«Encasillamos a las víctimas y si no se comportan de una manera, incomodan»

– ¿Nerviosa?

– Ay, calla, calla (risas). Más que nervios tengo muchas ganas de que salga ya porque mis compañeros hacen un gran trabajo y me provoca mucho orgullo.

– ¿Qué sensaciones se llevó de la puesta de largo de la serie en el Festival de San Sebastián?

– Buf, fue súper emocionante y súper esperado, rodamos hace un año y no la habíamos visto. Fue un cúmulo de emociones enorme porque el año pasado también hicimos allí una especie de presentación sin saber que iba a pasar todo esto del Covid.

– Ha vivido entonces dos experiencias muy diferentes en el Zinemaldi, antes y después de la pandemia.

– Sí, pero me parece ya tan alucinante y tan bien que se haya podido celebrar este año, cuando teníamos la sensación de que todo se estaba acabando... Pero es verdad que ha sido todo raro: el contacto, las distancias, la acogida de la gente...

– ¿Los lectores de 'Patria' verán el libro en la pantalla?

– A mí me parece que es muy, muy, muy fiel. No cabe toda la novela en ocho capítulos y se han elegido los momentos que Aitor (Gabilondo, el productor y guionista) consideraba más importantes, pero la serie está hecha con mucho respeto y creo de verdad que la gente no se va a decepcionar.

– ¿Cuánto ha influido en el resultado tener un reparto vasco?

– Al final es fundamental, claro que ayuda. Es verdad que somos actores y tenemos que interpretar todo tipo de personajes pero lo dijo Ane (Gabarain), que va un poco en nuestro ADN, todo lo que se cuenta te suena, no es algo desconocido.

– Cuando ETA anunció el final del terrorismo usted tenía 21 años. ¿Recuerda aquel día?

– Mmm no, no tengo un recuerdo concreto como sí, por ejemplo, del 11-S, que me acuerdo hasta de dónde estaba, pero seguro que ese día hablaría con mis padres, mis hermanas, mi abuela... Sí tengo recuerdo de otras cosas, recuerdo perfectamente cuando estalló la bomba que mató a Fernando Buesa y su escolta, yo estaba en el colegio. Nací en el 90, no viví los años más fuertes pero, joder, claro que he oído bombas y he vivido las manifestaciones... Y volver a escuchar todo eso en la serie es fuerte.

– ¿Los jóvenes saben lo que pasó?

– Todo el mundo lo sabe y sabe lo que es ETA pero ha habido un silencio, una especie de duelo que no juzgo para nada. 'Patria' no representa el conflicto ni es abanderada de nada, pero me parece bonito que pueda servir para comenzar a hablar.

– «No es una historia de buenos y malos», ha dicho. ¿Qué es?

– 'Patria' habla de personas, sólo cuenta la historia de dos familias marcadas por un dolor muy grande en un momento concreto en un pueblo concreto, pero podía haber ocurrido en otro país.

– ¿Cómo es Nerea, su personaje, la hija de Txato, al que asesina ETA en esta historia?

– Me leí la novela antes de saber que iba a hacer la serie y Nerea me parecía una caprichosa egoísta. ¿Cómo puede ser que no fuera al funeral del aita? ¿Cómo deja a la ama sola? Ahora me parece una valiente, el personaje me ha hecho ponerme en su piel y ver que estamos acostumbrados a encasillar cómo debe ser una víctima y si no se comporta de esa manera, nos incomoda y nos cae mal. No se puede juzgar a nadie después de un suceso así.

– Trabajó con un psicólogo para entender el shock por el asesinato. ¿Cómo lo describiría?

– Hubo mucho trabajo de entender qué le pasa físicamente al cuerpo y qué tipo de adrenalina o de desconexión de la cabeza buscas para escapar de la realidad. En lo físico es como que se te suelta el cuerpo y pierdes el control, Nerea por ejemplo se hace pis encima y luego sale de fiesta y se acuesta con un tío.

– Este verano estuvo en Vitoria con el cortometraje 'La colcha y la madre'. ¿Era la primera vez que rodaba en su ciudad?

– Sí, rodamos en el Casco y se me hizo muy raro pero como vitoriana me hizo mucha ilusión.

– ¿La capital alavesa tiene potencial como plató de cine?

– Muchísimo y está pasando en general con el País Vasco, y a mí me hace mucha ilusión que cada vez haya más proyectos allí.

– ¿Y cómo ve su panorama cultural?

– Reconozco que cuando voy a Vitoria hago una parte más social que cultural, voy más a ver a mi familia y mis amigas, pero me preocupa muchísimo la situación de la cultura en cualquier lugar. Detrás de una obra de teatro o de un concierto hay tantas familias a las que alimentar... y ahora mismo está todo fatal.

– ¿Ejerce de embajadora de Vitoria?

– ¡Hombre!, claro que sí, soy súper anfitriona y estoy súper orgullosa de mi ciudad. Me encanta llevar a la gente allí, de pintxos y a sitios a los que conozco, no me pierdo La Blanca...

– Menos este verano.

– Sí, y yo quiero ir de fiesta, salir, sudar, tropezarme para llegar a la barra... pero intento relativizar. Tengo como esos dos puntos, cuando digo qué horror todo y luego pienso, mira, estás en el primer mundo y tienes una casa donde confinarte.