El cantante, en su casa./ José Ramón Ladra
EL DOMINGO, EN BILBAO

Raphael, un tipo singular

Discos de uranio, bromas con Tom Jones, profecías eurovisivas y otras curiosidades del artista, que repasará su carrera en el Arriaga

CARLOS BENITO

Miércoles, 21 de noviembre 2012, 19:18

Todo el mundo sabe algo de Raphael. Su afición a vestir de negro, sus aparatosos ademanes al cantar y su sonrisa hiperbólica forman parte de la tradición iconográfica de este país, del mismo modo que muchas de sus canciones se han incorporado a la memoria colectiva: al fin y al cabo, lo hemos tenido en la tele cinco nochebuenas seguidas. Este año, a falta de programa navideño, lo podemos ver en vivo este domingo en el Arriaga con su espectáculo 'Lo mejor de mi vida', dos horas en las que repasará los hitos de su carrera y presentará algunos de los temas de Manuel Alejandro que ha grabado en 'El reencuentro'. Para ir preparados, ahí van unas cuantas anécdotas de Raphael que los fans, seguramente, conocen, pero todo el mundo no.

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La pe y la hache. En realidad Raphael se llama Rafael, de apellidos Martos Sánchez, pero el mundo le conoce desde 1961 con una 'ph' muy llamativa. La explicación oficial es que el cantante decidió adornar su nombre artístico con ese dígrafo vistoso, que tomó prestado del nombre de su compañía, Philips. De hecho, en algunos discos se rizó el rizo con una variante todavía más sofisticada, Raphaël. En 1966, él mismo achacaba la decisión a un simple «efecto publicitario» y prefería vincularla al latín: «Nadie habrá tomado a mal este injerto latino en quien, como yo, tanto cantó en latín desde los cinco años, formando parte de la Escolanía del Colegio de San Antonio de los Padres Capuchinos», declaró.

La profecía de Eurovisión. Raphael representó a España en el Festival de Eurovisión en dos ediciones consecutivas: en 1966, en Luxemburgo, con 'Yo soy aquel' y en 1967, en Viena, con 'Hablemos del amor'. Quedó en séptimo y sexto puesto, respectivamente, pero parece que la experiencia le sirvió para hacerse una idea clara de los resortes que movían el concurso. Se negó a acudir por tercera vez con el argumento de que la barrera idiomática suponía un obstáculo para su triunfo, porque lo único que contaba en esa batalla eran las melodías pegadizas: «Hasta que no vaya al festival una canción que diga 'fa, fa, fa' o 'fu, fu, fu' o 'la, la, la', nunca ganaremos, porque el idioma nos distancia de los europeos». En 1968, por supuesto, el 'La, la, la' compuesto por el Dúo Dinámico e interpretado por Massiel se alzó con el triunfo.

El programa de Tom Jones. Raphael apareció en programas extranjeros de televisión como el show de Ed Sullivan, el de Petula Clark o el de Tom Jones. En su visita a este último, emitida el 15 de enero de 1970, interpretó a dúo con su anfitrión el clásico country 'Ghost Riders In The Sky'. Antes de cantar, los dos vocalistas mantuvieron el siguiente diálogo cómico, que aludía al gran rival de Tom Jones, Engelbert Humperdinck.

Dime una cosa, Raphael, ¿por qué nunca usas tu apellido?

Oh, es que suena demasiado tonto.

Vamos, puedes decírmelo, no me voy a reír.

(Raphael le susurra algo al oído y Tom hace un gesto de estupefaccion)

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¿¿¿Raphael Humperdinck???

Por fortuna, el diálogo y la excelente versión se conservan en internet.

El cura mexicano. En su primera gira por México, Raphael cantó el 'Ave María' ante la Virgen de Guadalupe. Agradecido, el franciscano José Cenobio le prometió que se encargaría de celebrar su boda: en efecto, en julio de 1972, el padre Cenobio casó al cantante y Natalia Figueroa en la iglesia de San Zacarías, en Venecia, con testigos como José María Pemán o Antonio Mingote. «Es bello pronunciar el doble y unánime 'sí' en esas naves con capillas radiantes, radiantes como la simpatía de estos dos jóvenes esposos. Para escuchar el 'sí' se habrá hecho toda oídos la doble cúpula y habrán sido todo ojos los personajes que en el muro pintaron los pinceles florentinos de Andrea Castaño», se exaltaba el corresponsal del diario 'Abc'. Cenobio repetiría casi tres décadas después, en 2001, en la boda de Alejandra, la hija de la pareja, donde le sentaron en la misma mesa que al presidente Aznar. Y también es el encargado de celebrar la misa anual con la que el club de fans mexicano conmemora el cumpleaños de su ídolo.

El éxito en Rusia. El artista dio la semana pasada dos conciertos en Rusia, donde conserva una fiel masa de seguidores desde hace cuatro décadas. El estreno de la película 'Digan lo que digan' en la URSS en 1969 preparó el ambiente para las primeras actuaciones en Moscú y Leningrado, dos años después: «Estaba algo lejos y no había relaciones diplomáticas», ha recordado el cantante. El periodista Tico Medina ha contado en alguna ocasión que, en la capital rusa, le llegaron a pedir un autógrafo en su condición de amigo de Raphael. En esta gira también ha visitado solo Moscú y San Petersburgo, pero en los 70 llegó a cantar en lugares como Tbilisi, en Georgia, donde dicen que reunió a seis mil espectadores.

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El disco de uranio. Se ha convertido en uno de los lugares comunes en las biografías apresuradas de Raphael. Efectivamente, le concedieron un disco de uranio en 1982, aunque la información sobre el galardón siempre ha resultado un poco confusa: según parece, fue una ocurrencia de Hispavox, su discográfica de entonces, para premiarle por el éxito de su doble recopilatorio 'Raphael: ayer, hoy y siempre'. Se lo entregó Jesús Hermida ante las cámaras del programa 'Crónica 3' y, en teoría, reconoce unas ventas superiores a los 50 millones de copias, se supone que sumando todos sus lanzamientos hasta entonces. Como crear un premio para un único artista queda un poco feo, también se entregaron estos caprichosos discos de uranio a Michael Jackson, Queen y AC/DC. Quienes tengan curiosidad por ver el singular trofeo deben visitar el Museo Raphael de Linares, donde está expuesto junto a la partida de nacimiento del artista, carteles de sus actuaciones en el Madison Square Garden o el Olympia parisino, su mesa de despacho o una colección de trajes que incluye el disfraz de payaso con el que cantaba 'La balada de la trompeta'.

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