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Recreación de un combate medieval en el castillo de Muñatones, en el que vivió y murió Lope García de Salazar. Silvia Rubio

¿Cómo es la versión vasca de las leyendas del Rey Arturo?

Tiempo de historias ·

El banderizo vizcaíno Lope García de Salazar dedicó parte de sus 'Bienandanzas e Fortunas' a recoger su propia reelaboración de la historia del mítico héroe britano

Sábado, 4 de diciembre 2021

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En la segunda mitad del siglo XV un caballero inglés llamado Thomas Malory (1416-1471) fue encarcelado en la prisión londinense de Newgate como castigo por las múltiples fechorías que había cometido durante la Guerra de las dos Rosas, en la que combatió por los dos bandos, los Lancaster y los York, según le convino. Para hacer más llevadero su encierro, Malory escribió la novela de caballerías definitiva, 'El libro completo del rey Arturo y sus nobles caballeros de la mesa redonda'. Recordada hoy con el título de su última parte, 'La muerte de Arturo', es una fusión de todas las novelas, leyendas y cuentos sobre el legendario rey britano y su mundo que pudo compilar aquel belicoso caballero. Lejos de ser una simple acumulación de relatos, Malory se las apañó para dar coherencia a una trama inabarcable en un gran ciclo narrativo que ha servido de inspiración a prácticamente todas las ficciones que desde entonces se han producido sobre Arturo y su reino, desde las obras de Tennyson a los cómics del Príncipe Valiente, pasando por películas como 'Excalibur', de John Boorman, o 'Merlín el encantador', de la factoría Disney.

En un paralelismo curioso, en fechas próximas a las de las andanzas de Malory otro caballero conflictivo y también encarcelado escribió otro libro en el que recogió la historia del mismo monarca de leyenda, Arturo. Se trata de las 'Bienandanzas e fortunas', una de las principales fuentes para documentar las guerras de bandos que asolaron el País Vasco en la Baja Edad Media. Su autor fue el señor oñacino Lope García de Salazar, nacido en la casa torre de Muñatones, Muskiz, en 1399 y muerto encerrado por sus hijos en el mismo lugar en 1476.

El hecho de que el banderizo vizcaíno incluyera las andanzas de Arturo y su hueste en su historia puede resultar sorprendente para quien no haya consultado el libro y suponga que se trata de una historia que se limita a narrar los enfrentamientos entre gamboínos y oñacinos, el tema por el que suele ser leído y citado habitualmente. Pero en realidad, las 'Bienandanzas e fortunas' es una crónica que se propone contarlo 'todo' desde el principio. Es decir, desde Adán y Eva hasta los días del propio Lope. Por ella van pasando la Guerra de Troya, Alejandro Magno, Julio César, Carlomagno, Mahoma...

En ese recorrido, don Lope incluyó a Arturo y su mundo en el Libro XI de los XXV que componen su obra. A diferencia de su contemporáneo Malory, que escribió una novela, el vizcaíno abordó la cuestión como si se tratara de un relato histórico, una sucesión de hechos reales, como siglos antes lo había hecho el clérigo galés Geoffrey de Monmouth (c.1090-1155) en su 'Historia regum Britanniae'.

¿Cómo es la versión vizcaína de la historia del Rey Arturo? En síntesis, reproduce la trama principal que ya perfiló el citado Geoffrey, fue enriquecida por sucesivos autores, sobre todo franceses, y fijada definitivamente por Mallory. Parece que Lope se sirvió de varias fuentes, entre ellas una versión castellana del 'Roman du Graal', y otros textos que se han perdido. En todo caso, el Arturo de Lope resulta familiar para cualquiera que conozca la historia en sus líneas generales, aunque sea a través de las clásicas películas de Hollywood. En su relato aparece el mago Merlín, que tiene todo tipo de poderes y una sabiduría que demuestra desde que mamaba de la teta de su madre -literalmente-, y que ayuda al joven Arturo -Artur en el texto-, a hacerse con el trono de «Inguelaterra». Tampoco falta la fabulosa espada Excalibur -Escalibor-.

