Poseídos por Pink Floyd

El mundo no se resigna a prescindir de la música en directo de Pink Floyd y, a falta de los originales, lleva años recurriendo a decenas y decenas de médiums que canalizan su espíritu. Hay un directorio en internet que recopila 82 bandas de tributo al grupo británico, desde los Ummagumma argentinos hasta los Echoes israelíes, pasando por los Floydian Slips sudafricanos, y eso son solo proyectos con el suficiente peso como para haberse creado una página web. Uno puede decir, sin arriesgarse mucho a meter la pata, que todos los días hay alguien tocando la música de Pink Floyd en un escenario de algún lugar del mundo. En Bilbao, en las próximas semanas, recibimos a dos de estos depositarios de la fe en Barrett, Waters, Gilmour, Wright y Mason.

Esta misma semana, los madrileños Pink Tones ofrecerán dos conciertos en el Kafe Antzokia, con dos repertorios diferentes: el del viernes se centrará en las composiciones de los años 70, mientras que el del sábado hará hincapié en las décadas de los 80 y los 90. Pink Tones llevan ocho años empeñados en recuperar la música del grupo británico, una actividad que a ellos les gusta diferenciar del concepto de tributo, ya que pretenden atrapar el espíritu sin clonar la apariencia. «No nos gusta el término tributo, tampoco el de homenaje. Una orquesta sinfónica no hace versiones de Mozart o un tributo a Mozart. Interpreta a Mozart. Nosotros interpretamos a Pink Floyd», explican con buen tino. «Los clásicos añaden no mueren con sus creadores, son cultura y nos gusta revivirlos». ¿Por qué Pink Floyd? «Por su exquisita música, por su especial manera de entender el sonido, el espectáculo, las atmósferas, por el poder evocador de su música y textos para hacernos viajar por paisajes que trascienden lo cotidiano», desmenuzan.

En su intento de emular el sonido de Pink Floyd, los componentes de Pink Tones han ido acumulando una admirable colección de efectos de sonido e instrumentos como los rototoms o el Mini Moog, incluso algunos fabricados por ellos mismos, aunque a veces la clave del resultado está en el material humano, como esas coristas femeninas que lo dan todo en The Great Gig In The Sky. La mejor manera de comprobar el resultado es acudir a verlos en directo, pero los desconfiados también pueden conseguir gratuitamente en la sección de descargas de su página (www.pinktones.net) su DVD Live At Coliseum, con un concierto de casi tres horas grabado hace un año.

La dosis doble de Pink Tones se podrá complementar el 10 de diciembre en Santana 27 con Brit Floyd, un grupo que se compone de antiguos miembros del prestigioso Australian Pink Floyd Show y que se atreve a definirse como «el homenaje a Pink Floyd más grande del mundo». Se trata de su primera visita a España, al término de una gira por veinte países europeos, y les servirá para presentar su espectáculo A Foot In The Door. «Somos la experiencia Floyd completa ha explicado el director musical de la banda, el guitarrista inglés Damian Darlington. Aunque no tratamos de parecernos físicamente a los miembros de Pink Floyd, proporcionamos la experiencia visual además de una reproducción musical nota por nota. No te hará falta cerrar los ojos para sentir que estás en un concierto de Pink Floyd».