Los colegios Samaniego, Ramón Bajo y Odón de Apraiz han participado en los talleres. Artium
Día de los Museos en Vitoria

El alumnado de tres colegios de Vitoria cultiva la conciencia ambiental en el museo Artium

Michael Marder, conocido como el filósofo de los plantas, acerca las «enseñanzas del mundo vegetal» en un taller creativo con tres colegios de Vitoria

Domingo, 18 de mayo 2025, 00:04

En los manuales de 'inguru' se recuerda que las plantas poseen sorprendentes mecanismos de supervivencia. Su capacidad de adaptación a la sequía o a las heladas, la memoria de experiencias pasadas para afrontar el estrés... son ejemplos de ello. En parte por eso, el filósofo Michael Marder (Moscú, 1980) está convencido de que, en tiempos de crisis ecológica, los seres humanos tenemos mucho que aprender de ellas. «No es solo deseable, es vital. Son mucho más ancianas en la escala evolutiva y han sobrevivido más tiempo», apunta este profesor e investigador del programa Ikerbasque en la Universidad del País Vasco, considerado uno de los grandes pensadores en torno al mundo vegetal.

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Con el proyecto '¿Con qué sueñan las plantas?', Marder ha dirigido junto a la artista Anaïs Tondeur (París, 1985) varios talleres con alumnos de tres colegios –Samaniego, Ramón Bajo y Odón de Apraiz– en colaboración con el museo Artium. El objetivo era acercar al alumnado de quinto y sexto de Primaria a las capacidades cognitivas de las plantas, sus ritmos circadianos –su reloj biológico– y sus formas de expresión. A la vez, se buscaba estimular su creatividad artística. El resultado de estos trabajos escolares puede verse hoy en el jardín del exterior del centro de arte contemporáneo de Vitoria, de 10.00 a 20.00 horas, con motivo del Día Internacional de los Museos.

«Los niños tienen una imaginación todavía mayor», destaca Marder sobre un 'laboratorio' que se desarrolló en dos sesiones. En la primera, los escolares conocieron las especies del jardín del museo, les pusieron nombre, retrataron sus formas, elaboraron tintas vegetales con hojas y bayas del entorno, y reflexionaron sobre el sueño vegetal y sus paralelismos con el humano. «Se trataba de personalizar la relación con la planta». En la segunda semana, a partir de las huellas dejadas por esas tintas en el papel, los alumnos imaginaron qué palabras, frases podrían identificar los sueños botánicos.

- ¿Qué fue lo que más sorprendió a los niños y niñas durante los talleres?

- Lo más extraordinario para ellos fue descubrir que las plantas se mueven. Como sus movimientos son tan lentos que escapan a nuestra percepción, proyecté vídeos en 'timelapse' para hacerlos visibles. Les impresionó ver cómo germina una semilla, el crecimiento en espiral, la apertura de las flores.

El punto de partida de este proyecto fue precisamente un libro infantil del propio Marder. '¿En qué piensan las plantas?' (Babidi-bú), que relata el encuentro entre tres especies. Son un pino llamado Pincus, un lirio llamado Liria y un grupo de tréboles llamados Sašas, que pasean y comparten su «sabiduría». Ese texto se trabajó previamente en el aula. «La narración termina al atardecer, cuando los personajes vegetales dicen que se van a dormir. De ahí surgió la pregunta: '¿Con qué sueñan las plantas?', que fue la semilla del taller», explica Marder, miembro del comité científico de Artium.

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Uno de los ejercicios más singulares de esta 'pedagogía vegetal' consistió en componer nanas para las plantas, tanto en castellano como en euskera. «La luna te espera, brillas como una reina / hasta que tú te duermas, ella se queda cerca», escribió una alumna como prueba del talento en las aulas. Esa conexión con el mundo vegetal que, según Marder, tiene un largo camino que recorrer entre adultos. «En cuanto a nuestro respeto al medioambiente, somos niños terribles y maleducados y no estamos abiertos a que se nos eduque sobre el tema».

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