Atronadoras, explosivas, salvajes y escondidas

El concepto de festival de rock es muy elástico, capaz de abarcar convocatorias colosales y de ajustarse también a algo tan manejable y tan entrañable como el Fuzz In The City, que celebra esta semana su primera edición. Aquí no hay goteo de nombres para crear tensión, ni pantallas gigantes, ni masas fascinadas ante la última revelación británica: esto es más de andar por casa -bueno, por el Hika Ateneo, que cierto ambiente doméstico ya tiene- y de reunirse para celebrar el rock and roll. El aforo será limitado, "para poder estar bien a gustito", y el criterio de los organizadores ha consistido en seleccionar a "las bandas más atronadoras, explosivas y salvajes de los más remotos rincones, esas bandas escondidas que de vez en cuando descubrimos por casualidad". Por remoto debemos entender Italia, que es el lugar más lejano con presencia en el cartel, así que un poco de exageración a la hora de vender su mercancía sí comparten con los festivales grandotes.

A menos que uno esté muy puesto en delicias subterráneas, el cartel tiene bastantes probabilidades de intrigar, gracias a un surtido de artistas que suenan estimulantes ya desde el nombre. El viernes estarán los guipuzcoanos Niña Coyote eta Chico Tornado, alianza del guitarrista Koldo Soret (Surfin Kaos, Utikan, Mugatik) y la batería Úrsula Strong (Las Culebras), que facturan rock agresivo con letras en euskera. Aullido Atómico, de Valencia, son un trío de rock and roll clásico pero descacharrado, además de unos virtuosos de la hoja promocional: se definen como "ignorantes de las nuevas tendencias" y "coleccionistas de la cubeta de a euro" y admiten que "ya no son jóvenes, usan instrumentos baratos y viejos, no duermen mucho, van en coches prestados, alguno ni siquiera sabe conducir". Completan el cartel del primer día los gaditanos Little Cobras, otro trío (dos guitarras y batería) que cita entre sus referencias a los Stooges, Oblivians, Reigning Sound o los primeros Jon Spencer Blues Explosion.

El sábado será el turno de la estrella internacional Tony la Muerte, un italiano que se las arregla solo para tocar blues con intensidad hardcore, en plan hombre orquesta iracundo. "Blues extremo", lo llama él. The Limboos, gallegos afincados en Madrid, parten del rhythm and blues para incorporar sabrosos ingredientes caribeños como mambo o ska. Screamin George & The Hustlers, representantes locales en el festi, meten mano a la herencia entre cavernosa y garajera de los Cramps o los Sonics. Y, finalmente, Las Aspiradoras traen desde Toledo su garaje chatarrero y bien cargado de fuzz, como debe ser en un festival con este nombre. Habrá también actividades complementarias, como sesiones de cumbia con Rolando Bruno y su Gran Orquesta Midi o más blues en plan 'juan palomo' con Tumba Swing, que se materializarán en "locales amigos" a partir del jueves. Y, para terminar, dos exposiciones en el propio ateneo: una de fotografías de roqueras vascas y la otra, de dibujos del artista valenciano Don Rogelio, miembro de Aullido Atómico.

Tony La Muerte - Limpiccato