Los niños reconquistaron la plaza de la Virgen Blanca a falta de terrazas y turistas. IGOR AIZPURU

Los niños vuelven a pisar el asfalto con algunas aglomeraciones

En bici, a la carrera, sobre el patinete... Los menores de 14 años retomaron las calles con incumplimientos puntuales de las normas

Lunes, 27 de abril 2020, 01:42

En miles de hogares vitorianos se vivió ayer una especie de mañana de Reyes. En plena primavera y sin abeto ni regalos, pero con la misma ilusión entre los pequeños por saltar de la cama y descubrir qué les esperaba ahí fuera. Los casi 35.000 menores de 14 años que viven en la capital alavesa podían volver a pisar el asfalto tras mes y medio –los centros educativos de la ciudad cerraron las aulas el 9 de marzo– enclaustrados entre las cuatro paredes de su casa. Hubo quien no quiso perder el tiempo y a las 9.00 horas ya estaba listo aunque la fina lluvia que cayó a primera hora –y que aguó la tarde con más fuerza– retrasó el esperado momento en más de un portal. Después de siete semanas confinados, salieron en masa y a veces fue imposible mantener la distancia de seguridad.

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Las ganas acumuladas llenaron de vida paseos, postales como la plaza de la Virgen Blanca y parques de todo tamaño que, en algunos casos, como el 'pulmón' de La Florida, arrojaban una fotografía muy parecida a la de un domingo cualquiera, algo que se repitió en otros muchos puntos de Euskadi y del resto del Estado. Carreras en patinete, gritos, bicis con y sin ruedines, balones de todos los colores... Con la diferencia, en esta nueva normalidad, de que muchos caminaban cubiertos con guantes y mascarillas, sobre todo, padres y madres a falta de tallas infantiles en las farmacias. Cerca del 14% de la población local no ha cumplido los 14 años y el futuro de la ciudad se concentra en distritos como Lakua. Salburua y Zabalgana. Sólo en estos tres rincones conviven unos 18.000 chavales por debajo de esa edad que estos días tan raros sirve de pase para dar una vuelta en familia. Con un adulto, eso sí, y un máximo de tres críos a su cargo.

El «bichito», como llama Naia, una pequeña vecina de tres años de Zabalgana, al dichoso coronavirus, ha cambiado las normas a la hora de salir a la calle y ha condicionado también los espacios que en esta primera fase de desconfinamiento se permite a los pequeños reconquistar. Hasta 200 zonas de juego y para la práctica deportiva se encontraron ayer precintadas en la ciudad. Incluida la cancha que se extiende entre las calles Los Herrán y Logroño donde unos cuantos menores se saltaron la prohibición. Otros se conformaron con ver a lo lejos los columpios donde se divertían antes de que el maldito Covid-19 los encerrara en casa.

Tras los barrotes

Las autoridades, como ya hicieron en los primeros días del estado de alarma, han optado por recordar los límites del nuevo escenario antes que multar a quienes crucen la línea. Más de una familia bajó ayer a la calle, precisamente, con las 'mugas' bien aprendidas para no rebasar el kilómetro que se les autoriza recorrer con los niños y evitar que les cayera una sanción. Con esa distancia legal algunos llegaron a la plaza del barrio y otros pisaron el verde de San Martín, Armentia, Olárizu... o se acercaron hasta el campo donde jugaban esta temporada ahora en 'pause'. Izotz Marchán, 12 años en su DNI y portero del Alevín A de Aranbizkarra, miraba con nostalgia el césped tras los barrotes de la entrada y se preguntaba si en este tiempo se le «habrá olvidado parar».

Otros menores aprovecharon su primera 'aventura' al aire libre en casi siete semanas para acercarse al colegio que dejaron antes de engancharse a las clases online, al portal de sus abuelos para recordarles desde la calle cuánto les echan de menos, al de una prima para felicitarle el cumpleaños... Había muchos planes pendientes y desde ayer tienen una hora cada día para tachar uno a uno de esa larga lista.

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«No hay que repetir durante el paseo todo lo que está prohibido»

Una hora puede saber a poco pero los menores de 14 años deben disfrutar «lo más posible» ese ratito diario en la calle. «Durante el paseo, es importante verbalizar continuamente lo bueno que es volver a compartir como familia un espacio distinto al de la casa», expone el equipo de Pediatría de Vithas Vitoria sobre ese nuevo escenario que comenzó ayer a dibujarse. Los especialistas aconsejan dar libertad al niño para que decida si quiere salir o no así como el momento de regreso al hogar dentro siempre «del respeto a las normas impuestas».

Antes de bajar al portal, dicen, lo ideal es que se les haya contado que en la actual situación «no será posible hacer las cosas como estaban acostumbrados». De esta forma se evitarían, por ejemplo, conflictos al pasar frente a una zona de juegos. «La persona mayor que los acompañe podría aprovechar la ocasión para insistir en que no se trata de un paseo 'normal'», comentan los expertos de Vithas Vitoria, que recalcan que no se trata de «repetir constantemente lo que está prohibido».

La pandemia puede haber generado cierto miedo en algunos chavales y en esos casos conviene explicarles «que las condiciones de salida serán seguras para todos, siempre que se respeten unas sencillas indicaciones». «Lo mejor es llamar su atención hacia aspectos que hacen diferente y más agradable la ciudad tras el confinamiento», recomiendan.

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