pendiente. Nogales anunció que el Gobierno foral sacará a concurso en las próximas semanas la obra, desarrollo de los sistemas y lo que se denomina como 'backoffice' -es decir, las actividades internas y administrativas de una empresa que son esenciales para su funcionamiento- del tramo alavés de la Vascoaragonesa. Un contrato que asciende a 30 millones y que se amplía hasta los 40-45 millones si se le suma la posterior gestión operativa durante cinco años.

El PP se opone al pago

Al Gobierno foral le tocará «mirar hacia la izquierda» para sacar la norma foral sobre precios y trayectos

Además, se va a contratar una asistencia jurídica para dar «robustez» al proceso legal de instalación, es decir, que no queden 'grietas' para posibles recursos. También es necesario aprobar un proyecto de norma foral en las Juntas Generales para regular el funcionamiento de la nueva autopista a partir de la próxima transferencia. La idea es aprobarla «con el máximo consenso», pero -como indicó Iñaki Ullibarri, de EH Bildu- le tocará «mirar hacia la izquierda». Y es que el PP insistió en su oposición a seguir cobrando por el uso de las carreteras de alta capacidad.

Una «pantalla» que el diputado socialista consideró que «ya está superada» y que la razón de mantener el peaje corresponde a criterios de «sostenibilidad ambiental, social, financiera y económica». Esta última cuestión quedó patente en la ponencia que se celebró en la pasada legislatura, en donde se evidenció que el mantenimiento de estas vías disparará la factura de las instituciones a medida que vayan acumulando años y años.

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Los peajes no se ceñirán a la AP-68, sino que el diputado anunció que también se colocarán arcos en la A-1 y la N-240, aunque exclusivamente para vehículos pesados. Los ligeros podrán circular sin rascarse el bolsillo. Es cierto que en la carretera de Barazar tienen lógica, pues Bizkaia ya los instaló allí hace tres años.

Tampoco es que la Diputación haya dejado para última hora los deberes correspondientes a la AP-68. Ya se acordó con el Ministerio y la Administración vizcaína inspeccionar los 55 kilómetros que ahora gestiona Avasa y que pasarán a manos forales. «Ese trabajo de supervisión no termina el día de la reversión, se prolongará también en los meses posteriores para detectar ineficiencias y medidas correctoras que sean necesarias adoptar 'a posteriori'», ha explicado el titular de Carreteras.

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