Destino La Mancha

logrando avanzar de un modo más plural y participativo, apostando por el colectivo más que por una o dos figuras sobresalientes.

A día de hoy, en lo gastronómico, ya no se puede hablar de quijotes en La Mancha, porque existe una tropa más que nutrida y más que notable de cocineros y restaurantes empeñados en cocinar su tierra. Podemos medirlo en atributos michelinianos o en reconocimiento de sus colegas en todo el país, el método más interesante. Desde Guadalajara a Toledo, pasando por Cuenca, Ciudad Real y Albacete, tenemos hoy restaurantes familiares, tradicionales y gastronómicos de primer orden.

En el recién finalizado congreso Discover EAT Raíz Culinaria, celebrado en diversas ubicaciones de Ciudad Real, acabamos de ver en acción a una veintena de cocineros, bodegueros y productores explicando su compromiso con el territorio y sus cocinas de producto cercano y mirada estacional. Algunos, además, dejando volar la creatividad sin perder el contacto con el suelo y el aire, porque lo que vuela en aquellas tierras es gloria bendita.

Los veteranos recordamos los años en los que viajábamos desde cualquier rincón de España hasta Las Pedroñeras en busca de la primera y mejor cocina popular elevada a gastronómica, la de Manolo de la Osa. Créanme que ahora un viaje como aquel tendría muchas paradas obligatorias. Otro día les cuento cuáles, que hoy no me queda sitio en la columna y no quiero dejarme a la mitad fuera.