El mildiu ataca con especial «virulencia y precocidad» el viñedo de Rioja Alavesa

Durante la primavera, de la que restan diez días, la cantidad de lluvia registrada en la comarca al sur del territorio «ha duplicado las cifras habituales» y el campo se ha recuperado del déficit de agua en invierno. Esta circunstancia, unida a las altas temperaturas de mayo, ha favorecido el crecimiento de los brotes pero también ha confirmado «lo que se anunciaba hace un mes: un año complicado en cuanto a enfermedades» por hongos.

El mildiu ha comenzado a manifestarse en las hojas de las cepas con diferentes manchas «pero ese no es el peligroso porque se ve. El peor es el que está larvado en la uva, la alcanza y la daña por completo», cuenta el alcalde de Baños de Ebro y también agricultor, Francisco Javier García. Su municipio quizá sea el más castigado de Rioja Alavesa, porque las tormentas del mes pasado dejaron más de cien litros de agua. «En lo que conocemos como La Salmuera, en el límite con San Vicente de la Sonsierra, hay parcelas muy atacadas», añade. También en Elciego, en la zona más próxima al Ebro, «estamos teniendo problemas», señala otro veterano viticultor.

La desazón entre los hombres del campo es mayor porque han estado aplicando diferentes tratamientos, con productos ecológicos y convencionales, «pero aún así el mildiu ha seguido apareciendo. No se explica muy bien, pero esto no son ciencias exactas», señala Juan Luis Cañas, con viñas y bodegas tanto en Samaniego como en Villabuena.

Ambas localidades también registran daños, aunque la meteorología de las últimas fechas con temperaturas frescas y ausencia de lluvia «es lo deseable, suponen el mejor tratamiento», añade. Estos próximos días en los cuales el fruto acabará de cuajar «son especialmente sensibles y cualquier irrupción de mildiu puede mermar la cosecha sensiblemente», detalla en su informe el servicio foral de viticultura y enología.

Teniendo en cuenta que habrá exceso de uva de cara a la vendimia y que en esta campaña no se podrá recoger el 100% – o incluso por encima– como en las precedentes, las pérdidas económicas serán sobre todo por los tratamientos que hay que aplicar. «Viene un año 'gastón'», confiesa un bodeguero de Labastida, donde también una tormenta con granizo hace un mes dejó «daños directos destacables en viñedos y áreas muy localizadas», recoge el documento.

Entre las consideraciones finales de este primer informe, la Casa del Vino también alerta de «las dificultades, sobre todo al inicio del estado de alarma, para disponer de mano de obra para las labores de manejo de la vegetación que requieren de personal ajeno a la explotación, así como el aseguramiento de la salud de viticultores y trabajadores contratados».