En el relato aparecen muchos de los personajes conocidos de la corte de Arturo, como Lancelot -Lançarote del Lago-, Galahad -Galaz- o Galván -Galbán-, el sobrino del Rey. También está la reina Ginebra, «fija del rey Leodanga de Norgales, que era, a la sazón, la más noble del reino. Diole con ella la Tabla Redonda con 100 cavalleros, que la ovo del rey Úter Padragón, su padre; porque no dexaba quién la mantobiese, guarneçióla de los 150 caballeros, como le convenía, sino sola la silla peligrosa, que era encantada e no consentía caballero, fasta que vino el santo Galaz», superviviente de la conocida aventura del asiento peligroso: la silla que aniquila a quien se sienta en ella y no es su genuino destinatario. Galaz es también el que encuentra el Santo Grial en esta versión.

En el relato del vizcaíno no faltan los gigantes ni los dragones. Aunque el animal más fabuloso al que alude, o por lo menos el más chocante, es... ¡un gato! Eso sí, un gato temible: «Espeçialmente (Arturo) mató un gato demasiado de fuerte en una montaña solo, que avía muerto muchos nobles caballeros e otras gentes que lo iban a buscar».

La historia de Lope sigue las mismas líneas generales que Mallory. También en el relato del fin de Arturo, que en las 'Bienandanzas' es traicionado por Mordred -Morderet-, su hijo bastardo, «aunqu'él por su sobrino lo tenía». Arturo parte hacia Gaula para combatir al emperador de Roma, ocasión que aprovecha Mordred para hacerse con el trono y secuestrar a la reina, «que era enamorado d'ella». El rey regresa apresurado a Inglaterra y ambos bandos se enfrentan en la batalla final de Saravarre, «adonde morieron toda la flor de la caballería de Inguelaterra, que d'anbas las partes estaba».

En la isla de Brasil

Arturo mata a Mordred, pero resulta herido fatalmente en el combate. Llega la magnífica escena en la que el rey, moribundo, entrega su espada, Escalibor, a uno de los pocos caballeros supervivientes de su mesnada, Glifet, con el encargo de que la arroje a un lago próximo. El caballero intenta salvar el arma, mintiendo a su señor al decirle que ha cumplido su mandado. Pero Arturo detecta el engaño, porque Glifed asegura que no ha visto nada raro al hacerlo. «Glifed, sienpre me fueste leal e mandado e ovediente. ¿E por qué no lo eres agora a la mi fin? E torna allá e échala en el lago, que si la echares señal verás», le dice Arturo. Glifed obedece, lanza la espada y ve «salir una mano del lago fasta el codo, que la reçibió antes que cayese en el lago e metióse dentro con ella».

Después, Arturo es recogido por su hermana, el hada Morgana -el hada Margaida en esta versión-, que viene a buscarlo en un barco sobrenatural para llevárselo a... Brasil.

Sí, en esta versión vizcaína de la historia, el destino mágico del rey Arturo es Brasil, no la isla de Avalon. Obviamente este Brasil del que escribe el banderizo de Muskiz antes del Descubrimiento de América es otro país fantástico equivalente a la neblinosa Avalon: identificada en ocasiones con la también fantástica isla de San Brandán, Brasil, también Braçir, figura en la mitología irlandesa como un país fabuloso situado en alguna parte del Océano. Allí, en Brasil, viven Arturo y Morgana, que eso cuentan los ingleses, dice Lope, aunque «no es cosa de creer». Eso sí, la isla existe, aunque está encantada, por lo que es difícil de encontrar. «E algunas vezes la vieron nabíos e con tormenta no podieron llegar a ella. E es toda redonda e pequeña e vaxa», concluye Lope.

Enlace: Las 'Bienandanzas e fortunas' de Lope García de Salazaren la edición realizada por Ana María Marín Sánchez

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