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El bulevar verde de Los Herrán ya es una realidad tras más de dos años de obras
Los operarios ultiman la transformación de esta gran arteria, en la que un «mar de asfalto» da paso a un «salón urbano»
Las obras para la transformación de Los Herrán en un gran bulevar verde comenzaron en octubre de 2023 y, más de dos años y varios ... retrasos después, la revitalización de una de las grandes arterias de Vitoria está casi a punto para poder ser disfrutada por la ciudadanía. Los operarios están rematando los últimos detalles de una renovación que se completará el 15 de noviembre. Las vallas darán paso, por fin, a las personas, que podrán disfrutar de un espacio completamente diferente en el que los coches han cedido el paso a los peatones al pasar de 17.338 metros cuadrados de asfalto a 8.411, de 353 árboles a 460, y se han plantado 15.000 arbustos, una auténtica revolución del espacio urbano, duplicando la presencia de naturaleza.
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La modificación de uno de los principales ejes interiores de Vitoria en el tramo entre Monseñor Estenaga y la Avenida Santiago ha supuesto pasar de un «mar de asfalto», como lo definían los técnicos, a un «salón urbano» con un «gran parque lineal». Un gran espacio diáfano con cinco zonas de juego, una gran pérgola), espacios de descanso, jardines, árboles, estanques, columpios y esculturas que han sustituido al asfalto. Y la movilidad ciclista mejora también con un nuevo bicicarril separado del tráfico.
25 Meses
Tiempo que ha tardado en realizarse la renovación de Los Herrán, que estaba prevista acabarse en 17.
4 Carriles
Espacio para los vehículos motorizados (tres de tráfico y uno de aparcamiento) que hay ahora José Mardones tras eliminar otros cinco.
En esta reconversión se han eliminado cinco de los nueve carriles de circulación que existían. Es decir, más de la mitad del área destinada al vehículo privado desaparece. El tráfico circula ahora por José Mardones, repartido en dos carriles en sentido norte y uno al sur. Y, además, una sola línea de aparcamientos, lo que ha supuesto perder 300 plazas.
«Cambia por completo la fisonomía de una de las principales calles de Vitoria. Pasamos de un espacio dominado por el asfalto a un entorno más amable, verde, con zonas para caminar y convivir y pensado para las personas», destaca la concejala de Espacio Público, Beatriz Artolazabal (PNV).
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Quienes más ganas tienen de que terminen las obras son los que las han sufrido a pie de calle. Porque lo que inicialmente iba a ser una intervención de 17 meses se ha acabado convirtiendo en una molestia que se ha extendido durante 25. Y que ha afectado sobre todo a los comercios.
Recuperar la clientela
«No vemos la hora», clama Lina Carmona, del gastrobar La Eskina. Este local sufrió durante meses la espantada de los clientes que ahora esperan recuperar. «Aunque pasa gente todavía sigue flojo, pero esperamos que mejore tras dos años duros». Cuenta los días que le quedan para poder poner una terraza en la renovada calle «y que las familias disfruten de la tranquilidad que va a haber tomando algo».
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El retroceso de las ventas es común a todos los comerciantes de una zona en la que destacan los muchos locales en desuso que ahora «seguramente se revalorizarán como lo están haciendo ya las viviendas». Hay quienes miran al futuro con optimismo, como Elisa Silva, de Lanas Zelanda y Cristina:«Es un barrio con mucha gente mayor y les costaba salir de casa, pero cada vez vienen más clientes y esperamos que aumenten las ventas».
«Pasamos de un espacio dominado por el asfalto a un entorno amable y verde»
Beatriz Artolazabal
Concejala de Espacio Público
Los comerciantes lamentan que han sido «los grandes damnificados» y denuncian haber recibido «poca información. «Han hecho todo sin preguntarnos nada. En septiembre de 2024, la época de más ventas, nos plantaron una zanja delante que casi no podíamos ni abrir», asegura Héctor García, de la papelería Alfil.be.
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Las obras no solo han mermado las ventas de los clientes de paso, sino que han limitado al máximo la presencia de aquellos que se acercaban en coche. «Han sido dos años muy duros y algo ha mejorado porque pasa más gente, pero la cosa no está para echar cohetes y la eliminación de aparcamientos nos hace mucho daño», señala Luis Torres de la carnicería Mari. «Para los peatones y los niños va a quedar muy bien, pero los clientes...», dicen en este establecimiento que se encamina hacia la jubilación.
Los comerciantes de la zona han sufrido una caída de ventas y esperan que la remodelación reactive sus negocios
Más negro aún ve el futuro Mariví Borrego, de Mundo Hogar Textil. «Esta tienda va a desaparecer a cuenta de esta obra; es la segunda que cierro», dice tajante. La comerciante tiene claro que «a los bares les va a venir bien», pero considera que la limitación del acceso a los coches va a matar a los que viven «de los que vienen de más lejos y ahora no pueden ni aparcar porque han hecho una zona para estar y no para vender, sin incentivar el comercio». «Ahora vendo seis juegos de sábanas en un mes cuando antes los vendía en un día», sentencia.
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Entre los vecinos, una vez superadas las incomodidades de las obras, el futuro se contempla con un optimismo pleno. El proyecto gusta y genera consenso: «Ganamos tranquilidad y calidad de vida», coinciden buena parte de los vitorianos consultados ayer, a pie de calle.
«Teníamos una zona pensada para el paso de los coches y ahora la disfrutaremos paseando las personas, que además han puesto una barbaridad de bancos», celebra Alberto Urcelay, mientras observa el nuevo arbolado que acompaña el paseo y valora la incorporación de espacios infantiles. Como él, los vecinos empiezan a apropiarse de este renovado espacio urbano, símbolo de una ciudad que avanza hacia un modelo más amable, sostenible y pensado para las personas.
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Las plantaciones, el único trabajo que marcha con retraso
Un ejército de operarios se afana durante estos días en rematar los últimos detalles de la obra de acondicionamiento de Los Herrán, que tiene que estar finiquitada para el próximo día 15. Desde Espacio Público reseñan que todo lo que queda por hacer está dentro de plazo, excepto las plantaciones que se tienen que hacer en toda la zona y que se han retrasado unas semanas por la climatología excepcionalmente cálida de octubre.
Mientras, avanzan los trabajos en aspectos como la ejecución de la balsa de biodiversidad, la señalización, la instalación de suelo amortiguador en zonas juegos infantiles, la delimitación del los estanques, el remate del canal y su paseo de piedra, los ajustes en los chorros de agua, la colocación del mobiliario urbano o la limpieza.
Por otra parte, tras la denuncia vecinal realizada por EL CORREO la semana pasado, los técnicos han decidido implementar nuevas medidas de calmado de tráfico en los cruces de Los Herrán con las calles Arana y La Libertad para que el tráfico rodado reduzca la velocidad ante la preferencia de peatones y ciclistas en la zona.
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